Lilium, la flor más bella para el jardín y los floreros

Monet los retrató e inmortalizó en sus lienzos. Pero todos pueden disfrutarlos en su propia casa, cuidarlos, incluso cortarlos para lucirlos en el interior y reproducirlos para seguir cultivándolos. Marianela Gasparini explica cómo cuidarlos y mantenerlos.

El lilium es una de las flores más bellas y también más solicitadas en viveros y en florerías, ya que se cultiva tanto para flor cortada, como planta que vive muy bien en macetas y también en jardines. La mayoría de estas especies del género Lilium pertenecen a la familia Liliceae y presentan atractivos colores, desde la gama del rojo al amarillo con más de 100 variedades. Pero las más conocidos son los lilium longiflorum y los híbridos realizados por cruzamientos de varias especies, conocidos como lilium speciosum y lilium auratum.


Esta belleza de la naturaleza fue uno de los motivos de inspiración de Oscar Claude Monet, que a través del pincel, creó grandiosas obras inspiradas en su jardín en Giverny (Francia), el lugar preferido del artista.

Allí había fascinantes iris, lilium o azucenas, gladiolos, dalias, bambúes y sauces junto a sus famosos nenúfares. Aquellas flores se transformaron en protagonistas de varios cuadros, además de ser el lugar elegido por el pintor: con ese jardín de fondo vivió los último 30 años de su vida. La casa de uno de los creadores del impresionismo fue recientemente restaurada y actualmente recibe las visitas de admiradores de todo el mundo.


Los secretos



Como decíamos, el lilium es una planta que brinda flores de gran tamaño situadas en el extremo del tallo, cuyos sépalos y pétalos forman la envoltura de la flor, con amplia gama de colores, predominando el blanco, rosa, rojo, amarillo y también las combinaciones entre éstos.

Según la Ingeniera agrónoma Marianela Gasparini, del vivero Las Varas, de Roca, las plantas que nacen de bulbos pueden ser secos o húmedos y los lilium pertenecen a bulbos húmedos. “La mayoria de las personas está acostumbrada al tulipán o narcizos, que son bulbos secos. Esto significa que termina de florecer, se saca de la tierra, se deja al aire libre y se conserva en seco. En cambio, si este procedimiento se realiza con el lilium, lo arruina porque no se saca de tierra y tampoco se deja seco al aire libre”, señaló.

Estos tipos de bulbos húmedos – aclara Gasparini – se conservan en tierra o turba y la razón de que no deben estar en contacto directo con el aire es porque se deshidratan y se deterioran.

Por lo tanto, si se desea sacar de la tierra para su división o para cambiarlos de lugar, hay que tener en cuenta que debe ser a fines de otoño. “En el momento de que se sacan de la tierra, se separan los bulbillos haciendo presión con la mano e inmediatamente se vuelven a plantar”, explicó la ingeniera a RÍO NEGRO.

Los pétalos y los estambres, en primer plano.


La época adecuada de plantación es en otoño y es un bulbo que necesita adquirir horas de frío durante el invierno, para alcanzar una buena floración. “En nuestra zona brotan en septiembre y van a florecer a principios de diciembre según las variedades”, comenta. En el mercado se consiguen bulbos durante todo el año. Sin embargo, es importante saber si los bulbos que compramos tienen el proceso de frío – explica Gasparini –. De eso nos damos cuenta a través de sus brotes.

“El brote no resiste las heladas del invierno, por lo tanto, si compramos esos bulbos en otoño y están brotados debemos colocarlos en el interior. Si no han recibido el tratamiento de forzado en frío van a brotar en primavera y la planta no correrá riesgo de helarse”, indicó la profesional.

En cuanto al suelo, se adaptan perfectamente a cualquier suelo, siempre que tengan muy buen drenaje, sino se pudren, señala la experta. Y asegura que en caso de que se quiera lograr una planta alta y fuerte, con muchos pimpollos, debemos lograr una composición del suelo con un 20% arena fina, 10% de humus de lombriz, 10-20 % de turba, en caso de tratarse del suelo de nuestra zona.

“En cuanto a la profundidad de la plantación, entre el bulbo y la superficie debe haber unos 10 centímetros, aunque esté brotado. Esto ayuda para el anclaje del tallo cuando son muy altos”, indica. “No se debe romper el brote porque es la única flor que va a dar en el año”, explica.


Cuidado, riego y producción



“Estas especies requieren de suelo húmedo”, dice, y detalla que esto ocurre cuando tocamos el suelo y se despega fácil de nuestras manos”. Gasparini explica que a medida que la planta crece requiere más agua. Los lilium resisten muy bien el riego, con agua de perforación, y en caso de que la planta se moje, también lo soporta.

