Más detalles dramáticos de la masacre de familias en México

El estupor mundial crece al conocerse más detalles de la masacre de mujeres y niños producto de una emboscada a tres camionetas de familias de creencia mormona en el norte de México.

Hubo ocho chicos que sobrevivieron a la sanguinaria acción de los sicarios de un cartel de droga, que dejó tres mujeres y seis chicos muertos. Los niños consiguieron esconderse entre la maleza y algunos debieron caminar varios kilómetros soportando el dolor de sus heridas de balas. Había bebés entre los sobrevivientes.

El ataque armado ocurrió en una ruta que une Chihuahua con Sonora. Las víctimas eran familias con nacionalidades mexicana y estadounidense. Tal circunstancia llevó al presidente de Estados Unidos Donald Trump a desplegar una serie de tuits que algunos analistas interpretan como una velada amenaza e injerencia, mientras otros creen que se trata de la expresión de voluntad de ayuda: “Si México necesita o requiere ayuda, Estados Unidos está listo, dispuesto y capacitado para involucrarse y hacer el trabajo de manera rápida y efectiva. ¡A veces necesitas un Ejército para derrotar a un Ejército!”, tuiteó Trump. Considerando las habituales ironías de Trump, se leía entre líneas una crítica a la incapacidad de las autoridades mexicanas para poner freno al crimen organizado.

Dramáticos detalles de la emboscada se conocieron en las últimas horas. Una mujer logró esconder a su bebé en el suelo de su camioneta antes de salir del vehículo agitando los brazos. Lamentablemente su cuerpo fue hallado acribillado a unos metros del vehículo.

Según testimonió uno de los familiares, el pequeño Devin Blake Langford, de 13 años, fue uno de los pocos que no sufrió heridas. Caminó poco más de 20 kilómetros hacia el poblado de La Mora para clamar ayuda. «Después de presenciar como su madre y sus hermanos morían baleados, Devin escondió a sus otros seis hermanos entre los arbustos y los cubrió con ramas para mantenerlos a salvo mientras iba a buscar ayuda. Como tardaba mucho en regresar, su hermana de 9 años dejó a los otros cinco» y se marchó a pedir auxilio», contó la familiar.

Otra criatura, Mckenzie Rayne Langford, caminó horas a oscuras y la encontraron después de haber sido declarada desaparecida.

La imagen que vieron rescatistas en el escenario de la masacre fue espeluznante:

Cody Greyson Langford, de 8 años, tenía un disparo en la mandíbula y sangraba de forma abundante. Otra niña sufrió balazos en el pie y en la espalda.

La afiebrada descarga de balas no sólo agujereó los chasis de los tres vehículos. Uno de ellos quedó, además, completamente calcinado.

Autoridades mexicanas especulan que los agresores podrían haber confundido los vehículos con los de una banda rival con la que libran una violenta guerra territorial.

Sólo fue anunciada la detención de un sospechoso, pero está siendo investigado por su posible relación con los asesinatos. Tal persona fue localizada en Agua Prieta, una localidad en la frontera con el estado estadounidense de Arizona,. Señalaron los funcionarios que tenía retenidas a dos personas amordazadas y atadas en el interior de un auto.

Entre los fallecidos en la masacre había una madre, sus mellizos de entre 6 y 8 meses, su hija de 10 años y otro hijo de 12. Otra madre yacía tendida en el asiento delantero de otra camioneta junto a los cuerpos baleados de sus hijos de 11 y 2 años.

Según se informó, las víctimas vivían en el estado de Sonora, a unos 110 kilómetros al sur de Douglas, Arizona, en la comunidad de La Mora.Ésta se fundó hace décadas por una escisión de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Todas las víctimas estarían vinculadas con la familia LeBarón de Chihuahua, cuyos miembros llevan años enfrentados a los narcotraficantes. Benjamín LeBarón, activista contra el crimen que creó los patrullajes vecinales contra los cárteles en la localidad, fue asesinado en 2009. (Agencias y Redacción Central)