Las obras para los basurales a cielo abierto del Alto Valle esperan fondos de una agencia francesa
La esperanza por concretar plantas de reciclaje y disposición final de residuos se reavivó el año pasado a partir de la aparición de un organismo internacional. El panorama en el Girsu de Viedma y la espera por un basurero regional en Bariloche.
El gobierno de Río Negro avanza en negociaciones por el proyecto de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (Girsu) en el Alto Valle. La iniciativa, que plantería una solución definitiva para los basurales a cielo abierto de la región, lleva casi 10 años en agenda y había quedado paralizada en 2023 por la falta de financiamiento nacional.

Por qué la gestión de residuos en Viedma y Patagones despierta atención en América Latina
Desde la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático informaron a finales del año pasado que la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) aportaría el dinero necesario para poder concretar la obra. Ahora se conoció que se ajustan detalles en la reformulación del proyecto ejecutivo. Se trata de un paso fundamental para acceder a la evaluación del organismo crediticio.
“La agencia tiene una variedad de criterios para evaluar un proyecto. En este caso, podemos hablar de criterios sociales y ambientales, como son las aguas alrededor de los basurales, las personas que trabajan en ellos, los asentamientos cercanos y otros criterios de sostenibilidad, como la eficiencia energética. Todas las operaciones que hacemos en Argentina están alineadas a los objetivos de desarrollo sostenible”, comentó al respecto Tomás Le Louarn, encargado de proyectos de la AFD en Argentina.
El referente local de la agencia francesa destacó que actualmente se avanza en estudios de factibilidad económica, los cuales terminarán de dar el visto bueno a los fondos.
La pretensión es que existan “ganancias” tanto para los inversores como para la Provincia, principalmente a través de la generación de puestos de trabajo. “La idea es que todos ganemos”, enfatizó Le Louarn.
En octubre, la administración de Alberto Weretilneck precisó que se necesitarían desembolsar unos 30 millones de dólares. La expectativa es que, de concretarse el financiamiento, los primeros movimientos de obra inicien en 2026.
Cómo es el proyecto Girsu y su impacto en los municipios del Alto Valle
El Girsu Alto Valle prevé recepcionar los desechos generados en seis localidades: Campo Grande, Contralmirante Cordero, Cinco Saltos, Cipolletti, Fernández Oro y Allen.
El proyecto sufrió varias modificaciones a lo largo del tiempo. La iniciativa original, formulada en 2012, solo contemplaba la creación de la planta de disposición final en Allen, y de clasificación y reciclaje en Cipolletti.

Girsu en Viedma: ambiente cuidado, pero muy caro
“Nosotros tenemos el basural a cielo abierto y se complica bastante el realizar un tratamiento de residuos cuando vienen y te tiran basura de todos lados”, comentó Ludmila Farías, directora de Inspectoría General y Medioambiente de Fernández Oro, en diálogo con Diario RÍO NEGRO.
En Oro se construirá una planta de clasificación primaria, donde se separarán los desechos orgánicos de los sólidos. Una vez allí, los residuos serán derivados a Allen para su tratamiento final, o a Cipolletti para su reciclaje.

“Se va a hacer toda una infraestructura en el basural para que se filtre la cantidad de gente que que tira cualquier cosa ahí. Actualmente se hacen, incluso, quemas”, precisó Farías respecto al estado de situación del histórico vertedero municipal.
La ciudad genera anualmente un aproximado de seis mil toneladas de basura, según números de la intendencia. A la espera de concreciones por parte de Provincia, esperan mitigar los volúmenes de residuos a partir de campañas de concientización y puntos de reciclaje en diferentes puntos.
“Tenemos ganas de trabajar en esto. Hay que estar convencidos de realizar esta obra desde la perspectiva de la inversión y no del gasto”, expresó a este medio Daniel Hernández, intendente de Campo Grande.
La localidad, que se muestra expectante, ofreció un predio de su parque industrial para desarrollar el centro de disposición final que albergará residuos de Cinco Saltos y Cordero. Este esquema sectorizado fue incorporado recientemente a la estrategia del Girsu Alto Valle, así como la posibilidad de convertir los desechos orgánicos en un subproducto inocuo, como puede ser un tipo de compost.
Campo Grande, según datos del Ejecutivo, genera unos 20 metros cúbicos de basura por semana. Su problemática con el vertedero municipal es histórica y similar a la de muchos basurales a cielo abierto.
Pero, sin dudas, uno de los distritos más beneficiados con el Girsu Alto Valle será Cipolletti. La comuna cuenta con uno de los basureros más contaminantes de la región, el cual fue blanco de varios intentos para lograr frenar su avance. Entre ellos, se barajó la posibilidad de transportar desechos a la vecina Neuquén capital, plan que quedó descontinuado en 2018.

