Los espacios para actividad física van a pérdida en la región, pero las clases no decaen
Las clases son online por la cuarentena obligatoria. Suman likes, pero con lo que recaudan cubren el 20% de los costos fijos. Tratan de que todos sigan, paguen o no. Opinan instructoras y profesores de taekwondo, pilates, yoga, boxeo y fitness.
Los dueños de espacios para la actividad física y quienes dictan clases de técnicas corpolares tienen un escenario muy complicado desde que arrancó el “quedate en casa” por el coronavirus. Con sus lugares de trabajo clausurados, tratan de sostenerse con prácticas virtuales, envían videos y reformulan las rutinas. Pero ahora solo dos o tres de cada diez alumnos pagan la cuota. Lo que recaudan alcanza para cubrir un 20% de los costos fijos: alquiler, sueldos, pago de servicios y tasa municipal.
El impacto de no recibir gente es demasiado fuerte, todos lo están sufriendo. Los likes y nuevos seguidores en clase son un aliciente, pero el nivel de ingresos asusta.
Una ronda de consultas por celular que hizo Río Negro a profesores e instructoras de fitness, yoga, pilates, taekwondo y boxeo de Roca y Cipolletti, permitió obtener un panorama de cómo se adaptan a la situación.
Todos coincidieron en que ante el clima de incertidumbre que genera el encierro, ninguno de sus alumnos se debe quedar sin clase. El que puede paga, y el que no, participa igual, dando aviso de su situación al profesor.
Félix Marín, dueño del gimnasio Nueva Roma de Roca, y Claudia Iturbe, de Espacio Prana, lo explican con números. Los dos tienen un mismo costo que cubrir. Hablan de algo más de 100.000 pesos mensuales, pero lo que recaudan es un enigma o una cifra baja. “No tengo ni idea de cuánto va a ser, cuánta gente va a pagar. En pilates máquina teníamos 120 alumnas y en pilates piso 30 más. ¿Pagarán unos 30 ahora? Habrá que prorratear el alquiler y ver cómo seguimos”, comenta Claudia, que es instructora de pilates, esferodinamia y reorganización postural. En Prana brindan además clases de yoga y masajes. En total trabajan allí 11 personas.
“El corona nos tiró abajo el gimnasio y viene durísima la mano para todos. La cuota mensual es de 1.000 pesos y sólo la está pagando el 20% de los alumnos. Apenas alcanza para cubrir la boleta de la luz”, resume Félix. Ahora espera encuadrar y recibir como monotributista el beneficio de los 10.000 pesos por la Emergencia Especial por Pérdidas, para ver si compensa un poco.
«Viene dura la mano para los gimnasios. Trataremos de nuclearnos como cámara. Cubrir los costos se hace cuesta arriba.»
Feliz Marín, dueño e instructor del gimnasio Nueva Roma.
Desde Nueva Roma están abocados al fitness y al deporte individual o en conjunto. Buscan salidas creativas ante el obstáculo del aislamiento. Arman rutinas, las envían a pedido y hacen seguimientos online. También alquilan elementos para la practica en casa y cuentan con el asesoramiento de una nutricionista en el diseño de los planes.
Mariana Fanton da clases de GAP (glúteos, abdominales y piernas). Se conectan unas 30 personas en cada vivo. Félix, junto a César Parodi (profesor de tenis) y Matías Aragón (padel) brindan clases en conjunto. Lo técnico, preparación física, motora y coordinación quedan abarcados.
Cecilia Ravagnan vive en Cipolletti, es profesora de Yoga Prashant y da cursos para formación de profesores. Antes viajaba a Roca y Cipolletti por sus clases. Ahora las brinda desde la plataforma Zoom, herramienta clave para videoconferencias y clases online. “También las tomo por este sistema con mi maestro que está en la India”, sostiene.
Las clases de marzo las había iniciado normalmente pero se cortaron a la mitad por la cuarentena. Para que continuaran los que habían pagado, comenzó a ofrecerlas por la plataforma. Ahora, en abril, respeta las condiciones que presenta cada alumno. “El que puede paga las clases, y el que no participa. Nos adaptamos a todas las circunstancias”, dice. Apoya ese argumento en la idea de que “el yoga es en este tiempo una herramienta de primera necesidad, porque la gente está encerrada y no sabemos qué condición particular está viviendo cada uno”. Para apuntalar en ese aspecto, transmite a sus alumnos practicas de meditación y les pide que la reenvíen a sus amigos
En la casa de Cecilia reina el home office. Cuando ella brinda su clase, el resto de su familia se ubica en alguna de las habitaciones. Su hija estudia en la universidad y recurre también a la plataforma cuando conecta con algún profesor. Su marido también está con el teletrabajo. “Nos acomodamos entre todos”, cierra la yogui.
La emoción de recibir el "hola Sabonim"
Romina Andaluz es una reconocida taekwondista de Roca que logró títulos a nivel mundial. Desde hace 23 años forma a niños en la escuela que creó con su padre y hermano. Allí asisten más de 100 alumnos.
