No lo hizo el PAMI, lo hicieron sus compañeros: tiene su silla

Norberto Navarrete, es un vecino querido de Allen que durante 11 años usó la misma silla de ruedas para poder moverse y desde 2017 reclamaba al PAMI por una nueva, pero no tenía respuesta.
El martes pasado la solidaridad de sus compañeros de trabajo lo sorprendió y recibió una silla eléctrica moderna que le ofrece mayor confortabilidad.

Cuty como lo llaman en el pueblo, desde 2008 está encargado de llevar el control de ingreso de materiales en el corralón municipal. Tiene 47 años pero desde los 22 anda en silla de ruedas tras sufrir un accidente que le provocó una discapacidad motriz.
“A veces tenía que soldarla para poder seguir andando y cumplir con mi trabajo como pañolero”, contó a “Río Negro”.

Hace dos meses, tuvo que faltar porque su silla nuevamente se había roto y no encontró un soldador a tiempo que la reparara.
Cuando sus compañeros se enteraron por qué no había podido ir se propusieron en secreto juntar el dinero para comprarle una silla eléctrica.
Todos los empleados del corralón municipal y de otras secretarías aportaron para ayudarlo.

En un momento empezó a sospechar que estaban organizando algo porque le pidieron las medidas de sus piernas pero nunca se imaginó que el regalo sería tan moderno.
“Esperaba una silla común, hasta que llegaron mis compañeros con una eléctrica, es un avión, parece un auto de carreras”, expresó emocionado.

El martes le tocó acudir a una reunión laboral y cuando volvió todos sus colegas lo estaban esperando con la nueva silla.
Entre abrazos y lágrimas de alegría, Cuty se sentó en esa “nave” y empezó a recorrer el corralón.
“Esto me ayuda mucho porque a veces tenía que depender de que me llevaran algún lugar”, contó.