Libro made in Bariloche con retratos de un tiempo único en Latinoamérica

El fotógrafo barilochense Jorge Piccini convocó a sus pares de toda Latinoamérica para que mostraran, a través de sus fotos, como vivían la cuarentena. El resultado es un libro que reúne más de 150 estados de ánimo y situaciones, a través de lentes expertas.

Parece un disco de Sui Generis pero no. “Pequeñas anécdotas sobre la cuarentena” es el octavo libro del fotógrafo Jorge Piccini que reúne fotos con algunas historias y vivencias.

La restricción para circular al comienzo de la pandemia allá por el mes de marzo caló profundo en un grupo de fotógrafos ante la imposibilidad de salir a “inmortalizar” ese contexto histórico.

El fotógrafo Jorge Piccini dirigió el proyecto. Foto: Cecilia Artero.

“Nos agarró la cuarentena y estaban esas ganas de salir a fotografiar pese a que no podíamos. Entonces pensamos: ¿qué mejor manera de representar el Quedate en Casa, que a través de autorretratos?”, contó Piccini, autor también de “Mensajes al poblador rural”, una compilación con los históricos mensajes de vecinos de la Línea Sur al servicio social de Radio Nacional.

En esta nueva obra, Piccini contó con la colaboración de la fotógrafa sanjuanina Virginia Moreno. “Nos propusimos hacer una convocatoria a fotógrafos de toda Latinoamérica para que mostraran, a través de sus fotos, como vivían la cuarentena”, señaló.

El desafío fue tomarse un tiempo para producir la foto y lograr un autorretrato. En lo posible, recalcaron, “nada de selfies”.

El mismo autor reconoció la dificultad que conlleva autofotografiarse pero la repercusión fue favorable. “Yo también participé con una especie de díptico: vivo solo y me traigo a mi hija dos veces a la semana. Registré esos dos momentos con dos fotografías”, esgrimió este hombre entrerriano que vivió en Santa Fe y hace ya algunos años, se estableció en Bariloche.

En el libro, reconoció, se transparentan los estados de ánimo durante las diferentes fases de la cuarentena. “La desesperación, el encierro, la desesperanza y ahora, el acostumbramiento. Al principio, todo era nuevo. Ves el libro y parece una secuencia de lo que fue pasando a través del encierro”, puntualizó Piccini.

Las fotografías varían: algunos autores se retrataron solo; otros, en pareja o en familia. Muchos se animaron también a enviar textos con referencias sobre los estados de ánimo.

En tres meses, se recibieron alrededor de 600 fotos de Argentina, México, Chile, Perú, Colombia, Cuba, Nicaragua, entre otros países, de las cuales fueron seleccionadas solo 150. En tiempo récord, se imprimió en Buenos Aires una tirada de 150 ejemplares, pese a la crítica situación que atraviesan en esa ciudad por la pandemia.

Para financiar el proyecto, Piccini lanzó una preventa de 150 libros entre los autores seleccionados, a un valor de 600 pesos cada ejemplar. Lo definió como un “trabajo colaborativo”: “Nos queda para siempre el recuerdo de un tiempo único y de un sentir colectivo”.

El ideólogo del libro admitió que “fue una propuesta para ver qué podíamos hacer desde nuestras casas. Aprovechamos la tecnología y las redes sociales para lanzar la propuesta e invitar gente. Fue un encontrarse con uno mismo y eso se nota en las fotografías”.

El prólogo a cargo del fotógrafo de San Juan, Carlos Campodónico, hace hincapié en el momento en que sorprendió el encierro a cada uno. Y cita al escritor Julio Cortázar cuando dice: “Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías”.

Piccini coincide de alguna forma: “Quise dejar un registro de un momento que no vamos a olvidar nunca. Y creo que se engancharon por esto mismo: la impotencia de salir a hacer fotos, de registrar un momento”.


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