La escuela para jóvenes con discapacidad que funciona en tres espacios diferentes en Bariloche

La matrícula de la Escuela de Formación Cooperativa y Laboral 6 no para de crecer. Pero necesitan un edificio propio.

La Escuela de Formación Cooperativa y Laboral 6 surgió 17 años atrás cuando los alumnos de los colegios especiales 6 y 19 iban egresando y necesitaban de espacios educativos para continuar su formación.

Cuando la actual directora de la institución, Silvina Lena, asumió el cargo cuatro años atrás, solo concurrían 20 chicos. Hoy, la escuela tiene 97 estudiantes y otros 30, «en modalidad inclusión» (reciben el acompañamiento de una maestra de apoyo de inclusión en las escuelas de oficio).

Con el crecimiento de la matrícula, el edificio a donde funcionaba el establecimiento quedó pequeño y desde hace años, la comunidad se reparte en tres espacios. Por la mañana, funciona en un edificio de la calle 2 de Agosto al 1300 (una vivienda reformada) y en parte del Colegio Aitué (en el barrio El Frutillar); por la tarde, también en 2 de Agosto y en un sector de la escuela secundaria 97, en el barrio 2 de Abril.

Esta institución recibe a adolescentes y jóvenes de 12 a 21 años, con discapacidad. Más allá de lo pedagógico, los grupos tienen espacios de talleres (cocina, artesanía y carpintería).

«Es como un secundario de modalidad especial. Lo que hacemos son trayectorias complementarias: hay chicos con discapacidad en inclusión adentro de la escuela pero vienen una o dos veces a la escuela a hacer apoyos específicos. Articulamos con los secundarios», resumió Lena.

Contó que el colegio nació como anexo 17 años atrás, cuando los chicos de las escuelas especiales comenzaron a crecer. Luego se independizó. «La propuesta se fue creciendo. Es que no hay otro espacio. Preparamos a los chicos desde lo pedagógico y les brindamos habilidades laborales para ingresar a las escuelas de oficios», expresó Lena.

Explicó que hoy ese tipo de escuelas «están en transformación hacia EFI (Escuela de Formación Integral) donde se plantea una educación más amplia. Se trabaja con la currícula de primaria y secundaria para garantizar el derecho a seguir aprendiendo«.

El hecho de funcionar en tres espacios genera complicaciones a la comunidad educativa. «Dificulta la organización y la dinámica de la escuela. El equipo técnico debe moverse de un lado a otro, al igual que los chicos. Además, hay espacios pedagógicos que los estudiantes no pueden compartir, como actos. Tampoco cuentan con un espacio para educación física», planteó Lena.

Un mes atrás, se inició la construcción del nuevo edificio en el predio de la escuela 267, en Onelli y Mascardi. La obra a cargo de la empresa Artegna SA, tiene un presupuesto de 63 millones de pesos y se concretaría en 14 meses.

Una larga lucha

En 2017, la jueza de Familia Marcela Trillini otorgó un plazo de 30 días al Ministerio de Educación para adecuar las condiciones edilicias de la Escuela de Formación Cooperativa y Laboral 6 en la calle 2 de Agosto 1350. El recurso de amparo fue presentado por los defensores de menores e incapaces de Bariloche.

Las autoridades judiciales realizaron una inspección ocular y concluyeron que la escuela funcionaba en una edificación originalmente destinada a vivienda y que no había recibido las reformas edilicias correspondientes a un establecimiento educativo.

Dos años después, un grupo de padres de la institución cuestionó la decisión de distribuir las clases en tres espacios diferentes por la falta de lugar en la calle 2 de Agosto.  «Decidimos no mandar a los chicos al colegio porque nos parece indigno. No estamos pidiendo limosna; estamos exigiendo nuestro derecho», plantearon en ese momento.


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