Cierre de albergue: Desarrollo Social se mantiene en silencio

El cierre del albergue en la Catedral de Viedma que ofrecía techo y comida a personas en situación de calle y las dificultades que atraviesa el hogar Don Zatti generaron una gran repercusión en Viedma.

Los únicos que se mantienen en silencio son los responsables del ministerio de Desarrollo Social, cuyo incumplimiento estaría generando estas situaciones que ponen en mayor riesgo la vulnerabilidad de las personas.

En la mañana de ayer profesionales y técnicos del hospital de la capital rionegrina se concentraron en el nosocomio y marcharon hasta el hogar Don Zatti que ofrece alojamiento y comida gratis a pacientes y acompañantes que son derivados desde nosocomios del interior de Río Negro a este de mayor complejidad por razones de salud que no pueden ser tratadas en otros hospitales.

Esos pacientes y sus familiares no tienen cobertura social ni recursos para afrontar costos de internaciones en el sector privado de la salud y mucho menos de hotelería. En algunos casos se prolongan los días de permanencia en la capital rionegrina por una hospitalización tras intervenciones quirúrgicas o por largos tratamientos de distintas patologías.

El inconveniente se suscitó luego que el ministerio de Desarrollo Social dejara sin efecto el pago de las becas con las que se abonan los sueldos de los coordinadores que atienden las 24 horas y de lunes a lunes el hogar Zatti. Sin ellos no es posible una atención adecuada.

Los primeros en salir a manifestarse por una urgente solución para este hogar fueron los profesionales y técnicos del hospital viedmense, conocedores de la función fundamental que ofrece aquella institución desde hace casi 20 años, en favor de pacientes con patologías delicadas que se ven obligados a dejar sus lugares de residencia para atender su salud.

Por otra parte, tanto esta situación como el cierre del albergue de la catedral generaron la intervención judicial. En principio, la Defensoría Pública se interesó en ambos casos manteniendo encuentros con los damnificados a los efectos de garantizar la calidad de vida de las personas.

De este acercamiento podrían surgir medidas judiciales que complicarían el silencio gubernamental mantenido hasta el momento, teniendo en cuenta que tanto por las becas dejadas sin efecto como los incumplimientos en los compromisos de trasferencia de fondos que generaron el cierre del albergue de la catedral direccionan las responsabilidades al ministerio de Desarrollo Social de Río Negro.