“Publicidad invasiva”
En nuestra provincia, Neuquén, se hace cada vez más necesaria una medida de protección a los consumidores, a los ciudadanos, que hasta ahora para nosotros es inexistente –o al menos generalmente desconocida y no publicitada–, pero existe en otras jurisdicciones, como la ciudad de Buenos Aires. Me refiero a un “Registro no llame”. Una combinación de diversos factores hacen que cada día más empresas comerciales, incluidas las telefónicas, abrumen a las personas titulares de un teléfono fijo o celular –sean sus clientes o no– con una catarata de publicidad que nos llega a cualquier hora, muchas veces en horario para dormir, por lo cual hay que estar atento a quitar la señal sonora de recepción de sms o de llamadas de voz para que una comunicación no pedida, ni deseada, no nos saque del sueño y del descanso, o de una tarea, o no nos interrumpa una reunión con familiares, amigos, etc. En Buenos Aires se sancionó, en el año 2006, la ley 2014, que crea el “Registro no llame”; en el 2007 se reglamentó parcialmente mediante decreto 596; y en el 2009 se derogó ese decreto y se promulgó el decreto 932, que reglamenta, también parcialmente, aquella ley. Básicamente el sistema consiste en que el titular de un teléfono inscriba su número de línea y nombre completo en un registro a cargo de la dirección de Defensa del Consumidor. A las empresas comerciales les queda prohibido enviar por teléfono publicidad no solicitada por su titular inscripto en aquel registro, bajo apercibimiento de diversas sanciones legalmente establecidas. Muchos consumidores –y ya que todos lo somos en mayor o menor grado–, ciudadanos, habitantes de la zona, personas, estamos esperando que algún partido político o legislador, que debe trabaja para la gente de su jurisdicción, propulse un proyecto de ley similar al que rige en CABA para defendernos de la falta de respeto por la privacidad que manifiestan cada día más empresas comerciales mediante un frenesí publicitario que invade, perturba, distrae, ocupa memoria en los dispositivos y usa los medios y equipos que cada uno paga para satisfacer sus propias necesidades, y no para que los comerciantes que ilegalmente compran bases de datos de “clientes” los usen gratuitamente para sus propósitos de negocios sin nuestro previo consentimiento. El silencio es salud, y hoy parte de éste se ve menoscabado por el creciente ruido publicitario ilegítimo, cuando no directamente por productos fruto de ilegales “ventas” que nunca solicitamos comprar. ¡Nuestros representantes tienen la palabra! Invito a los lectores que compartan este reclamo a enviar cartas similares a todos los medios de nuestra región. Enrique Monti, DNI 7.574.530 Neuquén
Enrique Monti, DNI 7.574.530 Neuquén
En nuestra provincia, Neuquén, se hace cada vez más necesaria una medida de protección a los consumidores, a los ciudadanos, que hasta ahora para nosotros es inexistente –o al menos generalmente desconocida y no publicitada–, pero existe en otras jurisdicciones, como la ciudad de Buenos Aires. Me refiero a un “Registro no llame”. Una combinación de diversos factores hacen que cada día más empresas comerciales, incluidas las telefónicas, abrumen a las personas titulares de un teléfono fijo o celular –sean sus clientes o no– con una catarata de publicidad que nos llega a cualquier hora, muchas veces en horario para dormir, por lo cual hay que estar atento a quitar la señal sonora de recepción de sms o de llamadas de voz para que una comunicación no pedida, ni deseada, no nos saque del sueño y del descanso, o de una tarea, o no nos interrumpa una reunión con familiares, amigos, etc. En Buenos Aires se sancionó, en el año 2006, la ley 2014, que crea el “Registro no llame”; en el 2007 se reglamentó parcialmente mediante decreto 596; y en el 2009 se derogó ese decreto y se promulgó el decreto 932, que reglamenta, también parcialmente, aquella ley. Básicamente el sistema consiste en que el titular de un teléfono inscriba su número de línea y nombre completo en un registro a cargo de la dirección de Defensa del Consumidor. A las empresas comerciales les queda prohibido enviar por teléfono publicidad no solicitada por su titular inscripto en aquel registro, bajo apercibimiento de diversas sanciones legalmente establecidas. Muchos consumidores –y ya que todos lo somos en mayor o menor grado–, ciudadanos, habitantes de la zona, personas, estamos esperando que algún partido político o legislador, que debe trabaja para la gente de su jurisdicción, propulse un proyecto de ley similar al que rige en CABA para defendernos de la falta de respeto por la privacidad que manifiestan cada día más empresas comerciales mediante un frenesí publicitario que invade, perturba, distrae, ocupa memoria en los dispositivos y usa los medios y equipos que cada uno paga para satisfacer sus propias necesidades, y no para que los comerciantes que ilegalmente compran bases de datos de “clientes” los usen gratuitamente para sus propósitos de negocios sin nuestro previo consentimiento. El silencio es salud, y hoy parte de éste se ve menoscabado por el creciente ruido publicitario ilegítimo, cuando no directamente por productos fruto de ilegales “ventas” que nunca solicitamos comprar. ¡Nuestros representantes tienen la palabra! Invito a los lectores que compartan este reclamo a enviar cartas similares a todos los medios de nuestra región. Enrique Monti, DNI 7.574.530 Neuquén
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