Crimen de Noema Acuña: 17 años después piden que se investigue con perspectiva de género

Fue asesinada el 25 de octubre de 2002 en Neuquén. Su familia reclama justicia y cuestiona que en su momento hubo infinidad de irregularidades que impidieron encontrar y juzgar a los asesinos. Se reunieron con el fiscal general José Gerez.

La “segunda muerte” de Noema Acuña es la falta de culpables. Así lo cree su familia, que 17 años después mantiene firme el reclamo de justicia para que se esclarezca el crimen. Insistirán en que el Estado les brinde una respuesta, a pesar del paso del tiempo, en el actual contexto de reivindicación de derechos para las mujeres.

Noema Acuña fue asesinada un 25 de octubre de 2002. Su cuerpo fue hallado semienterrado en la meseta neuquina y su auto abandonado, en Cipolletti. En un primer momento, se sospechó y de hecho fueron involucrados en la causa, cuatro evadidos de la U21 de Cutral Co. Ese mismo día, los presos lograron ganar la calle y se pensó que habían sido los autores. Sin embargo, las pruebas de sangre los alejaron de la causa.

Desde entonces y hasta ahora, 17 años después, la investigación no tuvo imputados. En la causa penal pasaron tres fiscales: Sandra González Taboada, Maximiliano Breide Obeid y Agustín García. A los quince años, prescribió. Sin embargo, este año, Pablo Hodola, su sobrino (a quien Noema crió desde el año y ocho meses) junto a los hermanos de Noema, lograron entrevistarse con el fiscal general, José Gerez. Estuvieron acompañados por el abogado Ricardo Mendaña. “17 años después está clara la evolución de los derechos y la protección hacia las mujeres, en cuanto a la figura de femicidio. El desamparo se ve desde el principio, uno logra identificarlo hoy y se imposibilitó la justicia, desde el momento en que no fuimos escuchados”, refiere Pablo.

17 años después está clara la evolución de los derechos y la protección hacia las mujeres, en cuanto a la figura de femicidio. El desamparo se ve desde el principio, uno logra identificarlo hoy y se imposibilitó la justicia, desde el momento en que no fuimos escuchados».

Pablo Hodola quiere saber quién asesinó a su tía.

Junto a Josefa, hermana de Noema, detallaron algunas de las diligencias solicitadas a la Fiscalía en procura de esclarecer el homicidio y que nunca se concretaron. El pedido de una recompensa; la investigación sobre algunas personas que figuran en la causa; por qué no hubo cuidado con las pruebas, por ejemplo, la pala con la que se sospecha que ultimaron a Noema y que se las exhibieron sin ningún tipo de protección. “Eso deja vislumbrar un impedimento para acceder a una justicia concreta”, describe Pablo.

Tanto el sobrino como la hermana de Noema, recuerdan hoy que fueron los primeros en señalar que “los evadidos seguramente no tenían nada que ver y eso la fiscal (Sandra) González Taboada, lo desoyó”. Otra de las barreras con las que se encontró Pablo fue que al ser hijo de desaparecidos – Oscar Hodola y Sirena Acuña- debió probar con testigos que su tía lo había criado. “Ella no tenía hijos, no era casada, mi abuela estaba cerca de sus 80 años y tuve que demostrar que me crió. Eso también habla de la imposibilidad de acceder a la justicia”, sostiene Pablo.

La familia insiste que a la violencia física de su muerte se le suma la que ejerce el Estado cuando pone trabas “que son recurrentes” porque al momento de avanzar se descubre en la causa, que las pruebas, no tuvieron un tratamiento óptimo.

Hace poco tiempo, empezaron a contactarse con el Instituto de Género del Colegio de Abogados de Neuquen; y con la gremial de Abogados. La idea es que se pueda investigar con una visión de perspectiva de género el homicidio de Noema. Tanto Pablo como Josefa insisten en la necesidad de justicia. “Ahora esperamos que nos den una respuesta. Se comprometieron, pero hay que esperar”, explican.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios