Los insumos en la industria maderera de la región subieron un 70%

Desde la Cámara de Forestadores señalaron que la suba del dólar impactó en los costos. Hay proyectos y obras avanzadas para repuntar la industria.

Este año hay nuevas complicaciones en la industria maderera de la región como el fuerte aumento de insumos porque muchos son importados, cuesta conseguir sierras y clavos”, expresó Nazareno Olivetti, presidente de la Cámara de Forestadores, Empresarios Madereros y Afines de la Norpatagonia (Cafema).
El referente destacó que hasta 2019 la actividad venía con poco trabajo y rentabilidad. Pero que con “la cosecha de fruta siguiente mejoró bastante y lógicamente eso nos lleva nosotros a normalizarnos”, explicó.
Eso se debe a que los aserraderos producen pallets de exportación, bines y jaulas de madera para la actividad frutícola.

La temporada de trabajo inicia con el invierno y finaliza al terminar la cosecha.
El rubro ha sufrido los declives de la fruticultura, pero Olivetti remarcó que son los altos costos de los insumos lo que ahora genera mucha incertidumbre.

El referente mencionó que actualmente uno de los costos que subió es la logística, “tenemos que buscar madera a lugares más alejados”.
“Los clavos tuvieron un aumento cerca del 100% de una temporada a la otra, también las hojas de acero subieron un 70%. Esto se suma a la energía y a los costos laborales”, expresó.
El presidente de Cafema indicó que muchos de estos incrementos se deben a la suba del dólar.

En la región se trabaja álamo que es madera de la zona y eucalipto que viene del norte. Foto Emiliana Cantera.

“Lamentablemente los aumentos que hubo en las ventas no acompañaron a los incrementos de los costos, hay una pérdida del 30% aproximadamente con seguridad”, señaló.
Olivetti indicó que la caja de cartón influye mucho en el negocio. “Hay fábricas en el norte, Entre Ríos, Santa Fe y reemplazan mucho al envase de madera”, dijo.

A pesar de este contexto, el referente destacó que la situación era peor hasta la temporada 2020, fecha en la que hubo una “buena cosecha que ayudó a normalizar la actividad de la madera”.
“Antes de 2019 la pérdida era mayor, entre 40 y 45%”, remarcó.
Olivetti, expuso que está ingresando mucho eucalipto del norte que afecta a la industria local porque entra en cantidad y que en esa zona disponen de más madera.

En la región se suele trabajar más álamo, que es el árbol de la zona. En los valles irrigados de Río Negro y Neuquén existen unos 70 aserraderos con estructura de micro, pequeña y mediana empresa y un número no determinado de unidades muy pequeñas que operan en la informalidad, informaron desde Cafema.
La madera elaborada por año aproximadamente van desde 90.000 a 120.000 toneladas.

Una de las soluciones para esta crisis es la apuesta del centro tecnológico que se está instalando en Allen con el objetivo de diversificar un poco la actividad de la industria.
“Si Dios quiere esto nos va a dar un puntapié muy positivo en todo porque habrá talleres y maquinaria de última generación y capacitaciones permanentes”, señaló.

Una alternativa

Olivetti además está al frente de un aserradero en Allen y señaló que se está incrementando bastante la fabricación de casas de madera de álamo en la región. “Hay mucha publicidad en el norte argentino y acá se está logrando algo bastante competitivo para reemplazar la construcción tradicional de ladrillo. El reglamento de La Secretaría de Vivienda y Hábitat para las casas de madera está muy bueno al igual que los productos que hay”, destacó.
El presidente de Cafema dijo que es una alternativa que va en crecimiento ya que todavía son pocos los aserraderos que se dedican a fabricar casas completamente de madera, algunas en productos combinados.
En la provincia “hay unos dos aserraderos que hacen casas completamente de madera, están agregando más gente, es una alternativa de bajo costo, una casa madera cuesta menos de la mitad que una de material”, informó.
En cuanto a los plazos de obra, en el taller se fabrican en una semana y en ocho días se instala.

La planta de Allen estará en funciones el año que viene. Foto gentileza Cafema.

Una planta en Allen y árboles híbridos para remontar

Desde Cafema señalaron que el centro tecnológico que se está construyendo en Allen, dispondrá de una cámara de secado técnico que permitirá diversificar el uso de la madera de álamo con mayor valor agregado impulsando su utilización en muebles y viviendas.
También tendrá una sala de afilado que facilitará la mejora de la eficiencia de los aserraderos y se construirán instalaciones de capacitación para brindar este tipo de servicios a operarios de la madera regionales.
Se espera que comience a funcionar en la segunda mitad de 2022.

