Repensando la provincia de Río Negro

Enrique C. Mogensen*

Este es el balance a que nos obliga la penuria,  pero ello no justifica la improvisación, ni explica la medianía”: ex Pte Raúl Alfonsín, año 1985 en Instituto Balseiro  Bariloche.


El erróneo uso de la potencialidad en recursos naturales y humanos rionegrinos de las últimas décadas derivó en la  insuficiencia dinámica de la economía provincial y su desarrollo. La Gobernadora Arabela Carreras ha esbozado lineamientos para su gestión en tres definiciones para modificar la raíz estructural de la provincia que permitirían colocarnos como región competitiva: soy desarrollista; construiremos Silicom Valley; crearemos la Secretaría de Comercio Exterior.


El Desarrollismo se identifica con la política de superar la condición de economía primaria buscando el perfil industrial, apartarse de la división internacional del trabajo y superar el deterioro de los términos del intercambio mundial.


Hoy esta asimetría perdura y define que en un mundo globalizado deben ser otras las estrategias para superarla, complementar la economía regional basada en la fruticultura con una producción industrial acorde a los cambios que hoy  lideran la ciencia y la tecnología representa una propuesta válida.  


La segunda se refiere a  recrear lo que EE.UU produjo para ser líder en el mundo de las actividades científicas aplicadas tecnológicamente. Los objetivos del PITBA se orientan hacia esos desarrollos de mayor nivel cualitativo que incorporan innovación brindando mejores niveles de eficiencia y competitividad productiva. La Ley  de la Economía del Conocimiento propone aumentar transversalmente la productividad para fomentar la creación de empleos de calidad  y multiplicar las exportaciones posibilitando incursionar en  actividades como software, biotecnología, industria aeroespacial y satelital, audiovisual, servicios de electrónica y comunicaciones, centros de exportación de servicios profesionales, investigación y desarrollo, nanotecnología y nanociencia y la fabricación bienes 4.0. Tenemos autonomía comercializadora externa propia y para lograr una inserción internacional exitosa debemos contar con: a) el Estado participando como diseñador y ejecutor de la política b) la infraestructura como sector productor y oferente de la tecnología y conocimiento c) el sector productivo como demandante de esa tecnología.


El trabajo interdisciplinario deberá reunir la capacidad de transferencia y divulgación de los desarrollos científicos hacia los actores demandantes de innovación para que materialicen esos conocimientos y lleguen al mercado global.


Para optimizar la matriz debemos  promover la radicación de una Zona Franca que brinde posibilidades técnicas, financieras y económicas a la importación y exportación, que sea moderna, flexible y funcional a las necesidades de los sectores más competitivos y dinámicos de la economía provincial. Las ZF son espacios en los cuales la mercadería en su importación como en su extracción exportable no está gravada, el objetivo es fomentar el comercio y la actividad industrial exportadora a través de la reducción de costos, incentivos fiscales y simplificación de los procedimientos administrativos.


Radicar una ZF dentro del Parque Industrial Tecnológico de Bariloche sería el complemento ideal para impulsar la producción y comercialización exportable, la logística existente: aeropuerto internacional, trenes, rutas, organismos como Aduana,  Migraciones, AFIP, Policía Federal, cercanía a puertos de aguas profundas para embarcar rumbo a los países asiáticos  y europeos, son condiciones favorables existentes.  


El primer beneficiado sería INVAP SE  por el abaratamiento en los costos de los insumos al no pagar aranceles lo convertirían en altamente competitivo en el orden internacional. Las estadísticas demuestran los beneficios que aportaría una ZF: EE:UU tiene 450 ZF, el 73% de ellas pertenecen a sectores de alta tecnología y servicios sofisticados; India tiene 400 y en China hay 200 súper zonas económicas. Colombia tiene 111 ZF:  con 250.000 puestos de trabajos debido a la radicación de 820 industrias, sus exportaciones son chips y servicios, se practicaron más de 700.000 operaciones anuales  por más de US$ 20.000 millones.


Radicar una Zona Franca en el Parque Industrial Tecnológico de Bariloche sería el complemento ideal para impulsar la producción y comercialización exportable.


Las cifras de América Latina reflejan que se instalaron 617 ZF donde radican 10.816 empresas, se crearon 935.400 empleos.
Las exportaciones representaron US$ 30.040 millones, el 75% de las empresas vinculadas son Pymes y el retorno económico por cada dólar invertido es de entre 3 y 6 dólares. La ZF produce reactivación económica, generación de empleos de calidad y paralelamente  promueve el turismo por el giro comercial-familiar de su entorno. Es tiempo de repensar la provincia, políticas de estado como las enunciadas garantizarán estabilidad y prevén un futuro de desarrollo.


*  Contador, ex Gerente General de Proyectos Especiales de Río Negro CEO de Empresas de Economía Mixta Internacionales Área del Caribe


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