Un largo derrotero para el Girsu Alto Valle
Los intentos de implementación del proyecto Girsu en el Alto Valle no son para nada nuevos. La realización de los estudios de impacto ambiental comenzaron en 2012, cuando la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático empezó a trabajar integralmente con la gestión de residuos. Fue en 2015 cuando se elevaron los proyectos de Alto Valle, Valle Medio y Valle Inferior a la espera de la aprobación de los fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En una primera instancia ese organismo internacional solo aceptó la concreción del centro ambiental de Viedma, Carmen de Patagones y San Javier, que se encuentra operativo desde 2019.
“Nación, en su momento, escogió el proyecto del Alto Valle para continuarlo en 2022. Hubo una audiencia pública y estaba todo listo para licitarse, pero en 2023 cambió el Gobierno y se paralizó”, comentó tiempo atrás la secretaria de Ambiente, Judith Jiménez, a este medio. Desde la administración de Javier Milei aseguraron a la Provincia que la habilitación para ese crédito fue “suspendida”.
En Viedma, el Girsu afronta problemas económicos
El Girsu Patagónico, integrado por Viedma y Patagones y la comuna de San Javier, funciona a pleno con tres sedes bien definidas. Sin embargo, no es ajeno a los avatares económicos actuales y tiene que superar diferentes problemas para la venta del material reciclado.
Juan Domínguez, gerente general del organismo, señaló que «contamos con tres sedes. La escombrera en Patagones, donde se reciben los residuos que lleva la gente, la planta de separación y transferencia y, dentro de la planta, el depósito voluntario de residuos en Viedma». Además, está el relleno sanitario donde se realiza la disposición final de los residuos.

Los servicios municipales y los contratistas llevan unas 120 toneladas diarias de residuos a la planta de separación donde los integrantes de la Cooperativa Cotranvi realizan la selección y la posterior venta de los elementos reciclables.
En la actualidad bajó mucho esa posibilidad y «se está sacando un camión» con unas 20 toneladas por mes porque «en el contexto nacional, con el tema de los precios, no es fácil la comercialización del reciclado» aseguró Domínguez.
También se encuentran con el inconveniente que «no hay lugar de acopio de los fardos de reciclados» que sumado a los bajos precios «lo sufren mucho los muchachos y muchachas de la cooperativa, que son un componente social muy importante dentro del proyecto».

Domínguez remarcó que el trabajo apunta al cuidado del medio ambiente «no por el rédito económico» porque «no hay comercialización para la chatarra«. Contó el caso de la venta de vidrio donde los compradores son del Gran Buenos Aires y «es más caro el flete que lo que pagan por el producto».
Marcó que el programa tiene necesidades. «Faltan máquinas y camiones para hacer la transferencia, lo ideal sería tener un camión más» y adelantó que se iniciaron las gestiones para nuevas cotizaciones que permitan ampliar el relleno sanitario pero «habrá que buscar financiamiento para la futura construcción de un nuevo módulo».
Bariloche y su eterna espera por el basurero regional
El vertedero municipal ubicado sobre la Ruta 40 funciona en forma precaria desde hace años y bajo acoso constante de las denuncias por el daño ambiental, con la expectativa —hasta hoy defraudada— de reemplazarlo por un basurero regional.
Las promesas para avanzar con una relocalización datan de hace al menos una década, condicionadas por la imprescindible participación provincial, que jamás definió un lugar acorde, más allá de una imprecisa referencia al relevamiento de opciones en “en zona de estepa”, entre Dina Huapi y Pilcaniyeu.
El intendente Walter Cortés, poco después de asumir, dijo que había gestiones en marcha para cumplir cuanto antes el objetivo del basurero regional y que dependía de la provincia, que hasta ahora guarda silencio sobre el tema. La idea sería disponer un sitio de “disposición final” que estaría a no menos de 50 kilómetros hacia el este de Bariloche y concentrar allí también la basura que produzcan Dina Huapi y Pilcaniyeu.

Cortés prometió también licitar la operación del vertedero, pero pasados varios meses jamás envió los pliegos al Concejo. Consultado esta semana, ya no habló de un vertedero regional y dijo que el gobernador Alberto Weretilneck acompañará a Bariloche en la obtención de un crédito del banco Mundial destinado a “la remediación” del vertedero actual, aunque sin pensar en un cierre definitivo, como exigen los vecinos.
Mientras tanto, el municipio mantiene incumplida una ordenanza de hace casi tres años que fijó un plazo para cerrar el basurero, vencido hace ya 15 meses. Además existe un recurso de amparo todavía en trámite. El municipio fue condenado en forma parcial, en un fallo que lo obligaba a aplicar de inmediato un plan de recuperación del predio, altamente impactado, pero luego logró revertir esa decisión en el STJ.
En los hechos, el recupero de basura en Bariloche es mínimo y las quemas recurrentes generan fuerte enojo en los barrios circundantes.
El gobierno de Río Negro avanza en negociaciones por el proyecto de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (Girsu) en el Alto Valle. La iniciativa, que plantería una solución definitiva para los basurales a cielo abierto de la región, lleva casi 10 años en agenda y había quedado paralizada en 2023 por la falta de financiamiento nacional.
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