La inversión total para construir la planta y maquinarias es de U$U1.450.000 y son fondos nacionales gestionados por la provincia a través de la Dirección General de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales (Diprose).
La obra civil está avanzada en un 80% indicó Olivetti, “la provincia de Río Negro nos está acompañando mucho”, destacó.

Próximamente se va a inaugurar una planta en Conesa que fue financiada a través de Nación por el Diprose.

El subsecretario de Recursos Forestales de Río Negro, Fernando Arbat, también expuso que próximamente se va a inaugurar una planta en Conesa que fue financiada a través de Nación por el Diprose.
“Tanto en el Alto Valle, como en el Valle Medio y la zona de Conesa vamos a tener todo un corredor productivo de valor agregado del álamo donde tenemos un centro de afilado secado y las maquinarias para hacer los tableros”, informó.

El subsecretario indicó que, si bien las forestaciones tienen un largo plazo, “estamos buscando incorporar árboles híbridos y desarrollar productos en menor cantidad de años que el plazo de la madera que es entre 20 y 30 años”, detalló.
Mencionó que hay convenios con productores y que se trabaja en conjunto con intendentes y en tierras provinciales.
“Estamos haciendo pruebas en Río Chico y Ñorquinco, la conformación fisiológica de este híbrido es de un sauce que se adapta muy bien en riberas, ahora el formato y el crecimiento no es de un sauce sino de un álamo”, aclaró.

Arbat informó que esta especie se desarrolló en el Delta de la provincia de Buenos Aires con el mismo fin de contener riberas y que el INTA la trabaja desde hace muchos años.
“Con este híbrido el plazo de crecimiento va de entre cinco y 10 años, todo depende del lugar de donde esté plantado y si tiene las condiciones favorables de agua”, expuso.

Tenían un aserradero en Buenos Aires, llegaron al valle y se reconvirtieron

Daniel Quilodrán

La crisis de la madera en las últimas décadas llevó a muchas empresas a reconvertir su línea productiva, tal como ocurrió con Patagonia Envases que está asentada desde 1999 sobre Ruta 22 a la altura de J.J. Gómez.
La hoy fábrica de envases de madera, se inició hace más de 80 años como un simple aserradero en Tigre, provincia de Buenos Aires, y desde hace 22 decidió dejar de puntualizar en la extracción de la materia prima y comenzar a producir los recipientes donde la fruta del Alto Valle llega al mundo.

Pese a que para finales de siglo el sector frutihortícola ya se encontraba en caída, la empresa vio oportunidad de demanda en el abastecimiento de jaulas, bins y pallets de madera. El mercado representa hoy el 70 por ciento de sus compradores.
Con un staff fijo de 40 personas y otras tantas que se suman durante los meses álgidos del periodo estival, la empresa no cesa su ritmo nunca. Ni aún en los tiempos de restricciones por la pandemia, en donde la relación con sus proveedores entró en crisis pero que no fue capaz de estancar su rendimiento industrializado.

En los valles irrigados de Río Negro y Neuquén existen unos 70 aserraderos. Foto Emiliana Cantera.

“El principal inconveniente que se nos presentó fue con la extracción de madera en campos, no estaba permitido y es la principal materia prima; nosotros pudimos continuar trabajando porque contamos con stock permanente, pero no es la realidad de todos los aserraderos”, comentó Nicolás Mraca, uno de los dueño de la fábrica.
Si bien los niveles bajaron, Patagonia Envases continuó trabajando con medidas sanitarias durante el aislamiento social.

Sus insumos provienen de madereras del litoral, Neuquén y el Alto Valle. El álamo, el pino y el eucalipto llegan totalmente tratados, listos para ser ensamblados. Eventualmente se hacen algunos recortes y cepillado en caso de ser necesario.

Aunque parte de su producción se destina al mercado interno -con una fabricación de 15 a 20 mil cajas diarias durante la temporada de verano- , también posee el horno más grande del país para llevar adelante los tratamientos térmicos que se necesitan según los estándares de calidad internacionales.

“La industria viene de muchos años en caída, por tal motivo muchos aserraderos de la zona han cerrado. En nuestro caso nos venimos reestructurando hace tiempo y nos juega a favor haber diversificado nuestra cartera de artículos para
diferentes mercados”, añadió Mraca.
Los niveles de venta ya se encuentran casi similares a los existentes antes de la pandemia.


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