MNBA: el mejor regalo para los cien años

La primera sede del interior del país fue inaugurada el 12 de septiembre de 2004. La ciudad celebraba su centenario como capital. La obra demoró cuatro años en finalizarse. El artista plástico Luis Tomasello donó una de sus obras, que se expone en el hall central.

Eran las 19.30 del 12 de septiembre de 2004. La ciudad toda celebraba sus primeros 100 años y el Parque Central era un mundo de gente y color. Eran horas donde los festejos comenzaban a llegar a su fin; pero quedaba inaugurar una de las obras más emblemáticas que tendría la capital: el Museo Nacional de Bellas Artes.

El intendente Horacio Quiroga, el gobernador Jorge Sobisch, el secretario de Cultura de Nación, Torcuato Di Tella y el entonces director del MNBA, Alberto Belucci, entre otros, cortaron las cintas celeste y blancas frente a las puertas del edificio de Mitre y Santa Cruz y los neuquinos pudieron ingresar por primera vez a la única sede del interior del país, del Museo Nacional de Bellas Artes para disfrutar de una muestra de 200 obras de artistas de todas las épocas y nacionalidades.

“Ésta es la mejor inversión para una ciudad en la que la mayor parte de sus habitantes son jóvenes, y que desde ahora van a poder estar en contacto con los grandes protagonistas del arte”, expresaba en su discurso inaugural, el entonces subsecretario de Cultura del municipio, Oscar Smoljan, el impulsor de esta obra.

La materialización de este gran proyecto tardó cuatro años. Fueron tiempos de gestiones y de convencer a las autoridades nacionales que Neuquén era una ciudad digna de contar con una obra de esta magnitud e importancia. Luego vino el armado del proyecto, la licitación y al adjudicación al arquitecto Mario Roberto Álvarez, por cuya obra recibió el primer premio de la Bienal Nacional de Arquitectura en 2004.

El edificio fue construido en el sector del Parque Central donde antiguamente se ubicaban las casas de los ferroviarios.

El día de su inauguración, el museo recibió a sus visitantes con muestras que iban desde el Renacimiento italiano y alemán, el Manierismo Barroco y el Impresionismo hasta las vanguardias modernas. También estaban allí presentes artistas argentinos como Antonio Berni con su obra “La Orquesta Típica”, Emilio Petttoruti con “El Timbre”, Lino Spilimbergo con “La Figura”, Benito Quinquela Martín y Luis Tomasello con su obra “Atmósfera Cromoplástica”, que donó a la ciudad de Neuquén y que permanece en el hall de ingreso del MNBA.

El broche de oro de un día memorable, fue coronado con un show de fuegos artificiales que duró 16 minutos y que miles de neuquinos disfrutaron en el Mirador de la barda. Maximiliano Guerra trajo de regalo un show de danza que quedó en la memoria de muchos neuquinos.

Por la mañana, se inauguró el mástil del Centenario de 45 metros de altura y la bandera de 9,5 metros en la remodelaba Plaza de las Banderas, que incorporaba una fuente de agua. La inversión fue realizada por Repsol, en el marco de la ley de Responsabilidad Social empresaria.

Luego del mediodía, la cita obligada fue en calle Mitre donde se realizó el tradicional desfile aniversario del que participaron unas 60.000 personas.

Datos

Ese día hubo una protesta de artistas locales. Decían que no existía una sala para exposiciones neuquinas.

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