Sigue la tensión en el Penal de Cipolletti, tras el homicidio de la semana pasada

Presentaron un hábeas corpus al juez de Ejecución, Lucas Lizzi, que fue firmado por los defensores oficiales y en el que pidieron revisar la situación de varios. Denunciaron presuntas complicidades con el personal.

La situación en el Penal de Cipolletti sigue compleja, por lo que un grupo de internos presentó un hábeas corpus al juez de Ejecución, Lucas Lizzi, que fue firmado por los defensores oficiales y en el que pidieron revisar la situación de varios presos que se encuentran cumpliendo castigo, tras el homicidio del jueves pasado. Denunciaron presuntas complicidades entre el personal y dieron una lista de falencias a modo de petitorio. Este miércoles hubo una audiencia y el plazo es de 48 horas para resolver.

Los internos relataron que la semana pasada el personal dispuso vaciar una celda, en la que se alojaban «presos sin experiencia carcelaria», como fueron calificados. En ese mismo espacio habrían hecho ingresar a «presos con experiencia», y que aseguraron, estarían armados con «facas y arpones». Luego enviaron a la misma celda a varios de los que habían desalojado.

«Todos así dispuesto para que ocurra una masacre», dice el documento que lleva la firma de Silvana Ayenao, Sebastián Nolivo, Juan Pablo Piombo y Marcelo Carballo. En ese contexto, según se expresó en el relato, no hubo que lamentar víctimas fatales, al menos hasta el día siguiente, cuando falleció de una puñalada Roberto Carlos Argüello, durante una visita.

Un interno murió tras ser apuñalado en el Penal 5 de Cipolletti. Foto: Juan Thomes

«Eran como corderos encerrados con lobos», aseguraron, y expresaron que durante ese cruce los internos «se sintieron muy cerca de la muerte». En la audiencia de ayer Lizzi criticó que se refieran a internos con calificativos de animales. «Son seres humanos, privados de su libertad, pero seres humanos», dijo.

No hubo heridos porque, según explicaron, ingresó al lugar el grupo de requisa. No obstante, aseguraron que hicieron coincidir a «un lobo con un cordero», en referencia a Arguello y al interno que terminó con su vida, durante una visita. «¿Cómo ingresó un cubierto a la sala de visitas?», fue la pregunta que surgió.

Aseguraron que Arguello «lo atacó», en lo que habría sido una provocación al violar un código interno, y que este se defendió.

Por esto, la investigación que lleva adelante el fiscal Martín Pezzeta por el homicidio de Arguello se desdobló, y ahora Gillermo Merlo indagará insitucionalmente para dilucidar las presuntas irregularidades que derivaron en la muerte de un interno.

Los presos aseguran que llevan seis días en un «buzón», en referencia a las celdas pequeñas, y pidieron poder retornar a su pabellón y convivir «en paz», dijeron.

Por eso piden a Lizzi que intervenga con urgencia para terminar con esta crecida de violencia que, lejos de disiparse, tras la muerte de Arguello, pareciera seguir latente. El lunes podría dirimirse si estos presos volverán a convivir con la población carcelaria, o si serán trasladados a otra unidad penal.

Por otra parte, el mismo grupo de internos reclamó la falta de atención médica, la ausencia de medicamentos que necesitan algunos presos, y afirmaron que no se respeta la dieta que varios deben cumplir. También sostuvieron que la movilidad es peligrosa, y que hace pocos días hubo un choque.

También se quejaron de que los talleres que se brindan se achicaron y que solo existe, actualmente, uno de carpintería. Lizzi desmintió esto y aseguró que se brindan «varias capacitaciones».

Otra exigencia, la única que fue admitida por Lizzi, es la falta de psicólogos y de personal que sepa cómo llegar a dialogar con los internos y que, como busca la institución penal, puedan re insertarse en la sociedad.


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