Sin recursos, el jardín botánico de Bariloche en período de hibernación

Un día como hoy de 2009 se creó este espacio para preservación de la flora autóctona. Sin embargo, ninguno de los gobiernos municipales que se sucedieron desde entonces logró darle forma a su funcionamiento.

Por extensión y por su ubicación estratégica, el jardín botánico de Bariloche es el paseo verde más importante del casco urbano, con el plus de que no solo fue pensado como un espacio de recreación sino que tiene finalidades expresas de preservación de la flora autóctona. Pero los escuálidos presupuestos que recibe lo mantienen en un estado de postración que se prolongó casi sin cambios desde su creación (hace ya once años) y que se acentuó con la pandemia.

El jardín botánico comprende 14 hectáreas si se suman el predio principal ubicado sobre calle Pasaje Gutiérrez, a unas 10 cuadras del Centro Cívico, y la plaza de El Mallín, que también forma parte de su jurisdicción. El manejo está a cargo de un ente autárquico que encabeza el municipio e integran otras entidades como el Inta, las universidades, Parques Nacionales y Bosques de la provincia, cuya participación se limita al asesoramiento y el aporte técnico. El presupuesto público es magro y llega a cuentagotas, desde que el municipio sufrió el impacto de la crisis en su propia recaudación.

Para peor, la gestión administrativa también arrastra falencias y omisiones. Esta semana el Tribunal de Contralor advirtió que el ente adeuda los balances de los últimos siete años, que debe fiscalizar ese organismo.

El concejal Gerardo Ávila, que está a cargo de la tesorería, reconoció el atraso y lo atribuyó a la dificultad de pagar el servicio profesional para confeccionar las rendiciones contables.

Dijo que recién en 2019 pudieron “acceder a los fondos para contratar una contadora” que elaboró los balances 2015 y 2016. Ese año fueron presentados al Contralor, que los visó y pidió correcciones. Señaló que los de 2017 y 2018 están “avanzados” y falta encarar el de 2019. Señaló que la elaboración de un balance cuesta “entre 40 y 50 mil pesos” y al parecer el Ente tiene serios problemas para cubrir ese costo. Mucho más para ejecutar obras y mejoramientos en el predio.

El presupuesto aprobado para el jardín botánico este año es de 800 mil pesos, pero todavía no recibió transferencias. Ávila admitió que hasta 2019 el Ente había logrado ordenarse, ejecutaron algunas obras menores con recursos de la tasa al turista y tenía varios proyectos en marcha, pero “la pandemia paró todo” y entendió que “si el municipio logra un ingreso extra lo destine a reforzar los módulos alimentarios” y el Jardín Botánico no esté entre las prioridades.

Aunque hoy esté la crisis del coronavirus en primer plano, para desarrollar el proyecto inicial del Jardín Botánico lo que faltó no fue tiempo. La ordenanza que le dio creación fue sancionada el 7 de mayo de 2009 y hoy cumple 12 años.

La nota remitida por el Contralor al intendente y también al Concejo dice que el Ente del Botánico adeuda los balances desde 2013 hasta 2019, advierte que los plazos para la presentación están vencidos y pide que se considere el pedido de “urgente” regularización.

Ese faltante le habría impedido al Ente postular para subsidios, aportes y financiamientos, incluso de origen internaciona,l para esta clase de emprendimientos.

Planes ambiciosos

Los objetivos iniciales del Jardín Botánico tienen que ver con lo científico y educativo, además de la preservación de un valioso ambiente natural en pleno centro. Estaba previsto crear por ejemplo un banco de semillas de nativas y convertir al jardín botánico en un centro de interpretación de valor turístico.

Dentro de su perímetros también hay espacios asignados para levantar el teatro municipal y un paseo de la memoria.

Ávila dijo que las pocas mejoras que pudieron realizar en el último tiempo surgieron de gestiones “sin erogar plata”, por ejemplo ante la CEB, para instalar alumbrado. Hubo participaciones similares de Parques y del Splif.

En la plaza del Mallín colocaron juegos infantiles y las tareas indispensables (que aún así se cumplen a medias) son las que tienen que ver con los raleos, poda, mantenimiento de senderos y colocación de cartelería. Existe también un plan para crear un nuevo sendero y un mirador, que quedó inconcluso.

Señaló que hay también un proyecto para instalar riego pero no pudieron avanzar más allá de la compra de materiales. “Se hace lo que se puede con el recurso que hay -admitió el tesorero del ente-. No es la situación que quisiéremos”.

Dijo que el Botánico lleva “años” sin recibir recursos directos y que en el actual contexto es “entendible” que si el municipio tiene ingresos disponibles les dé otro destino.


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