Video | Bahía Blanca: sigue la búsqueda de los más de 100 desaparecidos, un relato en primera persona
El temporal ya dejó 16 personas fallecidas y la cifra de evacuadas cayó a 523. Continúan las tareas para dar con el paradero de las hermanas Delfina y Pilar Hecker.
Lentamente Bahía Blanca comienza a ponerse de pie tras quedar de rodillas otra vez por las inclemencias climáticas que parecen no tener piedad con una ciudad ya de por sí muy castigada en este último tiempo. Cuando no se había logrado recuperar totalmente del tornado del 16 de diciembre de 2023, que se cobró 13 víctimas fatales y dejó enormes pérdidas materiales, esta localidad de casi 350 mil habitantes del sur bonaerense volvió a ser víctima de la fuerza de la naturaleza, que puso a prueba su entereza y simultáneamente su fragilidad, una vez más.
Entre medio, el 2 de febrero de este año, una tormenta de granizo descargó su furia sobre los hogares bahienses. Las grandes pedradas de hielo rompieron techos, vidrieras y dejaron su huella en la mayoría de los vehículos que se encontraban en las calles sin resguardo.
Pero lo de la madrugada del viernes 7 de marzo fue distinto a todo. Mucho más devastador, caótico y catastrófico. El agua, que inundó gran parte de la ciudad y localidades vecinas, arrasó con todo a su paso buscando la salida al mar: viviendas, puentes, autos, comercios, árboles, postes de luz y, aún peor, muchas vidas humanas.

Temporal en Bahía Blanca: 16 muertes, 100 desaparecidos y más de 500 evacuados
Al cierre de esta edición, se contabilizan 16 fallecidos, cerca de 100 personas reportadas como desaparecidas (entre ellas las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de apenas uno y cinco años, que son buscadas intensamente en una zona cercana a Cerri) y más de 500 evacuados en distintos centros montados para tal situación.
Para comprender el grado de impacto alcanza con sólo analizar un dato: en poco más de 5 horas cayeron alrededor de 400 milímetros de lluvia, bastante más de la mitad de las precipitaciones promedio de un año entero, estimadas en 650 milímetros.
La caída de tanta cantidad de líquido en tan poco tiempo no solo anegó las calles, sino que provocó el desborde de los arroyos Napostá y Maldonado, que atraviesan la ciudad, y que, en definitiva, generó una inundación tan rápida como voraz.
En el caso del canal Maldonado, la crecida del agua provocó la ruptura de la mayoría de los siete puentes que permiten el cruce de un sector a otro de la ciudad.

Simultáneamente las calles se llenaron de héroes anónimos, que, percatados de la gravedad de la situación, dejaron la comodidad de sus hogares para salir a evacuar y rescatar vecinos y hasta animales.
De ese modo, con un trabajo en conjunto, aún sin conocerse entre sí, pudieron evitar un número aún mayor de víctimas fatales. Rescataron a personas mayores y niños que, por sus propios medios, hubiera sido casi imposible que sobrevivieran al agua que ingresaba a sus hogares.
Posteriormente, esos héroes “salvadores” transmutaron a manos de ayudas para recibir y clasificar donaciones y luego entregarlas a los más necesitados.
Hasta el lunes, casi 72 horas después del impactante suceso meteorológico, las imágenes eran desgarradoras al recorrer la ciudad. Familias de Ingeniero White, uno de los sectores más afectados junto a Cerri, aún acampando en los techos de sus casas, rechazando la ayuda de evacuación por miedo a ser saqueados y perder lo poco que les queda.
De hecho, aunque las fuentes oficiales no lo confirman, estiman que el número de fallecidos aumentará considerablemente cuando se pueda acceder a algunos lugares puntuales de esas localidades vecinas que aún tienen agua acumulada en sus calles que impidieron la llegada de brigadas de rescate y voluntarios.
Más de 400 mil millones costará la reconstrucción de Bahía Blanca
Las pérdidas económicas generadas por la inundación son cuantiosas. Mientras la gran mayoría de los emprendedores y comerciantes de la ciudad se quedaron prácticamente sin nada, el intendente Federico Susbielles estimó en 400 mil millones de pesos las tareas de reconstrucción de infraestructura. Un monto que, obviamente, escapa al presupuesto municipal, que es de 225 mil millones para este 2025. Con esos fondos, se abonan sueldos municipales y se sostienen todos los servicios públicos, incluido el funcionamiento del Hospital Municipal Dr. Leónidas Lucero.

La salida a una situación cada vez más angustiante no parece ser sencilla sin ayuda del gobiernos provincial y nacional.
En medio de las ya clásicas disputas y chicanas políticas emerge la solidaridad de todo un país que no distingue colores partidarios y que sólo se propone ayudar de la manera que sea.
A Bahía Blanca ya están arribando las primeras donaciones de insumos básicos, tan necesarios como vitales, para escapar de la urgencia. Tampoco será una solución definitiva, pero sí un paliativo muy importante para gente que perdió casi todo, desde colchones hasta ropa, pasando por todo tipo de electrodomésticos y mobiliario.
De hecho, la postal más cruel es la de los vecinos intentando poner en marcha sus vehículos o arrastrándolos con ayuda de otros para acercarlos a sus hogares y evitar robos. Otros sacando muebles, indumentaria y pertenencias de sus viviendas para limpiarlos o secarlos y ver qué puede llegar a servir.
En tanto, la escasez de agua potable y de energía eléctrica (hasta el lunes a media tarde, sólo el 55% de la población contaba con electricidad) agrava aún más la situación, dificultando las tareas de comunicación. En los barrios más afectados, salvo lo que es ladrillo, el resto no parece tener segunda chance de utilidad.
En este desolador contexto, comenzó a circular un estudio que investigadores del Conicet publicaron en 2012 y que alertaba sobre la posibilidad de que Bahía Blanca se inundara con una lluvia mayor a los 200 milímetros en poco tiempo. También resurgieron las recomendaciones de construir un dique a la altura del Puente Canessa, que permita embalsar el agua del arroyo Napostá (el que finalmente inundó la ciudad) y regular sus crecidas.
Pero ya es tarde para mirar hacia atrás. Aunque las tareas de reconstrucción todavía parecen lejanas ante la magnitud del daño, Bahía Blanca debe ponerse nuevamente de pie y salir a flote de una inundación que pasará a la historia con un tristísimo saldo, pero que dejará muchas enseñanzas de cara al futuro.
Lentamente Bahía Blanca comienza a ponerse de pie tras quedar de rodillas otra vez por las inclemencias climáticas que parecen no tener piedad con una ciudad ya de por sí muy castigada en este último tiempo. Cuando no se había logrado recuperar totalmente del tornado del 16 de diciembre de 2023, que se cobró 13 víctimas fatales y dejó enormes pérdidas materiales, esta localidad de casi 350 mil habitantes del sur bonaerense volvió a ser víctima de la fuerza de la naturaleza, que puso a prueba su entereza y simultáneamente su fragilidad, una vez más.
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