Más de mil chicos se convirtieron en «chocolateros por un día» en Bariloche

En la cuenta regresiva de la Fiesta Nacional del Chocolate, alumnos de tercer y cuarto grado decoraron huevos de Pascuas y disfrutaron de un show musical.

La concentración invade el gimnasio municipal La Alborada en la mañana del martes, pese a que está desbordado de chicos. Cada tanto irrumpe una risotada y algún que otro comentario. De repente, los gritos invaden el salón, cuando un conejo gigante sorprende a los alumnos que largan el envoltorio con sus huevos en las mesas y corren a abrazarlo.

La inauguración de la décima Fiesta Nacional del Chocolate está prevista para este jueves, pero «Chocolateros por un día» se convirtió en la primera actividad del evento que reunió a unos 1.200 estudiantes de tercer y cuarto grado, de colegios públicos y privados.

Los grupos –que variaban entre 150 y 200 chicos– ingresaban por turnos, cada dos horas. Cada mesa contaba con la asistencia de dos maestros chocolateros (estudiantes de la escuela de gastronomía Isept y de la escuela de oficios) que sobresalían con su delantal blanco. Eran los responsbales de explicar el desafío: decorar un huevo que luego, podrían llevarse a su casa.

Los chicos exhibieron orgullosos sus producciones. Foto: Marcelo Martínez

Lo demás quedaba librado a la creatividad de cada uno. La irrupción del conejo y un show musical cerraban cada encuentro.

«Los chicos estaban emocionados y ansiosos por esta actividad«, explicó Eugenia Villalba, una de las madres acompañantes, mientras su hijo le pedía que sostenga su huevo de chocolate para distribuirle los confites con más facilidad.

Alfredo Sbriller, docente de la escuela 278, recorría las mesas inspeccionado las producciones de sus alumnos de tercer grado. «Vinieron con altísimas expectativas que, por lo que veo, están cubiertas. Este paseo nos coincide con el programa de Ciencias Sociales porque este año, abordamos la ciudad y ¿qué mejor que hacerlo desde una actividad comercial que también se relaciona con el turismo?», planteó.
Verónica Martínez, una de las estudiantes de Isept, no se cansaba de responder consultas de los chicos.

Los chicos fueron asistidos en todo momento. Foto: Marcelo Martínez

«La consigna fue que cada uno decorara su huevo a su ritmo y a su tiempo, con glasé y confites. En el medio, nos cuentan a qué escuela van y muchos nos dijeron que esperan la barra de chocolate gigante. ¿Lo más satisfactorio? Verles las caritas cuando terminan el huevo«, reconoció la mujer.

Martín, de 8 años, terminaba de envolver, como podía, su huevo tapado por el glasé blanco. «Es una torre que me dio mucho trabajo», describió orgulloso el nene que concurre a la escuela Los Andes. Sin ocultar su risa, dijo que no pensaba compartir el chocolate con nadie. Justo enfrente, Delfina, su hermana, aclaró que su producción, en cambio, tenía como destinataria a su mamá. «Somos trillizos y me pelean todo el tiempo porque soy el único varón«, advirtió Martín.

Algunos no aguantaron a llevarse el chocolate. Foto: Marcelo Martínez

Los huevos fueron aportados por las seis chocolaterías que integran la Cámara de Chocolateros de Bariloche. ¿Por qué la fiesta está focalizada en los chicos? Lucio Bellora, organizador del evento, fue contundente: «Pascuas representa conejos, huevos. Todo eso de cuando éramos chicos. Por eso, el protagonista es el chocolate, pero a través de los ojos de los niños«.

Cada chico decoró su huevo como quiso; el envoltorio costó un poco más con tanto glasé. Foto: Marcelo Martínez

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