Tres peronismos que son fieles guardianes de la gestión Milei
Hay tres socios de Milei que le aportan experiencia y estabilidad: el peronismo libertario, el peronismo judicial y el peronismo opositor. Mucho guionado, poca autocrítica.
Peronismo libertario y peronismo judicial.
1. Tradición y transgresión en el gobierno de Milei.
El menemismo, desde antes de la campaña, le aportó a Milei su sabiduría acumulada en lo electoral y la temple de un peronismo federal con credenciales públicas, disciplina histórica y formas clásicas en tiempos nuevos. También fieles contactos judiciales, sindicales y la experiencia de haber realizado la primera gran reforma del Estado en tiempos que asoman más privatizaciones.
Neuquén y la corrupción: ¿hay tolerancia cero?
El repliegue del menemismo en los tiempos de hegemonía kirchnerista fue sutil. Varios abogados, famosos administrativistas por sus reformas estructurales en los noventa, emergieron en casos judiciales resonantes de aquel Gobierno de la “década ganada” que los negaba y despreciaba pero los terminó contratando. Su capacidad y poder trascendió diferencias e ideologías.
Esa generación con capacidad de gestión política y de construcción legal trae consigo una nueva generación de segundas líneas: técnicos financieros, economistas y operadores con lazos a ochentosos empresarios de la renovación y de la coordinadora.
La tradición del peronismo es la transgresión y lo que viene es la disrupción.
El Ministerio de la Desregulación es el motor y modelo. Hay una disputa silenciosa entre generaciones de abogados y economistas, entre el viejo derecho y la nueva economía. Se desarmará al primero y se construirá la segunda.
Posiblemente ese cambio de lenguaje sea una cancha inclinada a favor de Milei y esa tensión sea un frente de transformación que requerirá de silencios supremos.
En los últimos cuarenta años la hegemonía de peronistas en la Corte y en la justicia federal tuvo raras excepciones y repliegues tácticos puntuales. Una hegemonía que tiene capas geológicas diferentes y en puja: de Petracchi -uno de los jueces más cercanos a Alfonsín-, pasando por el “décimo supremo” Reyes y terminando en Rosatti. Hasta la Presidencia de Rosenkrantz requirió de la mayoría transperonista -Rosatti, Maqueda, Lorenzetti- para gobernar la Corte.
La sociedad de compañeros judiciales con colegiados correligionarios tiene sus réplicas federales.
El peronismo sindical en el ámbito judicial ha trabajado con todos los gobiernos y hecho silencio ante las últimas persecuciones, purgas y aprietes.
Sin embargo, el peronismo judicial es mucho menos caníbal y más corporativo, más protector y feudal, que el propio partido justicialista a la hora de procesar la caída en desgracia de sus altos miembros.
Esa fidelidad tiene un costo pero es algo que institucionaliza ritos en tiempos cada vez más salvajes y sin códigos. El macrismo atacó esos ritos y sufrió en fuga su soberbia.
2.La impotencia de la oposición panperonista
La oposición se parece cada vez más al Frente para un País Solidario (Frepaso).
Éste usó la reforma de 1994 para hacer su exitosa campaña para el 1995 y se plegó al pacto constitucional simulando oponerse. Eso fue sentenciado por De Nevares con total lucidez y precisión. En 2000 Chacho Álvarez renunció a la Vicepresidencia para después gestionar la llegada de Cavallo al Gobierno de De la Rúa e iniciar el ciclo frustrado de delegación, superpoderes y caída en 2001.
Los decretos de Milei son hijos del Pacto de Olivos que terminó incluyendo a ese Frepaso miope y vacío, ese panperonismo irresponsable, hijo del narcisismo de Álvarez.
La oposición a Milei repite esa traición guionada. Vivir en la reacción adjetivada y la impostura. Detrás de sus indignaciones públicas, negociaciones secretas.
Gran hermano, Colapinto, La China y Wanda están menos guionados.
Milei logró que CFK negociara con Macri a través suyo. La paz de los expedientes y las alianzas electorales forzadas son señales que la grieta la está cerrando Milei.
Ese puente contingente anuncia nuevos abismos.
Hades y su fiel cancerbero
Frente a Milei no hay ni una autocrítica de los que gestionaron sus listas, mucho menos nuevas ideas o prácticas para reconectar los partidos tradicionales con la sociedad enojada.
Esa base social perdida, en parte, es otro peronismo abandonado.
Milei tiene a todos esos peronismos y a todas las fuerzas políticas trabajando para su gobierno y para hacer crecer su espacio.
* Abogado, profesor de Derecho Constitucional y Estudios Críticos del Derecho
Peronismo libertario y peronismo judicial.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios