Detenidos protestaron en Bariloche y prendieron fuego un colchón en una comisaría: fueron reubicados

Tres detenidos iniciaron un incendio en la comisaría 80 de Bariloche. El hecho se suma a otros disturbios en medio de una crisis carcelaria que preocupa a la Justicia.

Este domingo, tres detenidos iniciaron un incendio en la comisaría 80 del barrio San Francisco de Bariloche. Las llamas se originaron dentro de los calabozos al prender fuego un colchón. Si bien la situación fue controlada rápidamente, el episodio expuso una vez más la crisis carcelaria que atraviesa la provincia y que se refleja en distintas dependencias policiales de la ciudad.

Las llamas fueron sofocadas con matafuegos y no hubo heridos, aunque fue necesario evacuar el área y realizar tareas de limpieza y ventilación por el humo acumulado. Uno de los detenidos fue trasladado al Penal 3 de Bariloche y los otros dos reubicados en distintas dependencias.


Disturbio controlado y medidas inmediatas


El incendio fue iniciado intencionalmente por tres internos como forma de protesta. Según trascendió, la rápida intervención del personal policial impidió que el fuego se propagara y que la situación pasara a mayores.

El fiscal de turno, Gerardo Miranda, tomó intervención y dispuso medidas de traslado y resguardo, teniendo en cuenta las condiciones en las que se encontraba el lugar y el riesgo de nuevos disturbios.

«Habían cuatro detenidos que intentaron iniciar un incendio y se sofocó rápido», dijeron desde el equipo de prensa del MPF. Además, indicaron que se inició una causa por «daño calificado».


Otro capítulo de la crisis carcelaria


Este hecho no es aislado. Se da en un contexto de colapso en las comisarías de Bariloche que, pese a no ser aptas para alojar presos de manera prolongada, se encuentran desbordadas de internos con prisión preventiva e incluso condenados.

La jueza de Ejecución Penal de Bariloche, Sandra Ragusa, ya había advertido sobre esta situación la semana pasada, cuando prohibió el ingreso de nuevos condenados con sentencia firme a la comisaría 42 del barrio 2 de Abril. Lo hizo al resolver un hábeas corpus que señalaba las pésimas condiciones de detención.


Resoluciones judiciales previas


La magistrada recordó en esa resolución que “las unidades de orden público no resultan idóneas para alojar condenados” y que el personal policial “no está capacitado para custodiar personas privadas de libertad”.

No fue la primera advertencia judicial: en junio pasado, Ragusa ya había intervenido por el hacinamiento en la comisaría Segunda de Bariloche, donde internos denunciaron la falta de calefacción, ventilación y condiciones mínimas de higiene.

Más recientemente, el juez de garantías César Lanfranchi también dispuso restricciones para el ingreso de detenidos a la comisaría Segunda, luego de que se presentara otro hábeas corpus por el deterioro de las condiciones de encierro.


Preocupación y respuestas oficiales


El ministro de Seguridad y Justicia de Río Negro, Daniel Jara, minimizó semanas atrás el panorama al señalar que “no se trata de una crisis, sino de una situación que hay que atender”. Sin embargo, los sucesivos fallos judiciales y los episodios de violencia en las comisarías refuerzan la preocupación de familiares de internos, abogados defensores y organismos de derechos humanos.

En este marco, lo ocurrido en la comisaría 80 se suma como un nuevo síntoma de un sistema penitenciario saturado, donde los calabozos policiales se transforman en espacios de alojamiento improvisados que derivan en tensiones y protestas constantes.


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