Los ganadores y perdedores del año político en Río Negro

El 2021 termina con el poder reconfigurado. En los principales partidos hubo dirigentes que se consolidaron y otros que dilapidaron valioso capital. Los balances internos se imponen, porque el 2022 también será con fuerte impronta electoral.

El 2021 cierra con ganadores y perdedores en la política rionegrina. Las elecciones legislativas marcaron el año para los partidos, pero sólo un puñado de dirigentes pasaron sus nombres por el tamiz de las urnas. El resto acompañó, especuló, habló o calló de acuerdo con sus intereses y oportunidades. Y ahora, en diciembre, es posible analizar qué tan efectivas fueron esas estrategias.

El balance se nutre de momentos que van mucho más allá de los comicios para definir diputados nacionales.
La mayoría de quienes ocupan cargos ejecutivos -que esta semana llegaron a la mitad de sus mandatos- abrieron el año con jirones en sus imágenes, producto de una pandemia que los sometió en el 2020 al riguroso examen que significó gestionar una crisis sanitaria sin precedentes.

Ese punto de partida desigual es el que explica las disputas -disimulados, pero tironeos al fin- para capitalizar los triunfos en las PASO y en las generales.

De la misma manera, entre los derrotados se evita asumir la situación. La reacción es el silencio y se demora la reunión del FdT. Parecería que podría concretarse el próximo fin de semana.

Hay ganador en el año electoral: el senador Alberto Weretilneck.

Atravesar en puntas de pie el 2020 le permitió llegar a la definición de estrategias y candidaturas sin desgaste. Y el único conflicto que tuvo y lo sorprendió surgió en su propio círculo: la gobernadora, Arabela Carreras, probó la templanza de su antecesor con una desafiante postura a favor de un plan reeleccionista.

El exgobernador desplegó una ofensiva para que no quedaran dudas, incluyendo una demostración de fuerza en la elección de jueces del STJ.

Como dueño de la estrategia electoral y la definición de la lista, Weretilneck capitalizó los triunfos provinciales. Su desventura sólo apareció con la derrota en Cipolletti.

JSRN logró un triunfo provincial en una elección parlamentaria nacional y termina el año beneficiado por el contexto nacional. El nuevo mapa del Congreso otorga un poder de incidencia a Juntos, con pocas pero valiosas bancas, porque tendrá la posibilidad de reunir quórum y hasta inclinar la balanza en las votaciones más parejas. Ese valor también presenta un alto riesgo político ante el electorado de Río Negro si concluye -o aparece- como un apéndice del kirchnerismo.

El final de este 2021 también es mejor que el inicio para la gobernadora Carreras.

El resultado electoral, la situación sanitaria sin sobresaltos y el proyecto para el desarrollo de una planta de hidrógeno verde ofrecieron el envión que esperaba la mandataria para afirmar su gestión.

La pregunta que sobrevuela alrededor de ese presente favorable es cuánto tiempo durará la bonanza en su imagen y qué techo tiene la gobernadora.

Entra aquí en análisis un elemento central: el 2022 que comienza no tendrá convocatoria a las urnas, pero será tan electoral como este período que se cierra.

Eso es así, porque la tendencia del actual gobierno provincial es a convocar a comicios provinciales muy separados de los nacionales. En el 2019 se votó un 7 de abril. Y nada indica hoy que esa estrategia pueda a modificarse. Por lo tanto, los partidos y dirigentes con aspiraciones a convertirse en candidatos deberán trabajar en los próximos 12 meses -principalmente en el segundo semestre- para evitar la sorpresa que tuvieron hace dos años, cuando Weretilneck adelantó los plazos y obligó a toda la oposición a sacudir la modorra del verano. Esa vez casi nadie pudo armarse por completo y el triunfo de Juntos fue más que cómodo.

Se vienen épocas de proyecciones y de lógicas tensiones.

El peronismo tiene un dilema urgente: redefinir liderazgos. Sus últimos referentes -Martín Soria y Martín Doñate- perdieron las dos elecciones en las que apostaron importante parte de su capital político.

El justicialismo hoy está a la deriva, con dificultades incluso para coordinar y lograr un encuentro de sus principales dirigentes con el único propósito de repensar en un plan político compartido. Y después todavía llegará el tiempo de revisar su diseño de alianzas.

La irrupción de Aníbal Tortoriello en el camino al 2023 plantea un escenario de tres fuerzas principales, ratificando las dificultades del Frente de Todos.

Mayores actores aparecen porque el partido nacional Unidad Popular hace pie en Río Negro, asentado en el despliegue de ATE y de la CTA Autónoma que ofrece Rodolfo Aguiar, ahora presidente de la nueva agrupación.

Para inicial tranquilidad del partido del gobierno, esta atomización de opositores es el primer panorama para el 2022, que será la antesala del proceso electoral de renovación provincial y municipal del 2023.

El año se abrirá con la renovación y el reacomodamiento partidario.

Diputada saliente y legisladoras peronistas

Lorena Matzen: Perdió el mando de la UCR y la diputación en el 2021. Sus listas cayeron en ambos procesos.

Alejandra Mas: Fue bastante ajena al armado electoral, pero preside el PJ. El FdT ganó su localidad: Conesa.

María Eugenia Martini: Su balance sería neutro dentro de un Frente de Todos relegado. El resultado en Bariloche no fue de los peores para la oposición.


La renovación partidaria será el inicial desafío del 2022


JSRN cumplirá en marzo con su primera renovación partidaria, cuyo llamado a internas será formalizado por su Asamblea en un encuentro el próximo sábado 18 en Luis Beltrán.

Alberto Weretilneck preside la fuerza oficialista y Pedro Pesatti es su vice. Nada indica que ese mando tenga modificaciones aunque la gobernadora Arabela Carreras se incorporaría a esa Mesa Ejecutiva. Actualmente, integra la Asamblea, que conduce el legislador Facundo López.

Las actuales autoridades son previas al proceso del 2019 y, obviamente, los contextos y los respaldos variaron desde entonces.

El cuerpo colegiado de JSRN se conforma con 72 miembros de los diferentes circuitos. Esta asamblea se reunirá el sábado para formalizar la prórroga de los mandatos, como también, la fijación del cronograma electoral.

Weretilneck tendrá su espacio en un encuentro que permitirá un balance electoral y un análisis de JSRN en el marco nacional, especialmente en su posicionamiento nacional.

También, el PRO -protagonista en Juntos por el Cambio en Río Negro- programa su renovación para el primer trimestre del 2022.

Actualmente, el flamante diputado nacional Aníbal Tortoriello comanda esa fuerza y, según transmite, pretende la renovación del mandato.

En cambio, otra alternativa se consolida y se corresponde con que el legislador Juan Martín asuma esa función partidaria, liberando al cipoleño para su función en el Congreso y su construcción de la candidatura gubernamental para el 2023. El roquense es el articulador provincial con los distintos líderes del PRO nacional.

La cuestión partidaria, precisamente, no es el problema del Frente de Todos. Su conducción, que lidera Alejandra Mas y se conforma con los intendentes, tiene mandato hasta el 2023 y los plazos de los congresales vencen a fines del 2022.

Por esta razón, el senador Martín Doñate propone un único proceso interno en el último trimestre para resolver los miembros al Congreso y, también, las candidaturas para las elecciones.


Un tiempo de divisorias en el oficialismo y en la oposición


Directos protagonistas o no, el reciente tiempo trastocó a la dirigencia de Río Negro, en sus diferentes niveles.
Hay múltiples ganadores en JSRN y, también, en JxC, pero también derrotados.

La UCR, claramente, perdió espacio frente al PRO, con la consolidación de la figura de Aníbal Tortoriello. La titular del radicalismo, María Dalceggio tiene la difícil misión de evitar la dispersión y, como lo hacen sus pares nacionales, lograr otro posicionamiento frente a su socio en JxC.

El tercer lugar del FdT fue una derrota sin antecedentes y, en consecuencia, nadie se salva. Incluso, quienes tomaron distancia del proceso -como la senadora cristinista Silvina García Larraburu- o aquellos que pudieron triunfar en sus localidades, como puede ser el legislador Alejandro Marinao.

Los partidos de izquierda ratificaron su existencia, siempre con el interrogante qué ocurriría si confluyeran en un espacio común.


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