Billie Eilish y cómo convertir lo que podría haber sido una «muerte comercial» en el mayor éxito en la historia de Spotify

En su nuevo disco "Hit Me Hard And Soft" Billie Eilish se sumerge en aguas profundas para demostrar que puede copar las listas de éxitos sin resignar su identidad y su amor por la música.

Si las lágrimas pudieran ser embotelladas las modelos llenarían piletas. Me dijeron que un vestido apretado es lo que te hace una put*» cantaba en 2017 la superestrella pop Billie Eilish, en uno de sus primeros éxitos: «idontwannabeyouanymore». Tenía tan solo 15 años.

Billie Eilish O’ Connell tomó por asalto a la industria musical y rápidamente se hizo un lugar como una de las artistas más importantes, talentosas e influyentes de su generación. Millones de personas fueron cautivadas por sus ojos tristes,su particular estilo, una voz sencilla y letras colmadas de depresión adolescente.

Billie Eilish: una formula para el éxito que nadie jámas podrá imitar


El siguiente gran éxito de Billie Ellish fue «When the party is over»: una canción de desamor que narra una vuelta a casa luego de que “finalice la fiesta”, una metáfora de decirle adiós a un viejo amor.

El tema venía acompañado de un videoclip íntimo, incomodo y disruptivo con una sola toma donde la vemos llorando lágrimas negras, que rápidamente inundan toda la habitación. La música solo consistía en unos sintetizadores, un piano y momentos de silencio. Nada más. No hacía falta más que eso: la estrella es la interpretación intimista de una letra con la que todos podrían identificarse.

Si bien todo este cuento podría sonar como una historia repetida hay algo muy genuino en Eilish, hay un amor por la música, una desnudez emocional y una honestidad que la industria de la música no esta acostumbrada a escuchar.

Billie fue catalogada como una niña prodigio. Logró lo que quiere todo artista: recibió el prestigio artístico y también el amor incondicional del público. Su disco debut «When we all fall asleep where do we go», la hizo ser premiada con 5 Grammys. Colaboró en el soundtrack de dos películas nominadas al Oscar. Y se ganó el respecto de ídolos de su infancia como Paul McCartney, Dave Grohl y Lana Del Rey.

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Actualmente, Eilish tiene 8 canciones que superan el billón de escuchas… sí, el billón. Es un récord tan grande que es imposible de dimensionar. En una industria sobresaturada de superficialidad, Billie irrumpió con un susurró entre la muchedumbre. Le dio al público lo que necesitaba: música oscura y solitaria para un mundo y una generación que se encaminaba para esos rumbos. Canciones que mezcla lo terrorífico con lo bello, la euforia con la tristeza.

O’Connell es de esos fenómenos que nadie podrá replicar jamás. Ninguna formula de la industria podrá igualar su talento, su pasión ni su éxito comercial. Pero sobre todo, no podrían fabricar el amor que el público le tiene.

Su nuevo disco, «Hit Me Hard And Soft» (Golpéame fuerte y suave), es una declaración de intensiones. Ella creó un sonido propio, uno que sin duda influenciará toda una generación de músicos, desde la casa de su familia con su hermano Finneas, un productor musical con un gran talento. Eilish fue exitosa siendo genuina y no piensa abonar su verdad ahora.

«Hit Me Hard And Soft»: El disco de Billie Eilish que te sumerge en aguas turbulentas


Billie Eilish nuevamente lanzó un disco completamente escrito y producido por los hermanos O’ Connell. Juntos decidieron construir un producto que no intenta imitar a nadie más, tampoco busca seguir los estándares de una industria en la que se puede cantar sobre cualquier cosa… siempre y cuando las letras sean superficiales, no aporten nada nuevo y la producción sea lo más maximalista posible. No vaya a ser que se le escape un pensamiento o sentimiento real al oyente.

Finneas y Billie mantienen el estilo propio que crearon pero lo sofistican, lo perfeccionan, lo dejan madurar un poco. Siguen siendo fieles a si mismos y su objetivo: divertirse con la música. Si bien este disco muestra una «evolución» interesante en comparación a sus proyectos anteriores, no toma demasiados riesgos. Los hermanos han demostrado estar dotados de una creatividad infinita y escucharlos haciendo algo que se salga un poco más de los lugares que construyeron seria interesante.

«Skinny», la canción que abre «Hit Me Hard and Soft», declara la atmosfera del disco: un transe que te hace sentir flotando en el agua, o ahogándote. Al igual que la portada del disco, donde Billie está flotando sobre aguas tenebrosas, intentando alcanzar una puerta a medio abrir. Una imagen que representa perfectamente al álbum, tanto en las líricas como en la producción. El track finaliza con unos arreglos orquestales, un final contundente y catártico, bien construido, que se repetirá en varios momentos de la obra.

Justo cuando estas flotando en aguas profundas con «Skinny» arranca el hit pop «Lunch», una canción donde Billie Eilish simplemente quería divertirse un rato. Si bien es un tema que le da un respiro a la intensidad del disco, desentona bastante con el resto de los temas y te saca de forma demasiado repentina del trance en el que venías sumergido.

En «Chihiro», el tercer tema, la música esta llena de detalles, con sonidos de fondo que se escuchan como si hubieran sido grabados bajo el agua, nuevamente dándole una coherencia temática al disco. Los sonidos electrónicos combinados con una excelente interpretación vocal de Eilish generan una canción muy solida y muy fiel a su estilo.

