Ríos y canales trágicos: más carteles que guardavidas en costas de la región

Este año ya hubo 12 ahogados, todos en sectores no habilitados como balnearios. Pero, en contra de lo naturalizado, los códigos permiten el uso recreativo de las aguas. Entonces... ¿conviene seguir prohibiendo o se necesita una prevención más efectiva?

Prohibido bañarse. Ley 2952”. La rigidez del texto deja poco margen a la duda. Rápidamente, la conclusión de la lectura es que en el Canal Grande de Roca nadie puede bañarse porque así lo dice la ley. Los carteles también están a orillas del río Negro, en la zona del Náutico y en el parador de la Isla 32, que paradójicamente construyó el municipio para que los vecinos concurran a la costa. Pero la Ley 2952 no prohíbe bañarse. Todo lo contrario. Habilita a bañarse. Lo dice su artículo 17, que establece que “todas las personas pueden usar las aguas públicas, mientras se encuentren en sus lechos o cauces, para atender las necesidades primarias de la vida: beber, lavar, bañarse, abrevar y bañar animales, recrearse, etcétera, con sujeción a las ordenanzas y a los reglamentos de policía”. ¿Entonces?

El problema es mucho más complejo. Con o sin permiso legal, los ríos y canales de Río Negro y Neuquén siguen usándose para bañarse en verano. Y las muertes se acumulan, año tras año. En lo que va de este 2020 ya fueron 12 los ahogados en distintos cursos de agua de la región.

Ahora bien, hay un dato importante que ayuda a encauzar la discusión: en Neuquén capital no se registró hasta el momento ningún hecho fatal dentro de sus balnearios habilitados a orillas del Limay.

En Neuquén hay 98 guardavidas para las tareas de vigilancia y rescate a orillas del río Limay.

Hasta el fin de semana pasado los rescates habían sido 585. Una cifra contundente, que revela el nivel de imprudencia a la hora de buscar en el agua un poco de diversión y alivio ante el calor.

Pero mucho más graves fueron las cifras del verano pasado, cuando los guardavidas contabilizaron más de 2.000 acciones de salvataje.

El contexto permite ver que todavía hay que recorrer un largo camino de concientización, pero que la prevención empieza a dar resultados.

Hasta ahí el panorama de Neuquén capital. ¿Y el resto de las ciudades de la zona?

Cipolletti tiene su problema principal en los canales, porque la contaminación hizo que el río dejara hace tiempo de ser la primera opción para refrescarse para quienes no tienen la posibilidad de entrar a una pileta.

Allen orientó a sus vecinos hacia el río, pero el verano pasado tuvo que clausurar el sector de “El Arroyón”, luego de una serie de muertes y rescates. Desde entonces, hay un solo balneario habilitado en la Isla 16, con guardavidas.

En Roca el municipio se aferró durante la última década a la fuerza de ese mensaje en los carteles.

Las advertencias escritas a la vera del río y el Canal Grande, en Roca.

Sin ordenanza específica sobre la materia, todo queda limitado a esa advertencia escrita y a la decisión personal de cada vecino.

La decisión de se tomó durante la gestión de Carlos Soria, luego del juicio que debió afrontar la municipalidad por el accidente ocurrido en la pileta del Club Del Progreso, en el que un niño -Nicolás Anabalón- permaneció sumergido varios minutos sin ser advertido por guardavidas o algún otro empleado de la entidad.

Con esa traumática experiencia, la gestión local quiso resguardarse y desplegó carteles por todos lados, además de replicar un mensaje en los medios: el único balneario habilitado es Apycar.

En síntesis, cualquier persona que ingrese al agua en un sector no habilitado como balneario, lo haría bajo su exclusiva responsabilidad y el municipio quedaría librado de eventuales reclamos.

Este año se sumaron guardias en la Isla 132 y en el Club BPN

El municipio obtuvo su coraza legal, pero miles de roquenses mantuvieron su conducta y siguen concurriendo a los canales y al río. La última muerte ocurrió el 24 de enero, cuando dos jóvenes chocaron sus cabezas en el Canal Grande y uno de ellos se desvaneció y se ahogó.

