Nuevas familias: dos amigas adoptaron a una niña en Neuquén

María y Guillermina están a cargo de la crianza de Alma desde hace cuatro años. El poder Judicial le otorgó la guarda con la anuencia de su mamá biológica.

En 2016 María Cabrera tenía 32 años y una habitación disponible en su casa. Estaba de viaje en El Bolsón y le comentó a Guillermina Raselli, su amiga, que iba a inscribirse en Familias Solidarias, para recibir a una adolescente durante unos meses. Esa adolescente se convirtió en una nena de un año y esos tres meses se convirtieron en cuatro años.

Alma nació y a los 4 meses de vida ingresó a un hogar. Su mamá no podía cuidarla, ni a ella ni a su hermana mayor que fue llevada con su tía. Así llegó a la casa de María.

Guillermina cuenta que en El Bolsón dijeron que se iban a hacer cargo en un porcentaje de «75 y 25», pero eso duró muy poco. Enseguida Alma pasó la mitad del tiempo en una casa y en la otra, y ambas se hicieron responsables de todos los gastos.

Al principio estuvieron muy concentradas en todo el proceso de vinculación de Alma con su mamá.

-Siempre tuvimos como mucha claridad en eso. Para nosotras era re importante su familia biológica, su historia. Lo primero que hicimos fue acompañar a esa mamá, empoderar a esa mamá. No desde el lugar de la crítica, sino desde el lugar de querer ayudar.

Un día, en el trajín de los trámites, se encontraron en un pasillo con la tía que tenía a cargo a la hermana de Alma. Intercambiaron números de teléfonos y comenzaron a verse. Pronto conocieron a su mamá, que presenta un padecimiento psiquiátrico.

Estaba nerviosa, como que quiso darnos explicaciones, pero bueno fue como: “no, no es necesario, nosotras estamos felices de acompañarla y de conocerte».

Ahí enhebraron una relación.

-Festejamos el cumpleaños de la mamá en casa, a la hermana la invitábamos a dormir, empezamos a sostener el vínculo por fuera del sistema. Eso también sirvió para que la institución pudiera pensar esto: que hay otras formas posibles y que lo importante es la voz de los niños y las niñas.

«Siempre, siempre, desde el primer momento nosotros le contamos su historia, de distintas maneras, a medida que iba creciendo, pero siempre le contamos la verdad», aseguran. Foto Florencia Salto.

Familias Solidarias es un programa del ministerio de Desarrollo Social pensado para el alojamiento temporario de chicos y chicas que son separados de su núcleo de origen porque no pueden afrontar la crianza. También cuando existe maltrato e incluso abuso. La ley estipula que esta convivencia debe ser acotada, hasta tanto se resuelva la situación judicial: si hay condiciones para que regresen o si se inicia el proceso de adopción.

Para anotarse no es necesario estar en pareja.

La realidad indica que los acogimientos no son cortos: hasta julio de 2019 un niño o niña de Neuquén estaba en promedio tres años y cuatro meses en una Familia Solidaria.

Estas demoras impactan directamente en la vida de los chicos y chicas, que además terminan separados de quienes los recibieron ya que uno de los requisitos es que no pueden pedir su adopción.

En este caso, la jueza de Familia, Marina Comas, después de escuchar a Alma por Zoom y verla bailar Gilda entendió que debía quedarse con María y Guillermina, y su hermana con su tía.

La magistrada planteó en su resolución que: «habiendo ya transcurrido un lapso por demás prolongado, sostener la indefinición de la situación y negarles la posibilidad de crecer en el marco de contención de una familia con la que ya han establecido vínculos, cada una por su lado, y certeza y a la que pertenezcan en forma definitiva, haría perpetuar las situaciones de re victimización en clara afectación para ellas».

Comas valoró que su mamá expresó su conformidad, al igual que la Defensoría de los Derechos del Niño.

A María lo que se le concedió es la guarda, que es el paso previo a la adopción. Una vez que se concrete ambas podrán iniciar los cambios en su documentación y Alma estrenará su nuevo doble apellido.

-Era real que nosotras estábamos comprometidas con esa familia biológica y que para nosotras lo más importante era que las nenas estén juntas. La mamá es parte de la identidad de Alma.

En Neuquén, durante la pandemia de 2020, según los datos oficiales del poder Judicial se otorgaron 11 guardas preadoptivas de 17 niños, niñas y adolescentes, muchos de ellos grupos de hermanos, y se firmaron 9 sentencias de adopción.

Hay 195 aspirantes, esto incluye personas que han empezado la vinculación, o que ya se les otorgó la guarda, o que simplemente se inscribieron. Son 25 los niños, niñas y adolescentes declarados hoy en situación de adoptabilidad, 10 de los cuales han avanzado en el proceso.

Adoptar una hija con una amiga, y no con una pareja, no estuvo estrictamente planificado, pero salió bien. El 16 de diciembre es el día que vino Alma y festejan el cumpleaños de la familia, esa que descubrieron.

-Se fue dando y lo más importante ahora es saber qué tipo de familia queremos construir, qué tipo de crianza, y qué patrones no queremos repetir.

De las 11 guardas preadoptivas otorgadas en 2020 en Neuquén, una de ellas es la de Alma. Foto Florencia Salto.

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