El hospital de Bariloche intenta contener la creciente demanda de pacientes

El aumento de la demanda, estimado en un 21%, se debe en gran parte a los pacientes sin cobertura social y al mal funcionamiento de las obras sociales.

Unos 85.000 turnos para los consultorios médicos externos se otorgaron en el hospital Ramón Carrillo de Bariloche el año pasado. En 2017, fueron unos 70.000 turnos, un 21% menos.

En tanto, los 16 centros de salud otorgaban 50.000 turnos anuales cinco años atrás y pasaron a 55.000 en 2021. Los llamados turnos técnicos (que incluyen laboratorio, ecografías, rayos y rehabilitación, entre otros) fueron 25.000.

El aumento de la demanda se debe, en gran parte, a la falta de cobertura social y al mal funcionamiento de las obras sociales que genera una constante migración de los pacientes del sistema privado al público.

La suba de la población hospitalaria en Bariloche también se refleja en el sector de la Farmacia, donde unas 400 personas retiran medicamentos a diario (tanto de la ventanilla como de los centros de salud).

«Permanentemente hay cambios de estrategias para cubrir la demanda. Todos los meses nos sentamos con los jefes de servicio para evaluar cómo cubrir, por ejemplo, la demanda rechazada. La situación es dinámica y requiere una evaluación constante», recalcó Enrique Santillán, jefe del Departamento Técnico del hospital Ramón Carrillo.

Las autoridades coinciden en que el aumento de la oferta genera, de manera casi inmediata, un incremento de la demanda. «Nunca hay techo«, reconoció el director del hospital Leonardo Gil.

En abril del 2017, el hospital otorgó 4.488 turnos; fueron 4.880 en el mismo mes del 2018 y no hay registros del 2020 (el momento más álgido de la cuarentena cuando se restringieron los servicios). En abril del 2021 cuando tras un breve respiro por la baja de contagios, Bariloche transitó la segunda ola de Covid-19, se brindaron 1.453 turnos; mientras que, en abril de este año, ese número ascendió a 5.422.

Los turnos, aseguraron, se brindan en el mes en que se solicitan aunque en varias especialidades, lograron achicar la brecha a 15 días e incluso, una semana.

En 2017, el hospital contaba con 700 empleados; hoy esa cifra asciende a 1000. Otro dato contundente es que, en 2017, el hospital cerraba sus puertas alrededor de las 17 ya que no contaba con consultorios por la tarde y hoy, lo hace a las 20.

Deuda millonaria

Un 35% de la población que concurre hoy al hospital cuenta con una cobertura social. ¿Por qué acude entonces a la institución? Santillán puso como ejemplo el servicio de Oftalmología: en los sanatorios privados se consigue, con suerte, un turno en un mes y medio o dos; mientras que el hospital público lo otorga en el mismo mes en que se solicita.

Si bien el hospital debe cobrar por la atención a los pacientes con cobertura de obra social (y este pago se liquida a través de la Superintendencia de Salud), la deuda hoy es millonaria. Pami, por ejemplo, debe más de 38 millones de pesos al hospital de Bariloche; mientras que el Ipross, la obra social de la provincia, adeuda 62 millones de pesos. La lista continúa.

Dos modalidades para sacar los turnos

Hoy los turnos se otorgan mayoritariamente de manera presencial en la ventanilla del hall central del hospital y en menor proporción, por WhatsApp (aunque en el último tiempo, esta modalidad aumentó).

Desde el hospital aseguran que «próximamente, habrá un sistema digital«, pero reconocen que implicará «educar a gran parte de la población respecto a su uso».

El problema del WhatsApp, puntualizó Santillán, es que la gente pide un turno y recibe de manera inmediata un mensaje automático en el que se le explica que recibirá una respuesta dentro de las 48 y 72 horas. Sin embargo, la mayoría no es muy paciente y desiste de esta modalidad.

«Evaluamos el tiempo de respuesta en relación a otros hospitales como el Posadas o el Garrahan que tienen hasta una semana de demora. El Garrahan demora un mes en responder los mails. Nosotros solemos entregar una respuesta en 48 horas», advirtió Santillán.

Semanas atrás, volvieron a verse colas larguísimas en la sala principal y por calle Elflein para conseguir un turno. Desde el hospital lo atribuyeron al comienzo de clases y por ende, a los certificados de Salud Escolar. Además, de 18.000 certificados de discapacidad en Bariloche, 7.600 vencen en junio -ya que los vencimientos se postergaron por la pandemia- y esto acrecentó las visitas al hospital.

En mayo eliminaron el aforo en la sala de espera -por las restricciones por la pandemia, había 70 butacas, pero solo se podían usar 35-. También se establecieron determinados días para sacar un turno para ciertas especialidades. Odontología, oftalmología, traumatología y ginecología son las que tienen más demanda. Clínica médica ocupa el quinto lugar.

El análisis puntilloso de la demanda rechazada (los turnos que no se consiguen) comenzó en 2018. Santillán, orgulloso, mostró números para demostrar cómo, a través de diversas estrategias, este porcentaje se fue achicando mes a mes. Al año siguiente, ya no hubo inconvenientes y luego, llegó la pandemia.

En 2021 cuando volvieron a abrirse las ventanillas de atención al público, la dificultad se dio a partir de las vacaciones pospuestas del personal y varios pedidos de licencias. «También hay que tener en cuenta que el año pasado, unas 40.000 personas pasaron por el consultorio de respiratorios. Lo que no se veía en consultorios, estaba concentrado ahí», recalcó Gil.

Ante la creciente demanda, un tema preocupante es el ausentismo del 30% a las consultas médicas ya sea porque los pacientes se olvidan de concurrir o solucionan el problema en la guardia y no cancelan el turno.


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