“Los niños y el fútbol”

Este episodio que narraré nos invita a reflexionar sobre el comportamiento que tenemos en los distintos escenarios de la vida cotidiana y debería servir para corregir los errores que cometemos los adultos en determinadas circunstancias. El 23 de marzo se disputaba la primera fecha de la Liga de Baby Fútbol de San Francisco, una localidad cordobesa ubicada a 205 kilómetros de esta capital provincial. Tiro y Gimnasia enfrentaba a Belgrano. Uno de los chicos se apoderó de la pelota y gambeteó a un rival, pero terminó perdiendo el control de la misma. A escasos minutos de esa jugada el pibe empezó a llorar en medio del partido. El árbitro detuvo el juego y cuando el director técnico se acercó el pibe le dijo: “Mi papá me está insultando y no me deja jugar”. A raíz de este hecho y otros emparentados con la violencia, el club Tiro y Gimnasia decidió implementar una medida inédita en la historia del fútbol infantil: aplicar el derecho de admisión a los padres que promuevan la violencia para con árbitros, técnicos y jugadores. Los impulsores de esta iniciativa argumentaron que constituye una medida educativa para prevenir y bajar el nivel de exigencia a los niños. Al leer este caso, celebro que la Asociación Rosarina de Fútbol y la Municipalidad de Rosario hayan decidido recientemente que los niños menores de 12 años entren todos a jugar en cada partido, sin excepciones; por ende, que nadie quede sentado en el banco de suplentes y que, además, los partidos no sean por puntos. Felicito a quienes tuvieron esa idea brillante. Los niños deben tomar este deporte como un juego, tienen que divertirse sin que exista la presión de los padres ni de los que dirigen. Marcelo Malvestitti, DNI 18.242.927 Rosario

Marcelo Malvestitti, DNI 18.242.927 Rosario


Este episodio que narraré nos invita a reflexionar sobre el comportamiento que tenemos en los distintos escenarios de la vida cotidiana y debería servir para corregir los errores que cometemos los adultos en determinadas circunstancias. El 23 de marzo se disputaba la primera fecha de la Liga de Baby Fútbol de San Francisco, una localidad cordobesa ubicada a 205 kilómetros de esta capital provincial. Tiro y Gimnasia enfrentaba a Belgrano. Uno de los chicos se apoderó de la pelota y gambeteó a un rival, pero terminó perdiendo el control de la misma. A escasos minutos de esa jugada el pibe empezó a llorar en medio del partido. El árbitro detuvo el juego y cuando el director técnico se acercó el pibe le dijo: “Mi papá me está insultando y no me deja jugar”. A raíz de este hecho y otros emparentados con la violencia, el club Tiro y Gimnasia decidió implementar una medida inédita en la historia del fútbol infantil: aplicar el derecho de admisión a los padres que promuevan la violencia para con árbitros, técnicos y jugadores. Los impulsores de esta iniciativa argumentaron que constituye una medida educativa para prevenir y bajar el nivel de exigencia a los niños. Al leer este caso, celebro que la Asociación Rosarina de Fútbol y la Municipalidad de Rosario hayan decidido recientemente que los niños menores de 12 años entren todos a jugar en cada partido, sin excepciones; por ende, que nadie quede sentado en el banco de suplentes y que, además, los partidos no sean por puntos. Felicito a quienes tuvieron esa idea brillante. Los niños deben tomar este deporte como un juego, tienen que divertirse sin que exista la presión de los padres ni de los que dirigen. Marcelo Malvestitti, DNI 18.242.927 Rosario

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