Es cierto que ningún gobierno municipal puede poner guardavidas a lo largo de todo el Canal Grande o vigilar las extensas orillas de los ríos.

Pero la experiencia y las estadísticas neuquinas invitan a mirar la realidad desde otro lugar. Ante el uso masivo de algunos sectores de la costa, cabe preguntarse si no es conveniente asumir la realidad desde el Estado, sumar seguridad en sectores que hoy funcionan como balnearios informales y evitar que se pierdan más vidas.

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Las obligaciones y derechos para entrar al agua en Neuquén


En Neuquén la facultad de restringir el acceso a los espejos de agua está delegada a los municipios, pero por reglamentación provincial su uso y aprovechamiento común está permitido por el “Código de aguas” establecido en la Ley 899 de la provincia que fue publicada el 24 de octubre de 1975.

La norma no define los espacios recreativos, no determina en qué lugares una persona puede bañarse o no, pero tiene normas complementarias que delimitan el panorama: la provincia tiene una ley de guardavidas y además en Neuquén capital hay ordenanzas que obligan la presencia de rescatistas, establece sus atribuciones y obligaciones en los balnearios pertenecientes al municipio, una de ellas prohibe el ingreso a sectores no habilitados.

La capital provincial, donde el río Limay tiene casi 16 kilómetros de costa, decenas de sectores utilizados para bañarse y que concentra por fin de semana unas 60.000 personas, es uno de los sitios donde no hubo que lamentar incidentes de gravedad este verano (ver aparte).

En la ciudad existen dos ordenanzas que de alguna manera establecen las responsabilidades del Ejecutivo: por un lado se encuentra la 8289/98 que legisla sobre el uso de los balnearios municipales y que también tiene por objetivo resguardar la seguridad de las personas que concurren a “balnearios municipales”. En el texto se puede ver que “la zona de baño estará delimitada por boyas puestas por el Municipio” y también aclara que “los bañistas están obligados a obedecer, cuando estén dentro del espejo de agua, las órdenes que reciban del personal de Cuerpo de Bañeros; y el público que esté fuera de él, del personal Policial y de la Inspección Municipal”.

Otro apartado dice que el gobierno provincial está obligado a colaborar con el municipio durante el verano, aportando “personal especializado” que actúe en casos de emergencia.

Más cercana en el tiempo es la ordenanza 13163/14 que estableció en la ciudad el Servicio de Seguridad de las Actividades Acuáticas, en todos los lugares habilitados sean públicos o privados. En ella se reglamentan los horarios y se especifica que los lugares no habilitados como balneario “donde existiera un camping o predio similar que tenga límite con la zona de ríos o espejos de agua, deberán contar con cartelería indicativa de la falta de habilitación y donde se especifique la mención ‘prohibido el paso a toda persona’”, y en otro apartado estipula que queda “prohibido bañarse en lugares no habilitados como zonas balnearias o de baño. El Ejecutivo Municipal deberá indicar los lugares que no están habilitados para baño”.

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Más prevención, menos rescates en el Limay


La cantidad de rescates en los balnearios del río Limay en Neuquén capital es muy alta, pero entre año y año tuvieron una caída abrupta, de más de un 70%.

En los primeros dos meses del verano, los guardavidas de la ciudad atendieron a unas 585 personas a punto de ahogarse, pero el último año durante el mismo período los rescates habían sido más de 2.000.

Desde el municipio aducen que los resultados son fruto de un intenso trabajo de prevención.

Las cifras que maneja el gobierno de la capital toman dimensión también cuando se conoce la cantidad de vecinos que visitaron los cuatro balnearios de la ciudad.

En los últimos fines de semana, que son los días de mayor concurrencia, se estima que las orillas del río han concentrado en promedio unos 60.000 visitantes por jornada.

