Dejaron su vida en Buenos Aires para vivir viajando: con su perro recorren el país en motorhome

Andrés, Maira y Milo quieren recorrer toda Argentina, desde Ushuaia hasta Jujuy en su Renault Traffic del 88.

Maira y Andrés están en Neuquén, a la vera del río Limay, donde el agua invita a zambullirse en cualquier momento y el viento les avisa que llegaron a una región donde la naturaleza marca los pasos a seguir. Estacionaron la camioneta cerca de la orilla, donde se podía, para tener su casa de cuatro ruedas a la vista y a la vez la libertad para que su perro, Milo, apasionado del agua, pueda refrescarse y jugar con las piedras. «Es como si siempre hubiésemos vivido viajando», dice la pareja que dejó su vida en Buenos Aires para seguir sus sueños: una vida nómada sin destino, donde los paisajes de argentina sean la guía de esta aventura.

Andrés Navarro y Maira Salowski son de Exaltación de la Cruz, un pequeño pueblo de solo 40 mil habitantes ubicado en la provincia de Buenos Aires. «Somos pocos y nos conocemos mucho», es una frase que para ambos resuena mucho. Combinado con las ganas de conocer gente nueva, fue uno de los motivos por los que decidieron tomar la decisión más importante de sus vidas: dejar todo en Buenos Aires, subir a Milo a la camioneta y vivir viajando.

«Nuestro objetivo fue siempre recorrer toda Argentina, de punta a punta, bajar hasta Ushuaia y subir hasta el norte», cuenta Maira. «Ahora estamos en Neuquén pero no tenemos apuro de llegar a ningún lugar, vamos a ir viendo».

Ya van dos meses viajando, pero el proceso de llegar a donde están comenzó en el 2016. «Llevamos trece años y medio juntos y hace unos ocho nos picó el bicho viajero«, cuenta la exaltacrucense. Junto a Andrés cayeron en la trampa de las redes sociales y fueron influenciados.

«Habíamos visto viajeros por Facebook y de ahí surgió la idea». Es que se dejaron llevar por esas ganas que aparecen cuando te das cuenta de que si otro pudo concretar esa aventura, vos también podes.

En 2019, la idea estaba más clara en sus mentes, aunque aún parecía lejana. Luego llegó la pandemia, y el momento de tomar una decisión. «Queríamos viajar en nuestro auto pero por temas económicos tuvimos que venderlo y ponernos a trabajar», señala Maira. Así apareció una nueva oportunidad, la de comprar una Van.

Vieron la camioneta en Facebook. Era de un argentino que estaba viviendo en Brasil. Una Renault Traffic del 88 que ya estaba equipada para viajar. «Fue una travesía porque teníamos que arriesgarnos a comprarla, no la podíamos ver antes porque estaba lejos», dice Andrés. Así coincidieron en Corrientes, un punto medio entre los dos países, e hicieron la compra.

Remodelaron la camioneta para que Milo estuviese más comodo. Foto: Gentileza.

Esa camioneta había sido el hogar de este argentino. Estaba lleno de recuerdos suyos junto a su familia, porque eran más de cuatro quienes se habían aventurado en ese camino. Ahora, era momento de que Maira, Andrés y Milo creen sus propias anécdotas sobre cuatro ruedas.

Al ser menos personas, era casi fundamental remodelarla. «Nos dimos cuenta de que Milo no tenía casi espacio para estar adentro, así que nos pusimos las pilas para reorganizarla», comenta Maira. Su hermano le prestó una caladora y con a la amoladora de Andrés y algunos tutoriales de YouTube la transformaron en su nueva casa.

Le instalaron una cocina, armaron un espacio para dormir y hasta diseñaron una puerta que separara la cabina del motor del área de vivienda. Sin embargo, la camioneta no estaba completamente terminada cuando decidieron partir.

“Habíamos puesto como fecha de salida el 15 de octubre, pero dos semanas después nos dimos cuenta de que si no salíamos ya, no lo ibamos a hacer más». El baño seguía en construcción, y había un montón de cosas por ajustar, pero encararon la ruta sin pensarlo más.

