Municipales de Cipolletti podrán ser removidos por cometer violencia de género

Es el segundo municipio, después de Allen, en tener protocolo. Se capacitará a referentes, quienes deberán tomar medidas para que cese la agresión.

El Municipio de Cipolletti se convirtió en el segundo de Río Negro, después de Allen, que cuenta con un protocolo para denunciar violencia de género. Fue aprobado hoy, de forma unánime, por el Concejo Deliberante y establece un sistema para que las denunciantes encuentren una respuesta rápida que ponga fin a la agresión.

La concejala redactora del proyecto, Lorena Yensen, explicó que la base del protocolo son los referentes de género. Se debe designar a una persona por ámbito del Municipio y se establecen hasta 90 días desde la promulgación de la ordenanza para que la capacite. Esta instancia estará a cago del área de género, que dirige Silvina Torres.

Luego se debe difundir ampliamente la lista de referentes, con las formas de contacto. Estas personas deben recibir denuncias de cualquier área, aunque no sea de la que se desempeñan. No pueden negarse por ningún motivo y el protocolo establece que no se debe interrumpir su tarea de ninguna manera.

Una vez que recibe la denuncia, el referente debe contactarse con la víctima antes de las 24 horas, para que ratifique su presentación. Luego, tiene hasta 48 horas para recolectar información y presentarle un informe al equipo especializado. Este grupo se conforma especialmente por la situación porque está integrado por un representante del Poder del Estado Municipal que dependa el trabajador, uno del área de recursos humanos de la que dependa el trabajador o en su defecto, el que designe el Ejecutivo y uno de la Dirección de familias y de prevención de violencia de género o en su defecto el que establezca el Ejecutivo y que atienda específicamente dicha problemática.

El equipo debe tomar medidas urgentes para proteger a la denunciante, como separar al agresor del mismo espacio de trabajo. Para tomar estas decisiones debe atender las indicaciones de la víctima, quien también puede acceder a una licencia por violencia de género.

Si bien puede haber una instancia de mediación, no se podrá avanzar en este sentido sin el consentimiento de la denunciante.

La denuncia en el ámbito municipal no requiere ni depende de una denuncia penal y ambas pueden desarrollarse en forma paralela o ser realizada por la víctima sin afectar la aplicación del protocolo en su lugar de trabajo.

El equipo de género será el que deberá presentar la situación ante la junta de disciplina, que podrá imponer las sanciones que correspondan de acuerdo al estatuto, lo que incluye la remoción del denunciado.

Con estos pasos se busca poder cambiar el ambiente laboral porque, como se explica en los argumentos del proyecto, «las situaciones de violencia laboral dirigidas a un trabajador o trabajadora o a varios, provocan en la organización efectos nocivos, y producen malestar en quienes trabajan, hacen caer la productividad del grupo, genera el desaprovechamiento de las capacidades individuales y colectivas, producen innecesarias pérdidas económicas y en suma, aumentan el desprestigio social de la organización, si no es capaz de resolver dicha conflictividad».


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