Incendio en la refinería de Plaza Huincul, cómo fueron las 10 horas de combate de los bomberos: «era como ver el infierno»

La central 17 de Plaza Huincul estuvo desde el minuto cero y, además, desde el cuartel coordinaron el resto de las acciones. Los detalles que hasta ahora no se conocían y la solidaridad de los vecinos.

“De la ruta veías como un fueguito, pero cuando doblamos para entrar a la empresa era como ver el infierno”, recordó una de las bomberas que integró la primera dotación que llegó al incendio que le siguió a la explosión en la refinería de New American Oil (NAO), en Plaza Huincul. La central Nº 17 de voluntarios huinculenses fue la primera convocada para el siniestro y casi de inmediato se le sumaron las del cuartel de Cutral Co y del complejo industrial de YPF.

Ya pasaron varias horas de la trágica explosión que dejó como víctimas a tres operarios de NAO: Fernando Jara (34); Gonzalo Molina (31) y Víctor Herrera (58). En el cuartel de bomberos voluntarios de Plaza Huincul la mayoría de los 42 integrantes recuerdan la extenuante jornada del jueves que empezó a las 4 de la madrugada y concluyó unas diez horas después.

Una vez que se recibió el primer llamado que daba cuenta de la explosión y las llamas que se observaban hacia el parque petroquímico, la aplicación que utilizan los bomberos de Plaza Huincul se activó y a las 4:15 salió la primera dotación con Ariel Fuentes, los hermanos Bruno y Fernando Bustamante y Celeste Albarenga, quien fue la primera mujer que concurre a un incendio de hidrocarburos.

A la planta de NAO se accede por la Ruta 22, y el camino interno indica que después de unas dos cuadras aproximadamente se debe girar a la derecha y ahí si tomaron dimensión de lo que ocurría.

El desembarco en la refinería


Incendio en NAO. Foto Gentileza Bomberos

“Mirá por la ventana”, recordó Celeste que le dijo a su compañero Fernando. La unidad se detuvo y a ella no la dejaron bajar hasta que se puso el equipo autónomo, sin embargo, como el ataque inicial fue hacia los camiones que estaban incendiados, el agua se agotó de inmediato. Así que le ordenaron que saliera con la unidad a buscar agua al cargadero.

Bruno Bustamante estaba a cargo de la dotación y cuando llegaron se encontraron con dos empleados de seguridad y el supervisor de NAO, quienes les dijeron que había tres operarios desaparecidos.

Analicé el panorama a primera vista y enseguida activé la segunda unidad y la ambulancia”, describe Bruno. Luego se armó el equipo de rescate para ingresar a la refinería.

“Buscamos la red contraincendios de la planta, pero cuando llegamos a la sala de bombas estaban los cables derretidos por el calor y el fuego, no se podía activar”, menciona. En ese trayecto advirtieron los cuerpos de los tres operarios.

En ese momento el fuego estaba descontrolado así que se sumaron los bomberos de Cutral Co, los camiones aguateros y el agua envasada para los voluntarios.

Soporte desde el cuartel central: operativo en marcha


Graciela Lagos quien junto a Patricia Fernández y Gabriela Llarul (que por estar embarazada de ocho meses no le permiten salir a los incendios) estaban en la guardia del cuartel, se encargaban de hacer los llamados hacia Defensa Civil –tanto de Huincul como de Cutral Co- y a las áreas de los corralones municipales para contar con los camiones aguateros, teniendo en cuenta que no daban abasto.

En un lapso de 45 minutos ya estaba todo movilizado: camiones y también el agua envasada para el personal que estaba en el lugar. Todos los que llegaban al cuartel se preparaban para salir, hacer los relevos, llevar agua y la espuma química que se utiliza para este tipo de incendios.

 “Hablé con Edith Covatti (Defensa Civil de Cutral Co) y me confirmó que traía el agua para el personal y dos aguateros. Los otros camiones se preparaban para ir también”, explica Graciela.

La solidaridad de los vecinos


Sin embargo, la magnitud del siniestro demandaba más ayuda. Fue así que alrededor de las 7 de la mañana se lanzó el pedido a la comunidad para que acercaran agua y frutas.

“La población colaboró un montón, llegó un momento en que no podíamos salir del cuartel por la fila de autos que nos traían tres o cuatro packs de agua, cajones con frutas”, cuenta Graciela.

Los puntos críticos: «Lo veo con el traje prendido fuego»


La refinería NAO está en el parque petroquímico. (Foto: Fernando Ranni)

Mientras en el predio los voluntarios lidiaban para sofocar las llamas, en el cuartel, el peor momento se vivió cuando familiares de las víctimas llegaron desesperados a preguntar que les dijeran qué pasaba con sus seres queridos.

“Eso me partió el alma porque nosotros ahí no sabíamos nada, no les podíamos decir la información que ellos necesitaban, comentó Patricia.

Otro punto crítico en la refinería se dio alrededor de las 11, cuando una de las cuadrillas estaba con la tarea de extinción y se produjo una pequeña explosión.

“Nos salpicó el combustible, me doy vuelta y veo a Caneo que tenía el traje prendido fuego, nos pegábamos entre nosotros. Y cuando me dí cuenta yo tenía el casco encendido y me saqué el guante y ahí me quemé un poco la mano”, señalan.

Fue Blanca Candia que alertó: “los chicos están prendidos” y ahí con el monitor de la autobomba de YPF, les apagaron las llamas. Los retiraron y se los llevaron a control y al hospital. Nada fue de gravedad para ellos.

En el lugar también se armó un puesto sanitario. Ailén y Julián fueron los encargados de controlar la tensión arterial, el nivel de hidratación y la saturación. “Cuando veíamos que alguno tenía vómitos o cefaleas, lo sacábamos y hasta que no estuviera normalizado no lo dejábamos volver. Por suerte, todos hicieron caso”, relata la enfermera Ailén.

Bomberos voluntarios de la Central N° 17 de Plaza Huincul (Foto: Andrea Vazquez)

Los integrantes del cuartel de Huincul dejaron en claro que de manera constante se capacitan para trabajar en incendios de la industria hidrocarburífera. Resaltan que no es lo mismo apagar el fuego en una casa, en una estructura o en un automóvil. Y por eso asisten periódicamente a capacitarse.

“Vamos a Monte Maíz, en Córdoba donde funciona el centro de entrenamiento en hidrocarburos y GLP que se les da a las empresas y al cuerpo activo de bomberos”, explica.

Mencionan que YPF les ofrece cupos para tres o cuatro voluntarios para que accedan a esta formación específica de materiales peligrosos. Lo mismo en otro lugar de Buenos Aires.

Traté de poner todo lo que había aprendido. Nunca me iba a imaginar que iba a pasar esto, pero lo tomé como un servicio más, y concentrado en trabajar. El único miedo era que les pase algo a mis compañeros».

Joaquín (22) ingresó a ser voluntario como cadete a los 10 años. 

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