“República de barones”

Siglos atrás, los países europeos definían su destino por luchas palaciegas entre barones, condes y otras yerbas. En nuestro país, desde mediados del siglo pasado, nuestro destino se define en el palaciego conurbano bonaerense, donde los intendentes de un mismo color político –también identificados como barones– se agrupan por bandos; si son electos, uno de los bandos busca diferenciarse del que gobierna mostrándose como “positivamente” distinto, pero son iguales, son hijos de un mismo padre. El objetivo es mantener el poder y su “tesoro”. El poder de los barones europeos era producto de riquezas heredadas, ninguno era pobre. Los de aquí tampoco, pero la diferencia es que el poder de éstos deviene de herencias de bolsones de pobres e indigentes condenados sin fin a esas condiciones, cautivos como capital electoral. Camino al 2015 ya comenzó el reciclado. ¿Volveremos los ciudadanos a “tragarnos el mismo sapo”? ¿Seguiremos con la amnesia crónica? ¡Es increíble que una mayoría superlativa de cuarenta millones de habitantes de todas las latitudes de nuestro extenso territorio esté a merced de una casta de “barones” bonaerenses! Triunfaron los “salvajes unitarios”, como los calificaba el estribillo del siglo XIX, murió la federación. Emilio Zuccalá, DNI 4.492.678 Buenos Aires

Emilio Zuccalá, DNI 4.492.678 Buenos Aires


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