Hoy la tiene difícil y dice que no da clases en forma virtual porque -a diferencia de los adultos- explica que es difícil que los chicos sostengan la atención y se dispersan con facilidad. Sólo mantiene el contacto con sus alumnos, para estimularlos y mantener el vínculo. Cada vez que los conecta desde su notebook, los chicos aparecen en pantalla con el dobok blanco puesto. Ella se emociona cuando recibe el “hola Sabonim”. Les pide que no abandonen la práctica y sigan en casa. Romina privilegia hoy la crianza de su hijo, de cinco años. Depende del sueldo de su marido que es chofer de reparto. Dice que anhela volver pronto a la actividad, pero sabe que no será rápido y que hoy es tiempo de paciencia y equilibrio.
Box desde el rincón de su casa y “sin cobrar”
Félix Carrasco es un referente del boxeo regional, dejó el ring hace tiempo, siguió dando clases y maneja un plus que en estos tiempos de encierro lo ayudan a llegar con más facilidad a la gente: trabaja como camarógrafo en Canal 10 y tiene carisma .
El gimnasio ya no está, pero en un rincón de su casa creó un espacio confortable con aparados y elementos. Allí realiza filmaciones o videos cortos con su cámara o celular. Se los envía con distintas rutinas de entrenamiento a los que buscan conocimiento y le consultan por los secretos del boxeo. “Es una práctica riquísima porque trabaja todo el cuerpo”, dice con entusiasmo.
En uno de los videos que comparte en estos días se lo ve saltando arriba de la cubierta de un camión. Está haciendo piernas y equilibrio, al mismo tiempo realiza giros con las manos, como si enrollara una soga.
“En mi caso suspendí las clases. Le daba a dos o tres alumnos. Paré hasta que pase esto. Hasta hace poco di clases por Facebook, pero hoy se me complica por mi horario de trabajo”, explicó a este diario.
A los que le piden asesoramiento y aspectos técnicos del boxeo les manda videos por Whatsapp. Su hija Camila tiene 16 años, es multideportista, suele hacer guantes y juntos han hecho exhibiciones en el ring, en distintos festivales. Al igual que su papá, ella maneja muy bien la cámara. Es quien lo filma para sus amigos y ex alumnos.
“Yo no cobro nada, lo hago de onda ahora, me gusta enseñar y estar en contacto virtual con la gente que lo necesita por esto del coronavirus. Y si me tengo que filmar, no hay problema”, concluyó.
"Cuesta mucho darle clase a una cámara"
Las instructoras y profesores explicaron cómo viven las clases virtuales, cuáles son sus sensaciones y cómo se comportan sus alumnos.
Claudia Iturbe (Pilates y Esferodinamia): «En principio fue descubrir y entender las herramientas virtuales para encontrar la mejor forma, pensando que nosotros tenemos mucha gente mayor a la que se les dificulta manejar la tecnología y bajar ciertas aplicaciones. Después, lo feo es esa sensación de darle una clase a una cámara. No sabés si se escucha o no, si se ve bien. Hay ciertas dudas en eso. Pero también pasan cosas divertidas: mientras estoy dando las clases hay dos alumnas que se pelean y si tiran mensajes con chistes, como cuando estamos en el salón todos juntos».
Cecilia Ravagnan (yoga): «Me falta el poder estar ahí y corregirlos. Nuestro método lleva mucho ajuste postural. Puedo mirarlos, pero no es lo mismo que estar en vivo y poder ayudarlos. Ellos están todos muy contentos. Priorizamos poder encontrarnos y practicar juntos, apoyarnos, porque hay gente que no la esta pasando bien. Esto no es sólo para la práctica, hacer una postura. Esto tiene un trasfondo más profundo y tiene que ver con el estar juntos a pesar de la distancia».
Félix Marín (gimnasio Nueva Roma): «La gente esta desesperada por hacer actividad física. Es muy complicado estar sólos y encerrados entre cuatro paredes, pero tenemos que volver a generar los hábitos de siempre. Cuando venís entrenando el cuerpo te pide. Necesitás sostener la práctica, sino baja el nivel de endorfinas y los procesos químicos que vive el cuerpo y generan bienestar».
Para sostener los vínculos y promover actividades saludables en momentos de encierro e incertidumbre económica, las instructoras y profesores citados en esta nota brindan algunos videos cortos para que pongas en práctica:
Cecilia Ravagnan (yoga):
– Ejercicios de respiración: https://youtu.be/4axz59AohYQ
– Meditación: https://youtu.be/FqJmQJI96n
Claudia Iturbe (pilates y esferodinamia): https://www.instagram.com/pilates_prana
Félix Carrasco ( boxeo):
https://youtu.be/dyRyLi8SP5Q
Félix Marín: (instructor de musculación):
https://youtu.be/p5htlbkeJKM
Los dueños de espacios para la actividad física y quienes dictan clases de técnicas corpolares tienen un escenario muy complicado desde que arrancó el “quedate en casa” por el coronavirus. Con sus lugares de trabajo clausurados, tratan de sostenerse con prácticas virtuales, envían videos y reformulan las rutinas. Pero ahora solo dos o tres de cada
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