Estas plantas de bulbos húmedos florecen al sol y a media sombra, aunque en caso de no tener luz directa, el tallo se va a inclinar buscando el sol. También es una especie que resiste bastante el viento, pero puede quebrarse en los tallos. Es por eso que se recomienda buscar un lugar con un poco de protección.

En cuanto a la cantidad de pimpollos dependerá del tipo de lilium y su variedad y del tamaño del bulbo. El tamaño de la flor es característico de cada variedad. Los lilium son clasificados en asiáticos y orientales y según la experta, los lilium asiáticos se caracterizan por colores fuertes, amarillos, rojos, naranjas, pero también hay blancos y rosados. No tienen perfume y resisten muy bien nuestras condiciones climáticas.

En cuanto a los lilium orientales, éstos alcanzan mayor altura y sus flores son muy grandes y perfumadas – asegura la experta – que además requieren condiciones de mayor temperatura en primavera y de alta humedad, por lo cual, no se adaptan mucho a nuestra zona.

Los hay de diversos colores, e incluso blancas, puras, como estas.


“Eso no quiere decir que no los podemos cultivar acá, es solo que tenemos que buscar el mejor sitio de nuestro jardín para ellos”, señaló.

Esta especie como mencionamos es también una excelente flor de corte, pero esta tarea se debe realizar cuando los pimpollos han tomado coloración, aunque estén cerrados – especificó la profesional- para luego ser colocados en agua limpia inmediatamente y día por medio tomarse la tarea de cambiar el agua, además de cortar la puntita del tallo, para que continúe ingresando de manera saludable el agua. Este trabajo logrará que la flor viva por 15 o más días, en el florero adornando los espacios. Una vez que termina la floración, se aconseja la continuidad del riego de la misma forma.

En caso de querer el crecimiento del bulbo y producir bulbillos conviene dejar que el tallo se seque hasta que “se entregue” por completo. Edto significa que en ese momento ha finalizado la entrega de reservas del tallo al bulbo. “Es en ese momento cuando lo sacamos con un suave tironcito y se despega del bulbo. A partir de ahí, se riega mucho, una vez a la semana”, comentó la experta.

Es muy común -detalla- pensar que la planta se murió, pero la planta solo está en reposo para desarrollar el bulbo y el sistema radicular. En cuanto a la fertilización se realiza con compost, humus y moviendo la tierra para que se mantenga floja y de buen drenaje. El riesgo de ser atacada por plagas puede ser pulgón que se trata con agua y jabón blanco.


Tips del día: Compost casero


De todos los residuos orgánicos de la basura generada en casa se puede hacer un abono natural. Pero es necesario comenzar a separar la basura general de los restos orgánicos como las cáscaras de frutas, vegetales, cáscaras de huevo. También se puede utilizar los residuos del jardín como las hojas y restos de plantas.

Se aconseja no incorporar restos de animales, tampoco aceites y/o restos de comida, pesticidas o cualquier sustancia química.

Primero es necesario elegir el lugar adecuado. Puede ser en el mismo jardín. Realizar un pozo que tenga la misma medida de profundidad que de diámetro, entre 50 y 60 centímetros. En caso de no hacerlo directamente sobre el suelo, se puede destinar un recipiente con orificios en la base. Estos se pueden realizar perforando con un elemento punzante previamente calentado. (Usar guantes para protección).

Es una planta que crece bien en el jardín y son un despliegue de belleza.


Introducir los restos orgánicos en el pozo y/o recipiente a medida que se junte y taparlo con una capa de pasto seco, hojas y tierra y sucesivamente a medida que se vayan incorporando cada día los desechos orgánicos. Regar sin encharcar arriba y luego cubrir la superficie. Se recomienda cubrir con una chapa para evitar encharcamiento en caso de lluvias o riegos excesivos.

Con un rastrillo se recomienda remover los residuos cada semana haciendo movimientos de afuera hacia adentro para evitar la compactación del material orgánico y verificar su descomposición. Los mismos deben presentar un aspecto húmedo a medida que su degradación natural se procesa.

Esto dependerá de las estaciones. En caso de comenzar el compost en verano llevará un tiempo de dos a 3 meses para que el abono natural esté listo. Si se comienza durante los meses fríos el abono tardará aproximadamente de 5 a 6 meses.

¿Cuándo sabemos que el abono natural está listo? En el momento en que no se visualicen restos de residuos originales y que presente un color marrón oscuro, el abono natural estará listo para utilizar. El abono natural debe oler a tierra. En caso de que eso no suceda es por falta de aireación por lo que se debe agregar más residuos orgánicos y hojas secas y remover más seguido.


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