Figueroa en una cornisa estratégica
La Neuquinidad como una opción autónoma debe administrar una capacidad de absorber el caudal del voto libertario sin subordinarse a él. Un ejemplo de la cornisa es la evasiva para opinar sobre la prisión de Cristina Fernández de Kirchner, donde sintió que lo querían arrastrar a la grieta.
La política neuquina transita una fase crítica de realineamiento en la antesala de las elecciones legislativas de octubre.
La conducción provincial cuenta con una encuesta que ubica a La Neuquinidad por encima del 60 % de intención de voto. Sin embargo, lo determinante no es la magnitud de ese apoyo, sino su composición: el 70 % de ese electorado también manifiesta simpatía por Javier Milei y por La Libertad Avanza.
Este dato coloca a Rolando Figueroa en una posición de equilibrio inestable.
El gobernador necesita sostener una narrativa que le permita captar el voto libertario sin confrontar con sus referentes nacionales.
Se trata de una cornisa política angosta, donde cualquier movimiento mal calculado podría provocar la pérdida de respaldo o incluso la fragmentación de su frente.
La Neuquinidad, compuesta por nueve agrupaciones —esta semana se sumó Primero Neuquén, el espacio liderado por el intendente Mariano Gaido—, se presenta como una construcción transversal basada en la identidad provincial.
El mensaje de Figueroa insistió en que este modelo no responde a la lógica partidaria nacional, sino a un pacto generacional orientado a defender los intereses de Neuquén.
La convocatoria de la nueva alianza que creó como instrumento electoral para octubre, según explicó, es para que “se respete la palabra del ciudadano de Neuquén”, no para acatar “órdenes de Buenos Aires”.
Al ser consultado sobre la prisión preventiva de Cristina Fernández de Kirchner, Figueroa esquivó la definición. Argumentó que responder implicaría ubicarse automáticamente en alguno de los extremos de la grieta nacional.
Rechazó esa lógica dicotómica y reafirmó que su compromiso es con una agenda neuquina, centrada en la gestión local y en la autonomía política de la provincia.
El intendente Gaido reforzó la estrategia al recordar que Primero Neuquén se consolidó con base en las personas y no en las estructuras partidarias, lo que, en su opinión, fue determinante para gobernar la ciudad. La coalición busca así diferenciarse no solo del centralismo porteño, sino también de los mecanismos tradicionales de acumulación de poder.
Gaido debe lidiar con la decisión de la Junta de Gobierno del MPN que conduce el exgobernador Omar Gutiérrez de retirarse formalmente de la competencia electoral de octubre.
La decisión implicó un revés para un grupo de dirigentes que tenían intención de seguir usando la lista 151 y el mítico mapita con las siglas.
En paralelo, la decisión fue como una venia a Figueroa porque la mayoría de los dirigentes activos del MPN se congració con el mandatario.
Las reglas electorales intensifican esta tensión. En la contienda senatorial, quien gane por un voto accede a dos bancas. En diputados, el sistema D’Hondt exige duplicar al tercero para obtener dos escaños.
Con La Neuquinidad y La Libertad Avanza proyectando más de 30 % de apoyo cada uno, el escenario se orienta hacia una polarización sin terceras vías competitivas, de acuerdo a lo que informó el gobernador.
Figueroa eligió una estrategia de diferenciación moderada. No ataca a Milei, pero tampoco se encolumna detrás de él.
Su apuesta es preservar la marca identitaria neuquina, ampliar la coalición y canalizar el voto libertario bajo una estructura autónoma.
La cornisa por la que camina exige precisión quirúrgica. En un contexto de alta fragmentación nacional, apostar por una agenda propia puede ser una ventaja. También, un riesgo.
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