Si hay un track en la que la cantante se sale de su zona de confort es en «Birds Of A Feather«, una balada pop con tintes noventeros donde Billie demuestra que no solo es intérprete sino que también es vocalista. Su voz se puede lucir, no es solo «un susurro». Es una canción con romántica sobre amor eterno, con una letra bastante convencional.

Es en «Wildflower» donde la voz de Billie Eilish más se destaca, con notas altas que hacen que el tema cobre vida. Una balada donde la cantante no da vueltas, y cuenta una historia donde convive con la culpa de salir con el ex de una amiga. Una temática que no debería generar empatía, pero la genera con creces. Expresa una tristeza y culpa que es completamente intensa y creíble.

Luego le sigue «The Greatest», el mejor tema del disco, ya que condensa todo los aciertos del álbum y del dúo que conforman los hermanos O’ Connell. Letras directas y lúgubres, una producción minimalista que concluye un final donde todo explota. Mezcla lo acústico con lo moderno, sumándole a todo esto el crecimiento de Billie en cuanto a sus capacidades vocales. Es una balada amarga sobre hacer sacrificios en nombre del amor. «Hacer lo correcto sin recompensa/ lo hice parecer indoloro/ Hombre ¿Acaso no soy la mejor?/«.

Antes, en las canciones de Billie se sentía un dolor generalizado hacia la vida. En este disco la angustia esta anclada en situaciones más terrenales, siendo un tema central en el disco como estar traumatizado afecta los vínculos románticos.

Es en «L’amour da mie vie» donde se toman más riesgos. Al inicio, parece que va a ser una canción r&b o soul y lo es, la mayor parte del tiempo. La primera mitad es un tema sencillo pero precioso. Te hace pensar que esta por concluir con un verso en el que se transiciona más bien al «lofi hiphop».

Sin embargo, la canción pega un volantazo y de la nada empiezan a sonar un synthwave, con unos sintetizadores bien ochenteros. Es una decisión difícil de comprender, que te toma demasiado desprevenido. Aún así, sigue siendo un recurso divertido de escuchar. Se agradece la intensión de hacer algo inesperado, aunque no termine de funcionar del todo.

Finalmente, en «The Diner» vuelve la chica a la que le gusta contar historias de terror. Eilish no es ajena a hacer canciones con cierto grado de suspenso y horror, de hecho, ese fue el principal concepto de su primer disco de estudio. Billie ya ha contado historias donde se escapa de la policía luego de matar a sus amigos, de ver monstros durante parálisis del sueño, de irse al infierno.

Esta vez, relata una historia que le toca de cerca. Con un instrumental un poco escalofriante, se pone en la piel de un acosador que sigue enfermizamente a una celebridad. Si bien la evolución del cuento resulta predecible, el final donde el «stalker» dicta el número de teléfono de su victima con sirenas que suenan de fondo es escalofriante.

En el track nueve aparece Bittersuite. Una canción que mezcla secuencias de synth pop con bossa nova, género musical brasilero que ya ha resultado inspiración para la artista. Nuevamente, retoma la temática de intentar desnudarse emocionalmente con una pareja. Tal como lo hace en Chihiro, donde pregunta «¿Podes abrir la puerta?». Esta vez, Billie pide: «Abrí al puerta para mi, porque sigo de rodillas, paralizada».

Blue es el cierre perfecto para este disco y quizás el mejor cierre de la cantante. El experimento de intentar resumir el disco en un track final ya lo había realizado con anterioridad, pero esta es la primera vez que funciona a la perfección. El rejunte de las liricas de todo el disco muestra la coherencia tematica del disco.

Sin embargo, también se anima a agregarle versos completamente nuevos, que son de lo mejor del álbum. «Naciste azul y triste como una mariposa/Hermosa y tan privada de oxígeno/ Más frío que los ojos de tu padre/ Nunca aprendió a simpatizar con nadie» canta Billie.

¿Billie Eilish y el disco del año?


«Hit me hard and soft» ha sido un éxito rotundo. Rompió el récord del mayor debut parcial para un álbum en la historia de Spotify, con 4,73 millones de reproducciones en un día y 72,2 millones de reproducciones en total. Muchos ya lo están nombrando como «el disco del año».

¿Es este el mejor disco del año? Creo que no. Es un disco muy bueno que se acerca a la excelencia, pero que podría profundizar más, innovar más, salir aún más de la zona de confort. Hay un pequeña chispa que le falta para llegar a la perfección. Algo que podría suceder en proyectos futuros.

El punto débil del disco es no saber encontrar distintas variables de un mismo estilo, para que no se vuelva monótono, pero no hay dudas que Billie y Finneas son capaces de superarse en el futuro. De la misma forma, Billie Eilish mostró un potencial como compositora de letras en este disco que podría evolucionar muchísimo.

Esa «pequeña chispa que le falta» a este disco quizás sea una segunda parte. Lo último que dice la cantante antes de que finalice el álbum es «Pero ¿Cuándo puedo escuchar el próximo?». Podría ser una crítica al acelerado ritmo de producción y consumo al que las disqueras y audicencias se acostumbraron. O podría ser lo que creen los fanáticos: que si este disco golpea más suave que fuerte, es porque el segundo golpe vendrá muy pronto, en la parte dos de este disco.


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