Las últimas horas de Maira: instigación al suicidio por violencia de género en Cinco Saltos

Una conocida que estuvo horas antes de su muerte contó detalles en la segunda audiencia del juicio. Dijo que llegó llorando y golpeada. Testigos volvieron a ratificar los problemas que tenía con el consumo de cocaína.

Horas antes del trágico final, Maira Castillo llegó golpeada y angustiada a la casa de un amiga. Logró escaparse de Bruno Marín -su expareja- quien minutos antes la golpeó y la asfixió. Corriendo llegó a esa vivienda, con varias marcas del maltrato y muy angustiada.

Fue parte de la declaración de una testigo que estuvo con ella hasta la madrugada del 17 de julio de 2020. Horas más tarde la joven de 32 años y madre de dos hijos se suicidó.

Marín está imputado por el delito de instigación al suicidio, una calificación penal sin antecedentes en la jurisdicción penal de Cipolletti. El hecho ocurrió en Cinco Saltos y prevé una pena entre 1 y 4 años de prisión.

«Llegó a la casa de mi amiga golpeada, asustada porque su pareja la había golpeado. Se retiró de su domicilio corriendo y así llegó. Contó que su pareja se había puesto celoso, dijo que la había desmayado -por los golpes-«, indicó. Dijo que arribó con el celular roto. En unas imágenes que mostraron en el debate, y que fueron recabadas por personal de criminalística, se observó el aparato móvil destruido.


«Estuve con ella hasta la 3 am, después me retiré. Ella me pedía que me vaya a dormir a su casa, porque tenía miedo, porque él -Marín- sabia como entrar al departamento. Yo le dije que no podía, que me tenía que ir», manifestó.


En su declaración, Marín dijo que se enojo cuando Maira le dijo que iba a encontrarse con esas amigas y que tiró todo lo que había en la mesa, pero aseguró que no la golpeó, que solo la zamarreó. La testigo, precisó que llegó con varias indicios de violencia y sobre todo muy angustiado por la situación que había vivido.

En la segunda audiencia del debate que se desarrolló hoy también prestó declaración una expareja de Maira con quien tuvieron una hija en común. Se trata de la menor a la cual le hallaron rastros de cocaína en la orina, estudio que determinó que le quiten la tenencia a Maira. La menor quedó al cuidado de la abuela por algunos meses.


El joven reconoció que también tuvieron muchos problemas de consumo y que fue esa una de las razones por la cual se separaron. Sin embargo, aseguró que mantenían buen trato y que nunca hubo violencia física en la relación. Además dijo que no tenía nada que reprocharle como madre.

«Yo me enteré por parte de algunos amigos que él la golpeaba y ella me lo negaba, pero cuando yo iba a buscar a mi hija veía que tenía moretones», dijo el joven.

A la izquierda el presidente del tribunal Julio Sueldo junto al juez Guillermo Merlo. (Florencia Salto)


Recordó que tras perder un embarazo Maira lo llamó porque «se sentía mal». En ese encuentro la joven le reconoció que Marín la violentaba. Dio a entender que los golpes que le propinó en la zona del vientre fueron una de las razones que determinó la pérdida del embarazo. «Después me contó que la agarró del cuello y cuando ella cayó le empezó a pegar patadas en el vientre», señaló.

También declaró un médico del hospital de Cinco Saltos. Aseguró que Maira tras tener el alta, contó que la joven no quería que le den el alta. «nos llamó la atención porque no es algo normal, en general los pacientes se quieren ir, y en este caso fue al revés. Decía que le dolía acá o allá pero objetivamente no tenía nada» indicó.

Escuchá la entrevista a Beatriz Arangue, mamá de Maira Castillo, en «Vos a Diario» por RN RADIO:

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