Lucas, el joven enfermero que apenas se recibió le hizo frente a la pandemia de Covid-19

En eso estamos de RN Radio (89.3) recibió en el estudio a Lucas Morales, exenfermero de Hospital López Lima de Roca, quien se recibió un tiempo antes e hizo sus primeras experiencias en la profesión durante la pandemia.

Lucas Morales se recibió como enfermero en diciembre de 2018 y a principios de 2020, cuando todavía le faltaba muy poco para finalizar la licenciatura, le llegó un llamado desde el Hospital Francisco López Lima para que se sume al trabajar durante la pandemia. El joven roquense no dudó y decidió aceptar la responsabilidad de batallar contra la pandemia de coronavirus en la primera línea.

Dos años después, en un momento en el que todo parece indicar que la pandemia está llegando a su fin, En eso estamos de RN Radio (89.3) recibió a Lucas en sus estudios para escuchar la historia de cómo se vivieron estos dos años de lucha contra el Covid-19 en la región.

«Sigo siendo enfermero porque tengo el título y lo seré para siempre, pero principalmente trabajé en ese puesto desde abril de 2020 en el Hospital hasta enero de este año. Me recibí en diciembre de 2018. En ese momento quería completar los dos años de la Licenciatura. Durante 2019 pude hacerlo, pero cuando se avecinaba lo relativo a la pandemia, no imaginábamos tanto», inició su relato.

«A fines de abril recibí el llamado de un supervisor del área de Enfermería del Hospital. Decidí asumir la responsabilidad, había una obligación ética y moral con la profesión, la ciudad y la institución que me abrió las puertas para hacer mis prácticas», explicó Lucas Morales, quien a pesar de inexperiencia decidió hacerle frente a un momento histórico.

Ante esa decisión, todo en su vida privada cambió. Como sus padres son monorenales, ambos debieron donarle un riñón a uno de sus hijos en diferentes momentos de su vida, eran factores de riesgo por lo que decidió abandonar su casa, para evitar convertirse en un peligro para su familia.

«Viendo el contexto, me pareció que irme era lo más lógico, y me daba la tranquilidad de saber que yo no sería un factor de contagio para ellos. En apenas un par de días conseguí un alquiler, realicé la mudanza y pude dejar todo acomodado antes de presentarme al primer servicio», agregó.

Sobre las dificultades que significó afrontar el día a día en la lucha contra la pandemia, Lucas comentó: «Cuando entré no me encontré desamparado sobre qué hacer, porque mis colegas realizaron muchas investigaciones y capacitaciones. Pero el contexto nos llevó puestos, no había manera de anticiparlo. Lo que más me complicó fue estar solo y no poder recibir un abrazo, tener que tomar distancia de todo el mundo. Sobre todo cuando uno llega cansado a casa, no tener alguien con quien charlar, descargarse».

«Había muchos pacientes con miedo, algo entendible porque no sabían a qué se enfrentaban. Fue difícil, de por sí la profesión te lleva a estar siempre en contacto con el sufrimiento y la muerte. Y a eso sumamos la paranoia que hubo a nivel social. La pasé muy mal. Hubo repercusiones a nivel físico y mental. Meses antes de renunciar tenía trastornos del sueño, se me caía el cabello, tenía irritación… Son signos de estrés, el síndrome de burnout», comentó al describir lo que significó para él estar en la primera línea de atención en la terapia intensiva.

Lucas contó que tras casis dos años como enfermero, la situación lo sobrepasó y por eso decidió renunciar. «El propio trabajo te lleva a naturalizar algunas situaciones difíciles y generar mecanismos de defensa para protegerse. Yo sentía que ya no era yo mismo, y eso también me llevó a dar un paso al costado. Cada uno busca la mejor manera de poder descargarse o encontrar un espacio de contención. Hay gente que sale del hospital y corre dos horas, por ejemplo», destacó.

Por su parte, agrego: «La decisión de irme la tomé tras un certificado psicológico. La estaba pasando muy mal, y es algo que ya me había ocurrido en otros momentos de mi vida. En ese momento busqué asistencia con un psiquiatra. Cuando volví a trabajar, puse varias cosas en la balanza. La salud pública siempre ha sido bastardeada, y fue poco el tiempo en el cual se reconoció nuestro trabajo».

Con respecto a la contención por parte de la institución de salud, explicó: «En algún momento necesité de una terapeuta, pero fue una búsqueda particular. No hay dispositivos a nivel institucional como para poder sentirse resguardado. En cuanto a recursos materiales, siempre contamos con todo a disposición para brindar el mejor cuidado a los pacientes».

En cuanto a cómo lo vivían los pacientes que estaban internados en terapia intensiva contó: «En su momento, el paciente también sentía miedo y soledad. Y nosotros reclamábamos por un apoyo o una mejor injerencia de los servicios de salud mental. Tampoco buscamos juzgar a los colegas, el miedo a qué podía pasar era generalizado».

Para finalizar, el enfermero de 23 años hizo su balance sobre lo que vivió durante estos primeros dos años de pandemia. «Pude demostrar que las personas jóvenes tenemos los recursos y las herramientas para estar a la altura de una situación como esta pandemia. El Hospital y este contexto me llevaron a demostrarme muchas cosas, y me di cuenta de lo que soy capaz. Creo que crecí, superé el miedo que tenía al ingresar. El ambiente es complicado. Al menos para mí, fue demasiada exposición a tanto sufrimiento».

Escucha la entrevista a Lucas Morales en «En eso estamos» de RN Radio:

Sintonizá RN RADIO. Escuchanos por FM 89.3 (en Neuquén Capital), o por rionegro.com.ar/radio o por nuestra App.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios