Japón hizo historia: logró aterrizar en la Luna, pero la nave se quedó sin energía

El país asiático se convirtió en el quinto a nivel mundial en alunizar. Sin embargo, algo opacó su hito. ¿Qué pasará ahora?

Todo parecía marchar bien. Japón había lograda hacer historia al lograr aterrizar en la Luna. Sin embargo, algo llamó la atención de los cientos de espectadores que seguían el alunizaje.

La Agencia de Exploración Aeroespacial de ese país (JAXA) de pronto cortó la transmisión y pidió a la audiencia que esperase mientras comprobaban el estado de la nave.

Dos horas más tarde, las autoridades confirmaron que tienen comunicación con la nave, pero los paneles solares no pueden generar electricidad, probablemente porque se encuentra mal orientada. Esto significa que se quedaría sin energía para continuar con la operación.

De todas maneras, los responsables de JAXA explicaron durante una conferencia de prensa que «aún hay esperanza» de que cuando cambie el ángulo del sol, los paneles generen electricidad de nuevo.


Japón hizo historia en la Luna: el objetivo de la sonda SLIM


Japón buscaba convertirse en el quinto país que lograra aterrizar con éxito sobre la Luna con uno de sus artefactos, tras haberlo hecho la Unión Soviética, Estados Unidos, China y la India.

Pese a que la posición en la carrera no parece brillante, la agencia espacial japonesa (JAXA) viste su reto con capacidades que hacen pionera a su misión. La sonda SLIM (siglas en inglés de aterrizador inteligente para investigar la Luna), también conocida como “francotiradora lunar”, quiere posarse con una tecnología de mucha mayor precisión que la habitual.

El módulo Eagle, con el que Armstrong y Aldrin se convirtieron en los primeros humanos en llegar a la Luna, tenía la precisión suficiente para clavarse sobre una elipse de 20 kilómetros de largo por 5 de ancho. SLIM pretende posarse a una distancia máxima de 100 metros del punto elegido para hacerlo, en el cráter Shioli. Unos instantes antes de tocar el suelo lunar, SLIM lanzará sus dos robots exploradores, LEV-1 y LEV-2.

Pese a que hace más de medio siglo que se aterriza sobre la Luna, sigue sin ser una operación rutinaria y la tasa de éxito todavía ronda el 50%. El objetivo de JAXA es probar que su tecnología permite, no solo aterrizar con seguridad sobre un mundo extraterrestre, sino hacerlo exactamente donde lo requiera cada misión. “Actualmente, ha habido un incremento en el conocimiento de los objetos astronómicos y los detalles que se deberían estudiar se han vuelto más específicos, así que los aterrizajes de alta precisión cerca del blanco de estudio se ha convertido en una necesidad”, explicó la agencia japonesa.

Si tiene éxito, sus herramientas de precisión, que incluyen cámaras adaptadas con algoritmos de reconocimiento de imagen para detectar obstáculos peligrosos, podrán incorporarse a nuevas misiones para explorar la Luna en busca de agua y otros recursos y mejorar la exploración de otros planetas y satélites del Sistema Solar.

Además de probar su sistema de aterrizaje preciso, SLIM lleva a bordo dos pequeños robots exploradores, LEV-1 y LEV-2 (vehículos de excursión lunar, de sus siglas en inglés). El primero, del tamaño de un microondas y dos kilos de peso, se puede mover dando saltitos. Tiene una cámara para tomar imágenes, termómetro, medidor de radiación e inclinación y puede comunicarse con la Tierra. El LEV-2, es una esfera algo mayor que una pelota de tenis y pesa 250 gramos, y puede partirse en dos para asomar dos cámaras.

Japón ya ha conseguido aterrizar con dos misiones, Hayabusa 1 y 2, en asteroides muy lejanos, pero la Luna plantea retos diferentes, dada su mayor atracción gravitatoria.

Con información de El País


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