Los pequeños chamameceros que deslumbraron en El Cuy

Nahiara de 11 años y su hermano Luciano de 7 heredaron de su padre el amor por las melodías criollas. Juntos enamoraron a todos en el 5° Encuentro del Acordeón, una fiesta bien campera.

Cuando José Pichihuinca llegó de su trabajo el 20 agosto del año pasado, su hija Nahiara de 10 años le dijo que le tenía una sorpresa. El albañil que vive en Roca jamás imaginó el regalo que iba a recibir. La pequeña, tomó el acordeón familiar y le dedicó el feliz cumpleaños. José emocionado recordó sus raíces camperas.

“Papi ¿podemos armar un grupo así tocamos donde nos inviten?”, le preguntó entusiasmada.
Allí comenzó el conjunto de Nahira. Su hermanito Luciano de siete la acompaña con la guitarra, también su papá y un amigo de familia llamado Néstor Salas que toca el bajo.


Los hermanos hicieron bailar a las más de 40 parejas al ritmo del chamamé en el Encuentro del Acordeón que se celebró el sábado 10 en el El Cuy.
José aprendió en el campo a tocar la guitarra, a unos 40 kilómetros de El Cuy.
La familia que hoy vive en Roca viaja cada tanto a alguna fiesta criolla para compartir y deslumbrar a todos con su arte.

Los corderos los asaron durante cuatro horas en el Encuentro del Acordeón.

La Fiesta del Acordeón fue uno de los primeros eventos donde debutaron como grupo el año pasado y donde también se presentaron en esta edición.
Allí tocaron 19 músicos además de grupos de danzas. Cada tres temas, un paisano agarraba la manguera y se ponía a regar la pista de tierra para que no se levantara tanto polvo.
La pequeña Nahiara y su hermano no se perdieron ninguna presentación mientras esperaban su turno.

Nahiara y su hermano se presentaron por segunda vez en la Fiesta del Acordeón.

“Vamos a tocar chamamé y un valsecito. También sé bailar. El año pasado gané el concurso de chamamé con mi prima”, expresó orgullosa.
La artista fanática del asado, se pone muy contenta cuando ve a las parejas bailando al ritmo de su acordeón.

Luciano aprendió el año pasado a tocar la guitarra con su papá José y está siempre al pie del cañón para acompañar a su hermana.
“Nahiara quiso armar un grupo, no para tirar manteca al techo, sino para alegrar a la gente. Estamos siguiendo sus pasos”, contó satisfecho José.

Más de 40 parejas bailaron durante toda la jornada.

Juntos han tocado en varias fiestas tanto en Río Negro como en Neuquén.
“Acá se siente la tradición, para mi que soy nacido en el campo es un orgullo de que hayan seguido con esta pasión”, expresó.

Una fiesta campera

Los espectadores del Encuentro del Acordeón que esperaban en el predio del Club Hípico, pudieron disfrutar por la mañana de un cuadro coya que fue interpretado por el Taller Amanecer Sureño.

Cuando nombraron al grupo, se escuchó la música de carnaval y de a poco se fueron asomando como fuera la puna en Jujuy pero en El Cuy los bailarines con sus ropas de colores.
“Nosotros estamos desde que comenzó hace cinco años el encuentro de los acordeones”, contó la maestra de danzas folclóricas, Mónica Díaz.

El Ballet Amanecer Sureño inauguró el festival con un cuadro de carnaval coya. Foto gentileza

“Acá se puede apreciar que nuestro folclore está vivo, no hay una academia que te enseñe a bailar la ranchera o el valsecito, si lo querés aprender a bailar tenés que frecuentar estas fiestas. Me encontré con un mundo maravilloso que sigue vivo”, expresó emocionada.

Luego del espectáculo del baile llegó la hora de disfrutar de unos exquisitos corderos al asador. Durante cuatro horas, 24 animales estuvieron asándose al calor de las llamas bajo la cuidadosa supervisión de los paisanos de El Cuy.

Néstor Fabián acompañando a los acordeonistas.

Después del almuerzo campero llegó el  turno de escuchar a los acordeonistas que llegaron de diferentes puntos de la región.
Antes de que subieran al escenario Néstor Fabián Luis, presidente del Club Hípico que organizó el evento, les ayudaba afinar los acordeones.

“Este encuentro es en honor al acordeón que significa un acompañamiento para ellos en su soledad en el campo. Ese instrumento se ha vuelto muy importante en sus vidas”, explicó emocionado Fabián.
Después del certamen llegó el concurso de chamamé y finalmente el baile campero que duró hasta pasada la medianoche.
”Esta es la forma más real de que lo que somos, somos músicos de oído”, destacó

La fiesta comenzó temprano en El Cuy.

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