Sin el secundario se podrá ser guardia de seguridad privada en Neuquén

Hay acuerdo en la Legislatura para modificar los requisitos de ingreso al sector.

La provincia de Neuquén cuenta con 6.300 efectivos policiales. En la vereda de enfrente las empresas de seguridad privada suman unos 4.000 agentes y, si bien la mayoría no puede portar armas, el número podría incrementarse en algunos meses. Avanza en la Legislatura un proyecto que flexibiliza las condiciones para la contratación del personal privado: ya no será necesario contar con los estudios secundarios finalizados.

Las actividades en las que participan los agentes de seguridad son diversas, pero crecieron con los desarrollos petroleros asociados a Vaca Muerta. Van desde uniformados que cumplen funciones de vigilancia hasta efectivos seguridad en eventos multitudinarios como lo fue, por ejemplo, la Fiesta de la Confluencia.

La comisión de Legislación del Trabajo y Asuntos Laborales aprobó por unanimidad modificar la Ley provincial Nº 2772 de Servicio de Seguridad Privada para flexibilizar los requisitos de estudios secundarios completos para los aspirantes a trabajar en puestos de dicha actividad.

El presidente de la comisión y diputado de la provincia de Neuquén por el PRO, Damián Canuto afirmó que “se dejará de exigir estudios secundarios completos y, en su lugar, se permitirá a los aspirantes tener estudios en curso con un plazo de culminación de cinco años, más uno de prórroga”.

Además, quienes quieran acceder a un puesto en una empresa de seguridad privada los estudios tendrán que ir acreditándose regularmente.

Los legisladores acordaron que con la modificación de la Ley provincial Nº 2772 de Servicio de Seguridad Privada se busca mejorar el acceso al trabajo y se fomenta la educación de los trabajadores.

El titular de la Asociación de Trabajadores de Seguridad de Neuquén (ATSN) Diego Brizuela afirmó que “la intención de la propuesta es buena porque hay muchos solicitantes a la profesión, pero no pueden acceder a trabajar por la faltante del secundario. Entonces esto se convertiría en un estímulo para terminar los estudios y tener un empleo”.

Si bien ambas eran diferentes, ahora decidimos juntarlas y modificar la regla, para que no sea un impedimento pero sí una obligación terminar el secundario para acceder al trabajo”,

Damián Canuto (PRO).

La modificación viene manifestándose desde algunos años a través de dos proyectos provenientes de los diputados Mariano Mansilla del bloque Frente Neuquino (UNE) y Alejandro Vidal de la Unión Cívica Radical (UCR).

“Si bien ambas eran diferentes, ahora decidimos juntarlas y modificar la regla, para que no sea un impedimento pero sí una obligación terminar el secundario para acceder al trabajo”, sostuvo el legislador Canuto.

Según la diputada María Laura Du Plessis (MPN) para la aprobación, en la comisión de Asuntos Legislativos, “la votación fue bastante unánime, porque la propuesta es específicamente para un inciso, significaría un estímulo”.

Tras el aval de los bloques, el proyecto llegará al recinto de la Legislatura para su tratamiento. En la previa no parecen existir conflictos sobre el tema por lo que se aprobaría sin contratiempos.


Capacitación: El concepto clave

Si bien ningún aspirante puede obtener un puesto como seguridad privada si registra procesos judiciales pendientes, sobreseimiento provisional o condena por delito doloso, entre otros, una de las clave es la capacitación.

«Es una realidad que debería cambiarse, es un trabajo que actualmente está mal remunerado por su exigencia horaria pero se convirtió en una primera oportunidad laboral para muchos” afirmó Diego Brizuela titular de la ATSN. Aclaró que para la tenencia de armas, la actual ley establece que el personal privado que cumpla actividades de vigilancia en locales bailables, eventos deportivos y culturales que signifiquen la concentración de público y servicios en establecimientos públicos y privados, no pueden portar armas de fuego.


Anlásis: Un desbalance que no distingue público o privado

Por Federico Aringoli


La preparación de los efectivos que tienen a su cargo la seguridad de las personas no es un tema de segundo plano. Sin embargo, suele disimularse bastante en épocas donde se persigue más un reconocimiento social que un correcto funcionamiento ante la sociedad civil. No resulta extraño toparse con videos virales donde se celebran linchamientos de particulares o excesos de las fuerzas de seguridad en nombre de un sentido común que exige mano dura como solución a los problemas cotidianos. En cierto punto el deslucimiento de las instituciones, como la Justicia, alimentan ese pensamiento con categoría de instinto básico.

Este desbalance, que atraviesa por igual a fuerzas públicas y privadas, se sostiene por una suerte de aliento popular anónimo al que poco le importa el profesionalismo y la formación de los agentes. Una idea sobre la que no está clara si se transmite desde abajo hacia arriba o desde arriba hacia abajo, pero que se sabe que solo funciona como otra capa más de ocultamiento.


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