La primera parada fue en Villars, donde conocieron a una familia viajera que los inspiró profundamente. “Ellos habían viajado durante 22 años y ahora alojaban a viajeros, Nos dieron un montón de consejos”, relata Andrés.

Desde allí, comenzaron a recorrer el país. San Miguel del Monte, Tandil, Necochea, La Pampa, Río Colorado, General Roca, Paso Córdoba… Cada lugar era una nueva experiencia, un nuevo aprendizaje.

Es una Renault Traffic del 88. Foto: Matías Subat.

Milo, su perro, es el pilar de esta aventura. “Siempre buscamos lugares con agua, porque le encanta meterse a buscar piedras. Para él, son como pelotas”, cuenta Maira con cariño.

Así como aparecen estas anécdotas que te aseguran que la vida nómada es algo que tenés que hacer, ellos te demuestran que no es tan fácil como parece. Es que camino al sur, en la Ruta 79, la camioneta tuvo un problema mecánico.

“Noté que la presión de aceite estaba baja, así que paré el motor. Estábamos en medio de la nada, sin señal, y los camioneros que pasaban no frenaban. Hasta hicimos un cartel pidiendo ayuda”, recuerda la pareja. Finalmente, unos chicos pararon y les pasaron el contacto de un mecánico, Roberto, que cambiaría el curso de su viaje.

«Esto es de ustedes», les dijo Roberto cuando llegaron a su casa. El mecánico no solo los asistió con una grúa, sino que los termino alojando más de dos semanas. Para ambos, «Fue algo increíble». «A mí me ayudo con la camioneta y nos dio todo en su casa. Fue un ángel para nosotros».

Este episodio reafirmó algo que Andrés y Maira ya sospechaban: la solidaridad en la ruta es incomparable. «Salir a la ruta fue encontrar otro tipo de gente, distinta a la de nuestra ciudad, personas que te ayudan. Ya nos habían dicho que era así», dice Maira.

Hace poco llegaron a Neuquén y se apostaron en la isla 132, donde disfrutan del paisaje y planifican los próximos pasos. “La idea es llegar a Bariloche y trabajar una temporada para juntar plata y asegurarnos ese colchón”, explica Andrés.

La familia recorriendo la Isla 132 en Neuquén. Foto: Matías Subat.

Para mantenerse, aprendieron a diversificar sus ingresos. “Al principio vendíamos cosas que pintaba Maira y sahumerios, ahora también hacemos pulseras, algo que aprendimos de unos viajeros colombianos», cuenta Andrés. Además, Maira es profesora de ingles online y maneja redes sociales, algo que también les deja plata para vivir.

Es así que también aparecieron las ganas de documentar esta gran travesía en redes sociales. En Instagram y YouTube documentan su viaje, una idea que surgió como modo de compartirlo con sus familias, pero que fue mutando y se transformó en otra actividad viajera.

En sus videos, Milo es la estrella. “Es medio gruñón, pero muy aventurero. La gente lo ama”, dice Maira.

Para Andrés y Maira, la camioneta es más que un vehículo; es su hogar. “Es como si siempre hubiéramos vivido así. Nos adaptamos rápido, porque ya estábamos acostumbrados a mudarnos mucho» reflexiona ella.

¿Y el objetivo final? “Queremos recorrer toda Argentina, de Ushuaia al norte, y después salir del país. Pero no tenemos apuro», dicen mientras disfrutan unos mates a la orilla del río Limay. Así, Andrés, Maira y Milo siguen su camino, demostrando que para ser feliz solo hace falta valentía, amor y ganas de dejarse sorprender por lo desconocido.


Maira y Andrés están en Neuquén, a la vera del río Limay, donde el agua invita a zambullirse en cualquier momento y el viento les avisa que llegaron a una región donde la naturaleza marca los pasos a seguir. Estacionaron la camioneta cerca de la orilla, donde se podía, para tener su casa de cuatro ruedas a la vista y a la vez la libertad para que su perro, Milo, apasionado del agua, pueda refrescarse y jugar con las piedras. "Es como si siempre hubiésemos vivido viajando", dice la pareja que dejó su vida en Buenos Aires para seguir sus sueños: una vida nómada sin destino, donde los paisajes de argentina sean la guía de esta aventura.

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