Se triplicó el secuestro de cocaína en la zona

La lucha contra el narcotráfico es ‘caballito de batalla’ de todos los gobiernos, pero los esfuerzos por combatir este flagelo parecen siempre insuficientes, ante empresas delictivas que funcionan con niveles de organización cada vez más perfeccionados. Desde hace años, la norpatagonia es centro neurálgico de venta y distribución de drogas, a pequeña, mediana y gran escala.

El ingreso de cocaína directamente desde el cártel de Sinaloa, creado por el “Chapo”Guzmán, y la seguidilla de bandas desarticuladas en una semana en el Alto Valle, muestran una vez más la permeabilidad (o fallas) de los controles: en ocho meses ya se triplicó la cantidad de cocaína que se había secuestrado en todo el año pasado.
Todo acompañado de mucha violencia, crímenes, ajustes de cuentas, adicciones incontrolables…

Apenas unas horas después de que se mostrara como un trofeo todo el cargamento de 36 kilos de cocaína, armas y dinero secuestrado en uno de los operativos de “incautación récord”, en la terminal de Cipolletti se secuestró un cargamento de 30 kilos de marihuana. Enseguida otro kilo de cocaína y 13 de marihuana entre Roca y Regina.
No son hechos aislados.

En lo que va del 2019 hubo unos 30 procedimientos “exitosos” en diferentes puntos de Río Negro, con secuestros de más de 62 kilos de cocaína, cientos de kilos de marihuana, decenas de armas (largas y cortas), autos de gama media y alta, millones de pesos en efectivos, y elementos de fraccionamiento. Hubo más de 70 detenidos. El año pasado se había secuestrado 18 kilos de cocaína.
La utilización del 0800-(333-4124) Droga es una herramienta que el vecino común puede usar desde el anonimato para denunciar. Y en eso se apoyan la Justicia y la Policía para iniciar las investigaciones. En los últimos años los expedientes se han multiplicado, a la par de los allanamientos, secuestros y detenciones.
Pero nada detiene el millonario negocio de las drogas. Se desarticula una organización y enseguida, los sucesores se disputan el poder vacante.
Es que desde hace tiempo las bandas se han convertido en empresas, con empleados, regímenes laborales ( horarios, vacaciones) que necesitan imperiosamente expandir el negocio. Y clientes siempre encuentran, no importa la ciudad.

Cuando los narcotraficantes se sienten acorralados en un lugar, se mudan y continúan con el negocio. Cipolletti, Roca, Viedma, Bariloche, Regina, la costa… Son sitios donde a pesar de los fuertes embates de la policía, las empresas narcos continúan funcionando.

Policías que se quedan con la droga en lugar de secuestrarla, mulas que llegan a la región en micros de larga distancia, narcos que se instalan desde otras partes del país e incluso del extranjero, otros que siguen operando desde la cárcel o con sus descendientes. Son todas variantes del narcotráfico instalado en la región.
Una de las particularidades de los últimos meses es el crecimiento de la cantidad de cocaína en la calle.

La mutación del negocio se debe a que “trasladar marihuana es caro, por el volumen. Eso hace que crezca la cocaína, que es más redituable”, reconoce el ministro de Seguridad y Justicia de Río Negro, Gastón Pérez Estevan.
El funcionario destaca los últimos golpes que se dieron al narcotráfico, pero reconoce que la lucha es muy complicada, y hasta desigual. “Ellos, como estructura delictiva tienen financiamiento, enorme, y eso implica tener herramientas para poder burlar cualquier tipo de control. Esa es la diferencia de este delito con el resto”.

Sobre las ciudades en las que están instaladas las bandas más organizadas, Pérez Estevan señaló a Roca como el epicentro.

Los secuestros se suceden, hay cada vez más droga en la región y nada parece ser suficientes para terminar con el narcotráfico.