Villa Mascardi: una de las mujeres mapuches sobreseídas es sobreviviente de Cromagnon

Así lo declaró ante la jueza federal cuando la indagaron. Explicó que estaba en uno de los predios usurpados por la comunidad Lafken Winkul Mapu porque se atendía con la "machi". El mismo argumento dio la otra imputada que recuperó el martes su libertad. Las dos habían sido detenidas en el desalojo del 4 de octubre último.

Las dos mujeres que fueron sobreseídas parcialmente y liberadas el martes por la jueza federal Silvina Domínguez, Débora Daniela Vera Florencia Melo, alegaron en sus declaraciones indagatorias que se encontraban en los predios usurpados porque eran pacientes de Betiana Ayelén Colhuan, que se autoproclama como “machi”.

Vera declaró que en 2020 se había acercado por primera vez a la comunidad mapuche Lof Lafken Winkul Mapu para hacerle entrevistas a sus miembros para difundir la situación, porque es periodista. Explicó que publicaba las notas a través de la Red Nacional de Medios Alternativos, informaron fuentes judiciales.

Relató que así conoció a la “machi” y comenzó un proceso de recuperación de la identidad que -a su entender- le había sido arrebatada. Declaró que “estaba enferma hace mucho tiempo por problemas psicológicos que arrastraba a consecuencia de la tragedia de Cromañón (en 2004) de la que fue sobreviviente y que no había conseguido hasta entonces medicina occidental que la curase”. Así lo consignó la fiscal federal interina de Bariloche Cándida Etchepare en el dictamen que fue la piedra angular del fallo que Domínguez dictó este 25 de octubre.

La mujer contó que en abril del 2021 decidió mudarse de Ituzaingó, Buenos Aires, a Bariloche. Y después, se fue a vivir al centro mapuche de la calle Cabo Campos y, de ahí, se mudó a Villa Mascardi, con la comunidad “para estar cerca del rewe y poder sanar”.

La fiscalía corroboró con testigos la versión que la mujer había aportado. Vera había sido detenida en el procedimiento del 4 de octubre pasado, cuando efectivos de la Policía Federal allanaron y desalojaron los predios usurpados desde finales de 2017 hasta ese momento, en Villa Mascardi.


Estadía transitoria


Etchepare destacó en su dictamen -al que RÍO NEGRO accedió- que se ha constatado “que Vera estaba transitoriamente alojada en una casilla apostada en el lote del ex Hotel Mascardi propiedad de la APN usurpado por los miembros de la comunidad que era quienes realmente ejercían el ánimo de dominio sobre el lugar”.

“Tanto es así que cedían viviendas en forma transitoria a ocasionales visitantes que pasaban por allí o se iban a atender, como en el caso de la nombrada, cuyo objetivo era someterse al tratamiento de la “machi” para lo cual debía permanecer cerca del rewe tomando el “remedio” por ella dado”, explicó la fiscal.

Recordó que la dinámica con la que este conflicto ha venido desarrollándose desde noviembre de 2017 “se vincula con el pretenso reclamo territorial de quienes dieron en llamarse “Lof Lafken Winkul Mapu”, comunidad compuesta nuclearmente por miembros de la familia Colhuan (aunque es cierto que han existido otros actores que, con el tiempo, se han ido sumando al grupo) que abiertamente, en medios de comunicación, en la calle e, incluso, en las audiencias de diálogo que se convocaran en varios de los expedientes, aseguran ser los legítimos propietarios de los lotes objeto de disputa, reconociendo su presencia en el lugar y sosteniendo un incomprobado llamado espiritual que la avalaría”.

“No fue este el caso de Vera, quien proviene de otra ciudad, incluso de una familia occidental (el árbol genealógico secuestrado da cuenta de sus antepasados europeos aunque se encuentre en un proceso de autorreconocimiento como mapuche al que, claramente, tiene derecho a tenor del artículo 2 del Convenio 169 de la OIT) y que llegó a visitar la comunidad como consecuencia de su profesión (periodista) siendo a raíz de ello que decidió acercarse a su cultura y a los tratamientos que la “machi” ofreció darle”.

“De ello se deduce que el objetivo central de la imputada no fue ejercer un dominio sobre la propiedad, lo que de hecho no hizo ya que, evidentemente, reconoce a la “machi” allí asentada como una autoridad del lugar”, sostuvo la fiscal.


