El árbol más viejo del mundo en peligro por una decisión del Gobierno de Chile: planean construir una carretera
Se trata de el Gran Abuelo, un árbol que tiene más de 5.400 años.
El árbol más viejo del mundo en peligro por una decisión del Gobierno de Chile. Foto: archivo (
El Gobierno de Chile planea reabrir una antigua ruta maderera para construir una nueva autopista. El conflicto es que la obra atravesaría el protegido parque nacional Alerce Costero, donde se ubica el árbol más viejo del mundo: el Gran Abuelo.
El Gran Abuelo tiene alrededor de 5.400 años y está en el parque nacional Alerce Costero. Ahora su permanencia corre peligro por una propuesta del Gobierno de Chile por reabrir una antigua ruta maderera para construir una nueva autopista, que atravesaría el área protegida.
Según manifiestan las autoridades, la carretera conectaría ciudades e impulsaría el turismo en la región. Sin embargo hay opiniones contrapuestas.
El árbol más viejo del mundo en peligro: qué dicen los expertos de Chile
«La conectividad no es la verdadera razón», dice Jonathan Barichivich, conocido científico de Chile y cuidador del Gran Abuelo. A esto añade que hay otra carretera cerca. Pero la nueva carretera propuesta enlazaría «directamente con el puerto de Corral, utilizado por uno de los mayores exportadores de celulosa de América Latina».
Muchos lugareños están convencidos de que el verdadero objetivo es abrir el acceso a la madera. Los alerces son muy valiosos por su madera duradera, de alta calidad y crecimiento recto.
Rocío Urrutia, científica chilena que lleva décadas estudiando estos árboles, asegura que con esta nueva autopista se aumentaría el riesgo de incendios forestales. Más del 90 por ciento de los incendios de la región comienzan cerca de las carreteras, detalla.
Se trata de un fenómeno mundial. En la Amazonía, casi el 75 por ciento de los incendios se inician a menos de cinco kilómetros de una carretera, y, en Estados Unidos, el 96 por ciento a menos de 800 metros.
«El alerce es una especie en peligro», advierte Urrutia. «Cada árbol cuenta. Un gran incendio podría acabar con las últimas poblaciones», dijo.
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