Qué hacer con los pesos, frente a un dólar caro y ausente

Tradicionalmente los argentinos apuestan a la divisa ante la crisis. El escenario muestra hoy un dólar caro, y una serie de alternativas como refugio de valor.

Redacción

Por Redacción

Autos cero km. Una alternativa frente a la apreciación del dólar.

«Argentina tiene que hacer un ejercicio como sociedad, para entender que tenemos que fortalecer nuestra moneda, cuidar nuestro peso, tenemos que acostumbrarnos a ahorrar en pesos y dejar los dólares para la producción”. La afirmación del Presidente de la Nación respecto a las restricciones en el mercado cambiario, no hace más que dejar a la vista la desconfianza crónica de los argentinos en su propia moneda.

La memoria económica del argentino medio tiene incorporada una premisa: en tiempos de crisis e incertidumbre, el refugio de valor que no falla es el dólar.

No es casualidad. La sucesión de crisis cíclicas y la sistemática pérdida de valor de la moneda nacional, configuran un saber nacional que trasciende épocas, ideologías, gobiernos de diferente color político, y se traslada de generación en generación: el que apuesta al dólar, a largo plazo al menos logra sostener el valor de sus tenencias. Además, en muchos casos logra una hacerse de una importante diferencia en el corto plazo.

Las nuevas restricciones anunciadas la semana pasada por el Banco Central (BCRA) en relación al mercado cambiario oficial apuntaron a la lógica económica del acceso a las divisas. Así, quienes durante 2020 necesitaron algún tipo de asistencia financiera del Estado o quienes no pueden justificar sus ingresos, quedaron afuera del acceso al cupo mensual de u$s 200.

En tal condición entran quienes refinanciaron las cuotas de sus créditos (personales, prendarios o hipotecarios), los deudores UVA con cuotas congeladas, quienes refinanciaron el pago mensual de sus tarjetas de crédito en abril o septiembre, los beneficiarios de IFE o AUH, y quienes no pueden justificar el origen de sus ingresos.

La medida achica el universo de compradores en el mercado oficial, lo que sin dudas aliviará la presión sobre el nivel de reservas del BCRA.
No obstante, el problema estructural sigue vigente. La desconfianza en la moneda nacional, implica que los argentinos seguirán buscando acceder a la divisa utilizando los canales alternativos (y pagando caro), o bien deberán encontrar refugio de valor alternativo en otro tipo de instrumentos.


Caro por lo demás


Cuando existen precios máximos y restricciones cuantitativas al mercado, el precio deja de tener lógica económica y pasa a estar únicamente regido por las expectativas, y por el grado de incertidumbre respecto al nivel de respuesta de la oferta. Es exactamente lo que sucede por estos días con el dólar en Argentina.

Al observar la evolución de la cotización de la divisa en términos reales, resulta que el precio que arroja hoy el mercado alternativo, es exageradamente alto.


En efecto, si se toman los $144 que registra hoy el dólar blue y se los deflacta a precios de enero de 2016, resulta que el tipo de cambio alternativo de hoy, equivale a $ 29,37 de 2016, cuando la administración Macri desactivó el cepo kirchnerista. En ese momento tras la liberación del mercado cambiario, el dólar oficial cotizaba $13,41. Significa que el dólar de hoy es 119% más caro que en 2016. La dinámica se observa en el primer gráfico adjunto.

Si se valúa el dólar blue de hoy a precios de diciembre de 2001, resulta que el tipo de cambio de hoy equivale a $1,6 a la salida de la mayor crisis reciente.

En cualquiera de los casos, los datos muestran que quien apuesta hoy al dólar pese a pagar muy caro, no lo hace con lógica económica, sino movilizado por el temor.

Se impone entonces la necesidad de encontrar otros instrumentos que otorguen refugio de valor, y permitan al mismo tiempo lograr rentabilidad.


Opciones diversas


El común de las personas que hasta el mes pasado compraba dólar oficial, desconoce tal vez que existen otras alternativas que permiten encontrar refugio de valor por fuera del mercado cambiario.

