Unos 400 chicos participarán del esquí social en Bariloche

Este lunes arrancó el programa municipal de Esquí Social que beneficiará alrededor de 400 jóvenes de Bariloche durante las próximas 10 semanas.

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De esta forma, unos 40 chicos de 13 a 18 años concurrirán al cerro Catedral cada semana para tomar clases de esquí, hasta mediados de octubre.

El programa municipal de Esquí Social se realiza en Bariloche desde 1999, pero recién en 2019 el Concejo Municipal logró regularlo por ordenanza a fin de no tener que depender de cada gestión. Además, se amplió la propuesta para beneficiar a 400 chicos.

El esquí es una actividad de un alto costo y está orientado a un segmento de ingresos medios a altos. Desde el municipio pretenden acercar el deporte a chicos que no tienen forma de acceder. Muchos ni siquiera conocen el cerro Catedral.

«Son chicos de distintos barrios, seleccionados a través de los Centros de Atención y Articulación Territorial (CAAT) y del programa de becas. Este año se sumó el área de Diversidad y Género y el Grupo Encuentro. Es una posibilidad para que los chicos aprendan el deporte. Hoy pensar en un día en el cerro son 40, 50 mil pesos«, explicó Juan Pablo Ferrari, secretario de Desarrollo Humano de Bariloche.

Un micro pasa a buscar a los chicos en un lugar de referencia y los lleva hasta el cerro, donde los esperan los profesores de la Escuela de Montaña. Se les brinda equipamiento y según su conocimiento, comienzan las clases en nivel inicial, intermedio o avanzado.

«Disfrutan del cerro toda la semana donde se les brinda desayuno y almuerzo», aclaró Ferraro.
Recalcó que el esquí es «un deporte caro. Por eso, tuvimos que hacer un convenio con un rental que nos abarata el costo de los equipos. Trabajamos con nuestros profesores y conseguimos los pases de esquí».

El funcionario municipal comentó que también se realizó un convenio con la Asociación Argentina de Instructores de Ski y Snowboard (Aadides) para que, en caso de detectar chicos con cualidades, puedan acceder a una beca para capacitarse y trabajar a futuro como patrulleros o pisteros. «Hay casos de chicos que han quedado. De modo que más allá de ser una oportunidad para que muchos chicos conozcan el cerro, también puede ser una salida laboral», dijo.