Obra reunida

Néstor Tkaczek tkaczek@hotmail.com

Con el título de “Obra reunida”, la editorial neuquina “Ediciones con doble zeta” acaba de publicar una selección de dieciocho obras del dramaturgo Alejandro Finzi. El libro, de impecable edición, reúne en forma cronológica obras que van desde el año 1981 hasta el cercano 2009, lo que constituye un acontecimiento importante no sólo editorial sino teatral y cultural para la región. Dieciocho historias que se inician, no por casualidad con “Nocturno o el viento siempre hacia el sur”, que curiosamente habla de venir a buscar trabajo a las ciudades de la Patagonia, lo que muestra que las viejas musas Melpómene y Talía no juegan a los dados; ya que tendrán que pasar tres años todavía para que Finzi se radique en esta región del mundo. Después, en una sucesión que acumula años y obras el volumen se cierra con “Grieta de luna llena o Aventuras en la isla 132”. Veintiocho años, condensados en estos textos, se echan de menos varios muy conocidos de Finzi como “Voto y madrugo” o “La leyenda de el Dorado o Aguirre, el marañón”, ausentes por vericuetos editoriales. Sí están presentes obras como “Chaneton”, “Benigar”, “Martín Bresler”, “Viejos hospitales”, “Bairoletto y Germinal”, “El secreto de la isla Huemul”, “Sueñe, Carmelinda”, entre otras. En suma, hay un caleidoscopio fascinante de historias y de personajes que borbollean apenas uno destapa la tapa. Siguiendo las huellas de sus grandes maestros, (rescato dos: Shakespeare y Brecht) Finzi hace que el texto teatral sea también un potente texto literario ya que su trabajo con la palabra y sobre todo la poética ha sido una de las notas centrales de su oficio de escritor. Es decir, este libro participa de una naturaleza bifronte, por un lado es una escritura teatral que como tal busca ser representada; y por otro lado, una escritura literaria que se sostiene en sí misma y hasta el lector puede prescindir de imaginar cómo funcionaría el texto en una representación. Es sugestivo que el título de la primera obra (Nocturno o el viento siempre hacia el sur) y la última (Grieta de luna llena o Aventuras en la isla 132) tengan la misma estructura: dos sintagmas coordinados por la disyunción “o”. No es una coincidencia sino la prueba palpable de una continuidad. La lectura de “Obra reunida” muestra que las notas centrales de su poética teatral estaban presentes desde un primer momento. Hay sutiles variaciones, como es lógico, pero la poética de Finzi ya estaba madura desde el inicio mismo, no hay tanteos ni titubeos, ni cambios drásticos en la concepción de qué debe ser el teatro, el texto teatral, su función, su efecto en el espectador. En esto contribuye también la solidez teórica del artista. El teatro Finziano es un teatro que busca inquietar al espectador, sacarlo de su comodidad, romper con lo previsible, y además propone interrogantes; complica y plantea desafíos no solo para directores y actores, sino también para los espectadores. Hay búsqueda permanente por ensanchar las fronteras de lo “real”. La realidad es más compleja parecen decir sus personajes, en ella entran lo maravilloso, lo extraño, lo impensado, lo onírico. ¿Cabe la vida dentro de un libro? Se pregunta Finzi en el prólogo del libro, y como dramaturgo que es, apuesta por el teatro y contesta que en la escena sí cabe. En la escena finziana cabe la vida con sus mil caras visibles y ocultas, es la escena el espacio “que nos puede contener también como seres humanos”. Tampoco sé si la vida cabe en un libro; pero sí sé que en las páginas de este libro hay mucha vida, y que al abrirlo se multiplica la nuestra.

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