“Es un trabajo intenso que venimos haciendo desde el primero de diciembre, cuando empezó la temporada. Los guardavidas están seis horas en los balnearios y tres de esas horas están recorriendo todos los lugares para advertir a la gente”, explicó el subsecretario de Medioambiente y Protección Ciudadana de la ciudad de Neuquén, Francisco Baggio.

El funcionario explicó que la contracara de la baja cantidad de rescates es la gran cantidad de “intervenciones” que se han generado. Este año “el operativo cuenta con 98 guardavidas desde las 10 de la mañana hasta las 21, desde el primero de diciembre hemos tenido unas 20.000 intervenciones, que nosotros las contamos cuando un guardavida tiene que advertir a alguien que está en una zona peligrosa o que se retiren del agua para evitar riesgos. La prevención es lo fundamental”, indicó.

Baggio resaltó que este trabajo se comenzó a planificar en octubre, después de las elecciones por la intendencia de Neuquén y que además incluye la colaboración de la Policía y el SIEN. Además, enfatizó que a diferencia de 2019, este año se amplió la cobertura y además de haber bañeros en los cuatro balnearios, dispusieron guardias preventivas en el paseo de la Isla 132 y también la zona del club BPN.

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Mensajes confusos en Roca, con la idea inicial de evitar juicios


El municipio de Roca admitió que la prohibición de bañarse en el Canal Principal de Riego no surge de la Ley 2952, como indican sus propios carteles, pero ratificó que no está permitido usar ese curso de agua con fines recreativos.

Ante una consulta al sobre la compleja situación que se da en los canales y en el río por el uso de esos espacios como balnearios, desde la gestión local se recordó que el recurso hídrico es un bien del Estado provincial.

“La administración y gestión de los cauces de agua es competencia del Departamento Provincial de Aguas. Como autoridad de aplicación del Código dispuesto por Ley Provincial N2952, el DPA es responsable de regular el uso del Canal Principal de Riego”, destacaron desde el Ejecutivo local.

Luego agregaron que el Municipio de Roca, a través de la Dirección de Habilitaciones Municipales, cada año controla el cumplimiento de los requisitos de seguridad a las entidades que solicitan habilitación como natatorio en la ciudad.

“El DPA no ha solicitado habilitación para el Canal Principal de Riego, no cuenta con guardavidas ni con ninguna de las otras exigencias de seguridad previstas, por lo tanto no se encuentra habilitado como natatorio”, advirtieron.

“En función de ello y del enorme peligro que implica bañarse en el Canal Principal de Riego, se dispusieron los carteles de prohibición en las márgenes del tramo que atraviesa la ciudad”, agregaron desde el municipio.

Desde el Ejecutivo también confirmaron que no existe ordenanza que regule el uso del Canal Principal de Riego “debido a que el mismo es de jurisdicción provincial”.

Finalmente, se recordó que el Municipio de Roca cuenta con dos natatorios habilitados: en el Patronato la pileta climatizada que funciona durante todo el año, y en Aycar el piletón que está abierto sólo en temporada de verano.

“Asimismo, tal lo anunciado por la Intendenta María Emilia Soria en Plan de Gobierno para sus cuatro años de mandato, está prevista la construcción de un nuevo natatorio municipal en la zona norte de la ciudad”, remarcaron desde la gestión.

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El Consorcio de Riego pide “responsabilidad”


El Consorcio de Riego y Drenaje de Roca no está en contra del uso recreativo de los canales secundarios y terciarios a su cargo, pero insistió en la necesidad de un uso “responsable” del recurso de agua.

“La posición que tiene el Consorcio respecto al uso recreativo de los canales de riego, en su área de influencia, es decir en los canales secundario y terciarios que tenemos concesionados, es que se aprovechen de manera responsable, que se evite poner en peligro la vida”, sostuvo la gerenta de la institución, Vanesa Funes.

La directiva de la institución describió que “se ve a menudo chicos intentando pasar por debajo de las compuertas, como en el caso de la Ruta 22 y San Juan”.


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