A 54 años del Cipolletazo: una pueblada en defensa de un intendente, otros tiempos de la política
A las 11 se llevará adelante un acto en el edificio municipal para rememorar el hecho. Habrá una proyección de un video documental y hablarán los familiares.
El Cipolletazo impidió la destitución de Julio Dante Salto por la dictadura militar de Onganía.
El 12 de septiembre de 1969, los vecinos de Cipolletti se manifestaron espontáneamente en las calles para oponerse a la destitución del entonces intendente Julio Dante Salto. Hoy, para conmemorar la fecha, habrá un acto en el quinto piso del edificio municipal a las 11.
El Cipolletazo fue un suceso que marcó a los vecinos de Cipolletti y que se mantiene vivo en la memoría. Un día como hoy, hace 54 años, miles de personas salieron a la calle para defender la gestión del intendente Julio Dante Salto. Tras cinco días de revueltas, corridas, allanamientos y detenciones el conflicto se resolvió con la designación de un interventor que contaba con el visto bueno de Salto.
Para recordar esta fecha, la municipalidad de Cipolletti realizará un acto en el edificio municipal, a las 11. Según informaron se compartirá un documental de la fecha, habrá una exposición de reportes de diarios y hablarán los familiares de Julio Dante Salto.
El Cipolletazo constituye uno de los eventos históricos más significativos de la historia de la ciudad. El 12 de septiembre de 1969 el intendente Salto estaba sacando fotos en el desfile militar por el aniversario de Neuquén. Ese día llegaron a la municipalidad seis enviados del gobernador Figueroa Bunge para hacer efectivo el decreto 721/69, que obligaba la destitución de Salto. Al hacerse pública la noticia, el pueblo se movilizó hacia el municipio, ubicado en Villegas e Yrigoyen, donde hoy funcionan varias dependencias del área de recaudaciones.
Los comercios e industrias cerraron sus puertas, los alumnos se retiraron de los colegios y la gente se concentró en las calles. Una gran multitud expulsó a los enviados del interventor y respaldó a Salto.
Figueroa Bunge retrocedió con la destitución de Salto y envió a las calles a todos los refuerzos policiales. Durante esos días Cipolletti vivió momentos de mucha convulsión, hubo detenciones y también allanamientos. Frente a los hechos, Salto decidió renunciar con la condición de que su sucesor fuera Alfredo Chertrudi.
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