Inmigrantes versión 2025: el sueño de Rocío y Andrés se hizo realidad en Neuquén

Son de Mendoza y aún no tienen 35 años, pero aplicaron estrategia “a todo o nada”, al mejor estilo 1900: él se vino primero, para trabajar y ahorrar. Ella esperó el momento indicado y lo siguió. Hoy cosechan los primeros frutos.

Cuando un cliente ingresa a un local, quizás nunca llegue a sospechar todo lo que ocurrió antes para que esa mercadería se luzca en el perchero. La aventura de Andrés y Rocío englobó 600 kilómetros, dos provincias, mucho sacrificio y una meta indeclinable.

El amor los une desde 2011, como se puede ver en sus fotos de recuerdo. Eran apenas dos jovencitos, como muchas parejas de su generación, quizás de su mismo colegio, en la tranquila ciudad de San Rafael, Mendoza. Pero algo en ellos tenía otro empuje y no pararon hasta ver su sueño hecho realidad, aunque sin sospechar que la Patagonia los esperaba.

Una hermana que ya estaba en la capital neuquina fue la que propuso dar el gran salto y probar suerte. Andrés Díaz (34), el emprendedor en esta historia, se decidió. Siempre enfocado en la venta de indumentaria, aunque en menor escala, venía acostumbrado a otro movimiento en el ambiente del comercio en su tierra natal. Necesitaba una base para invertir y creyó que la mejor opción sería juntar fondos para luego regresar a Mendoza. El trabajo en boca de pozo, en la actividad hidrocarburífera, fue la prueba de fuego: cuando entró, aguantó y se restringió en gastos lo más que pudo, con la mirada puesta en el motivo central que ya lo tenía en pleno desafío.

Tiempo de sacrificio: el recuerdo de Andrés trabajando en la actividad hidrocarburífera.

Cumplir un sueño en Neuquén | El apoyo a los recién llegados


Rocío Santarossa (30) es la compañera de equipo en esta dupla, la que confió sus vivencias a Diario RÍO NEGRO. “Él siempre piensa en grande, yo soy más cauta”, confesó, entre risas, pero con la confianza y la paciencia suficiente para esperar ese primer tiempo separados, mientras Andrés juntaba fondos a 600 kilómetros, bajo el sol abrasador o el viento frío, en cada locación que le asignaron.

Con lo recaudado y convencido de que “la ropa es mercadería que no se pudre”, él fue acopiando stock y en cuanto pudo, entregó una seña para reservar el primer local, tres meses antes de tener la llave para instalarse. Ya tenía el criterio y la experiencia para saber qué comprar y cómo desenvolverse, pero cuando llegó acá se encontró con un apoyo extra que muchos migrantes conocieron en décadas anteriores, al notar cómo los recibió Neuquén cuando vinieron a buscar su porvenir.

“La gente es abierta con el de afuera, quieren que te vaya bien, todos son muy cálidos”,

compartió Rocío para hablar de lo que experimentó cuando le tocó el turno a ella de acoplarse.

Si la idea era trabajar para juntar dinero y volver a la provincia cuyana, una vez en el Valle, eso quedó descartado de plano. De profesión docente de inglés, ella también logró encontrar su fuente laboral, pero eso no la distanció del sueño original que los hizo dejar todo.

Cumplir un sueño en Neuquén | Los frutos del proyecto


Con esa misma dedicación, pasaron de alquilar el primer local, dedicado a la indumentaria unisex de jóvenes y adultos, a comprar el fondo de comercio de otro negocio, dedicado al rubro “Bebés” y a poder abrir un tercero. En el medio, prueba y error, apoyo de conocidos más experimentados, préstamos y encomiendas de familiares para sostener las necesidades diarias, cursos para mejorar las estrategias de marketing y también de liderazgo, para coordinar a los nuevos empleados.

Uno de los locales, ubicado en pleno centro de Neuquén.

También, la vida misma: el vínculo entre Rocío y Andrés se consolidó aún más y pudieron celebrar la llegada de su primera bebé, hace ya un año y tres meses. Hoy miran para atrás y notan lo mucho que crecieron, las fortalezas que alcanzaron al poder sobrellevar la crisis, los cambios de precios y tanta presión extra.

“Estando acá nos dimos cuenta que a diferencia de San Rafael, acá no teníamos que matarnos con otros por las oportunidades, porque había otro movimiento. Eso también hace posible aspirar a mejores condiciones laborales”, destacó Rocío. Acostumbrados a seguir apostando, piensan en los desafíos que se vienen y no se achican, porque saben que la perseverancia los va a acompañar en lo que haga falta.

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