Antes de analizar las opciones, es necesario saber que existe una relación directa entre riesgo y rentabilidad. Las alternativas que resultan más rentables son también las más riesgosas, y aquellas que representan un riesgo menor, son las que pagan menos.

El ejemplo más cercano, es el plazo fijo en pesos. Una colocación tradicional a 90 días en un banco comercial, retribuye entre un 32% y un 33% anual, contra una inflación que se ubica hoy en 42%. Significa que apostar al plazo fijo no se trata de ganar, ni siquiera de empatar, se trata de perder lo menos posible en relación a los precios.

Bitcoin. Las criptomonedas ganan tenerreno entre los jóvenes.


Existen sin embargo otros canales a la mano en Argentina por los cuales encontrar la forma de sostener el valor real de las tenencias, e incluso de ganar. Sin ánimo de ser exhaustivos en la lista, mencionamos a continuación tres ejemplos bien concretos.

Las criptomonedas son desde hace ya varios años, una apuesta más que rentable para quienes se animan a romper la lógica tradicional de las inversiones. La inserción de las criptomonedas, de las cuales el bitcoin es la más conocida pero no la única, es muy amplia entre los jóvenes de entre 20 y 30 años.

El acceso es muy sencillo mediante una billetera virtual, y la inversión mínima es de apenas $1.500. En algunos casos, la cotización de la criptomoneda equipara 1 a 1 la del dólar (es el caso de la denominada “DAI”), y en cualquiera de las opciones, la fluctuación del tipo de cambio en Argentina genera fuertes ganancias en pesos.

Una segunda opción para quienes se atreven a incursionar en el mercado financiero tradicional, son las Cedear. Se trata de un instrumento aprobado por la Comisión Nacional de Valores (CNV), que permite acceder con pesos a las acciones de las principales empresas extranjeras, y cuyo precio queda atado luego de la compra a la cotización local del dólar y a la cotización internacional de las acciones. Laura Pereyra, agente productora local en Blend Inversiones indica que “como instrumento de renta variable, con riesgo, las Cedear dan liquidez, ya que lo vendes cuando quieras, pero a la vez te colocan fuera del riesgo argentino”.

Una tercera opción es la capitalización en bienes. La velocidad a la que avanzó la cotización del dólar durante el último año, significa que los bienes son más baratos en dólares que hace un año.

Si se toma el precio del dólar blue a $144, significa que la cotización creció un 132% respecto a los $62 de hace exactamente un año. La evolución del precio del dólar, está por lo tanto muy por encima del avance del promedio de los precios internos, que registra 42,9% en los últimos doce meses. En resumen, es barato comprar bienes en pesos hoy, y cubrirse del posible salto en los precios, en caso de una potencial liberación del mercado cambiario.

Los dos últimos gráficos que acompañan la nota, reflejan la forma en que los bienes se han depreciado en dólares durante el último año.


En el caso de los cero kilómetro, un cinco puertas de los más económicos que existen en el mercado interno, oscilaba hace un año entre los $525.00 y los $637.000, lo que al tipo de cambio de hace un año significaba entre u$s 8.750 y u$s 10.600. Las mismas unidades pueden encontrarse hoy por un precio que va de los $850.000 a los $1.032.000, lo que equivale a un valor de entre u$s 5.900 y u$s 7.100, un 32% más barato en dólares. Naturalmente, comprar un vehículo incluye el riesgo de circular, pero es mejor estrategia que tener los pesos parados.


Algo similar sucede si se decide “apostar a los ladrillos”. Se trata de una de las estrategias más tradicionales, y también resulta más barato en dólares que hace un año. La bolsa de cemento que en 2019 costaba u$s 7 hoy se consigue por u$s 4, la barra de hierro que costaba u$s 8 hoy se paga u$s 4, y el palet de ladrillo cerámico que salía u$s 85 hoy vale u$s 47. El ahorro en dólares es del 44%.

Datos

$29,37
Lo que vale el “dólar blue” de hoy, valuado a precios de principios del año 2016, cuando se levantó el cepo.
32%
La caída del precio en dólares de los autos cero kilómetro durante el último año. En los materiales de construcción, la baja llega al 44%.

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