Otra detenida liberada


Florencia Melo también fue detenida el 4 de octubre último. Cuando la quisieron indagar ejerció su derecho constitucional y mantuvo silencio. Después, solicitó ampliar su indagatoria y declaró.

Explicó a la jueza y la fiscal federal que estaba en Villa Mascardi principalmente para recibir la atención medicinal de Betiana Colhuan, a quien reconoce como “machi”.

Melo explicó que reside en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires llamado González Moreno. Relató que por su trabajo “comenzó a recorrer algunas zonas del país para conocer comunidades y, así, después llevar la cultura mapuche a su pueblo”, según relataron las fuentes.

Dijo que desde junio pasado visitaba comunidades y mencionó la Lof Melo en Villa La Angostura y a la Lof Curruhuinca en San Martín de los Andes. Aseguró a finales de septiembre pasado vino a Bariloche, junto a su hermano, puesto que este padece una dolencia que sería atendida por la “machi”. Viajaron con su madre, su hermano y una persona que los trasladó en su auto. Contó que se habían hospedado en el centro mapuche de la calle Cabo Campos.

Dijo que había acompañado a su hermano hasta Villa Mascardi, a la “comunidad”, para que se hiciera atender con Betiana Colhuan. Comentó que el tratamiento demandó varias visitas hasta que su madre, su hermano y el conductor del vehículo se fueron de Bariloche.

Melo declaró que 3 de octubre último llegó en colectivo a Villa Mascardi, para hacerse atender por la machi “y también a vincularse culturalmente, puesto que está transitando una búsqueda individual de su ancestralidad y orígenes mapuche, proceso que aquélla acompaña”, según consta en el dictamen de la fiscalía. Al día siguiente fue el desalojo.

Dijo que su intención “era visitar otra comunidad o volver a su pueblo, en el marco de ese viaje sin rumbo que estaba realizando, pero fue detenida al día siguiente”.

Debo concluir entonces que el descargo de Melo ha encontrado asidero en las pruebas posteriormente producidas”, destacó Etchepare.

“En base a ello, y al igual que dijera en el caso de Vera, se ha constatado que Melo estaba transitoriamente alojada en una casilla apostada en “La Escondida” propiedad de María Magdalena Giménez de Tournier usurpada por los miembros de la comunidad que eran quienes realmente ejercían el ánimo de dominio sobre todo el lugar», advirtió la fiscal.

«Tanto es así que cedían viviendas en forma transitoria a ocasionales visitantes que pasaban por allí o se iban a atender, como en el caso de la nombrada, cuyo objetivo era someterse al tratamiento de la “machi” y conocer la cultura mapuche en el marco de la propia búsqueda ancestral que estaba llevando a cabo”, aseguró la fiscal.

La jueza federal Silvina Domínguez y la fiscal federal Cándida Etchepare dirigieron la inspección ocular que hizo el 27 de septiembre pasado en el predio Los Radales de Villa Mascardi, donde ocurrió el ataque a los gendarmes. (Foto de archivo Chino Leiva)

Falta de mérito por ataque a gendarmes


De todos modos, la jueza federal les dictó a Vera y Melo la falta de mérito por el ataque a un grupo de gendarmes, que consumó un grupo de entre 15 y 20 personas encapuchadas y armadas con piedras y armas de fuego, según la teoría de la fiscalía. El ataque ocurrió la noche del 25 de septiembre pasado en la propiedad Los Radales, que los gendarmes custodiaban por pedido de la justicia federal.

La falta de mérito no las desvinculada de esa investigación que la fiscalía lleva adelante. Es más, están a la espera del resultado de las pericias solicitadas, porque hallaron en una inspección ocular que hicieron peritos de la Policía Federal 48 horas después del ataque, dos tacos de escopeta disparados en el lugar que no pertenecen a armas de Gendarmería. También, encontraron una botella con restos de combustible.

La jueza le dictó falta de mérito por ese hecho también a Betiana Colhuan, Martha Luciana Jaramillo, María Celeste Ardaiz Guenumil y Romina Rosas, que integran la comunidad Lafken Winkul Mapu.

Las cuatro mujeres fueron procesadas con prisión preventiva por las usurpaciones al predio del exHotel Mascardi y la propiedad La Escondida. Cumplen la preventiva con arresto domiciliario en el centro mapuche de la calle Cabo Campos de Bariloche por orden de Domínguez, que subroga el juzgado federal de Bariloche.


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