Aterrizar en Bariloche es ahora mucho más seguro

El aeropuerto internacional Teniente Luis Candelaria cuenta con un nuevo Sistema de Aterrizaje por Instrumentos (ILS) que reemplaza al anterior con 27 años de funcionamiento.

El aeropuerto internacional Teniente Luis Candelaria de Bariloche dispone de un nuevo Sistema de Aterrizaje por Instrumentos (ILS) que reemplaza al equipo anterior con 27 años de funcionamiento.

Según indicaron desde la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), una sociedad del estado bajo la órbita del Ministerio de Transporte de la Nación, el nuevo equipo que funciona desde ayer representa «un beneficio directo para la operatividad del aeropuerto rionegrino que podrá recibir vuelos aún con muy baja visibilidad en la superficie».

El sistema es del 2020 y fue adquirido a la compañía europea Indra Air.

«Todo esto es parte de un plan de modernización que comenzó hace dos años y ya hay siete aeropuertos con el sistema instalado. Ahora, se iniciaron las obras para renovar el equipo en Esquel«, señaló Sebastián Accorinti, coordinador operativo de EANA en Bariloche.

Hoy, las terminales aéreas de Córdoba, Buenos Aires (Aeroparque), Posadas, Resistencia, Corrientes, Santa Rosa y Ushuaia ya disponen de los nuevos sistemas. El sistema ILS consiste en un conjunto de transmisores terrestres que emiten señales que guían a las aeronaves en su trayectoria de descenso hacia la pista de aterrizaje. Son seguras y precisas, especialmente en escenarios de visibilidad reducida.

El sistema fue adquirido a la compañía europea Indra Air. Foto: gentileza

El nuevo ILS de Bariloche también incorpora un transmisor de señales DME (Distance Measuring Equipment) que posibilita a las tripulaciones en vuelo conocer con exactitud su distancia al aeropuerto.

Uno de los técnicos aclaró que «el equipo opera en una frecuencia que le permite al piloto, por más que no tenga pista a la vista, descender y aterrizar. Funciona de la misma manera que el anterior, pero hablamos de un equipo de mejor tecnología y más moderno».

Recalcó también que la instalación del equipo «tiene su complejidad«; por eso, en este caso, la obra civil para concretar el recambio tomó casi tres meses. Se optó por aprovechar las condiciones meteorológicas de esta época a fin de tener el sistema en total funcionamiento durante la temporada de invierno. «Hay una base de hormigón donde están apoyadas las antenas y hay todo un cableado del largo de la pista que la recorre en paralelo. Todo tiene su complejidad: desde el armado de las bases para el nuevo sistema, la remoción del viejo y poner en marcha el nuevo servicio», detalló el técnico de Bariloche.

Una vez finalizada la instalación, aviones dotados de equipos especiales de medición realizaron una serie de aproximaciones a la pista para establecer la estabilidad, precisión y calidad de las señales radioeléctricas. Con estos datos, se realizaron los ajustes necesarios para asegurar la confiabilidad de las señales y dejar los equipos finalmente en servicio.

Accorinti destacó que «se realizaron varias pruebas con un avión verificador. Como la palabra lo indica, verifica que lo que transmiten las radioayudas estén dentro de los parámetros necesarios para poder operar», detalló.


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