Por qué hay que poner cáscaras de nuez en las brasas del asado: los beneficios que seguro no sabías 

Este método realza el sabor de tus cortes y deja un toque ahumado inconfundible. 

Cáscaras de nuez en las brasas.

El asado de los domingos es, sin dudas, una de las tradiciones argentinas más queridas. Más allá del ritual de encender el fuego y compartir la mesa, siempre hay trucos caseros que buscan realzar el sabor y la ternura de la carne. Entre ellos, uno viene ganando cada vez más adeptos: colocar cáscaras de nuez sobre las brasas. 

¿Para qué sirve poner cáscaras de nuez en las brasas? 


El objetivo principal es potenciar el aroma y el sabor de la carne. Cuando las cáscaras de nuez se queman, liberan aceites naturales y compuestos aromáticos que generan un humo suave, con un perfume ahumado particular y muy agradable. Ese humo se impregna en la carne y le da un toque distintivo, diferente al que se obtiene únicamente con carbón o leña. 

Pero no se trata solo de aroma: el humo de las cáscaras es más denso y persistente, lo que permite lograr ese ahumado profundo que se disfruta especialmente en las cocciones largas. En cortes como el asado de tira, la tapa de asado o la bondiola, el resultado puede ser sorprendente. 

Cómo usar cáscaras de nuez en tu asado 


  • Encendé el fuego como siempre: una vez que tengas brasas bien formadas, listas para empezar a cocinar, llega el momento de sumar las cáscaras. 
  • Agregá un puñado sobre las brasas: no hace falta exagerar: con una pequeña cantidad alcanza para que el humo comience a envolver la parrilla. 
  • Colocá la carne: dejá que el humo actúe desde el principio, para que los aromas se integren durante toda la cocción. 
  • Reforzá durante el asado: si querés un ahumado más intenso, podés repetir el proceso a mitad de la cocción, siempre con moderación para evitar que el humo sea demasiado fuerte. 

Así como algunos usan hierbas secas, astillas de maderas frutales o vino en las brasas, las cáscaras de nuez se suman a la lista de recursos que transforman un asado en una experiencia especial. Es un truco económico, natural y fácil de aplicar, que aporta un toque gourmet sin perder la esencia de la tradición argentina. 

Porque al fin y al cabo, el asado no es solo carne y fuego: es también el arte de darle a cada corte ese sabor único que queda grabado en la memoria de quienes se sientan a la mesa. 

Posibles riesgos o cuidados a tener en cuenta 


  • Exceso de humo: demasiadas cáscaras pueden producir un humo muy denso, que en lugar de mejorar el sabor puede volverlo amargo o invasivo. 
  • Residuos químicos: si las cáscaras fueron tratadas con pesticidas, barnices o contaminantes durante el almacenamiento, podrían liberar sustancias no deseadas al quemarse. Conviene asegurarse de que estén limpias y secas. 
  • Alergias: aunque el contacto es indirecto, personas con alergia severa a la nuez podrían ser sensibles a partículas en el humo. 
  • Control del fuego: las cáscaras arden rápido y pueden generar pequeñas chispas, por lo que conviene agregarlas poco a poco. 

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