Latinoamérica se rebeló en la Cumbre

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NUEVA YORK (AFP).- Desde el caso de espionaje de EE. UU. que afectó a Brasil hasta la presión de los fondos “buitres” sobre Argentina, pasando por el capitalismo salvaje y la falta de democracia en la ONU, Latinoamérica se hizo oír con fuerza en la ONU. Si es necesario otorgar un liderazgo a la “rebelión” latinoamericana, hay que pensar en la presidenta brasileña Dilma Rousseff, encargada de abrir la gran cita anual de líderes mundiales con un discurso de inusitada dureza de cara a Estados Unidos delante del propio Barack Obama. A Rousseff no le tembló el pulso para denunciar sin concesiones a la mayor potencia mundial en su casa. “Semejante injerencia es un quebrantamiento del derecho internacional y una afrenta a los principios de las relaciones entre los países, especialmente si son amigos”, dijo, calificando de “insostenible” el argumento del gobierno estadounidense de que el espionaje busca proteger al mundo de ataques terroristas. En su debut en la ONU, el presidente uruguayo José Mujica destrozó sin miramientos las consecuencias del capitalismo y el avance tecnológico, cuya máxima encarnación es Estados Unidos: “Parecería que hemos nacido sólo para consumir y consumir”, afirmó, señalando que si la humanidad aspirase a “vivir como un norteamericano medio” serían necesarios “tres planetas”. La mandataria Cristina Kirchner eligió como blanco un asunto que pende como una espada de Damocles sobre Argentina: el juicio que los fondos “buitres” llevan adelante en EE. UU. para cobrar bonos en default desde 2001. “Estamos pidiendo que nos dejen pagar. Hoy no nos quieren dejar pagar la deuda”, denunciando a ese 0,45% de acreedores que puede bloquear el pago al 93% de tenedores de bonos que entraron en las reestructuraciones de deuda.

Dilma fue durísima con EE. UU.