Un sanatorio de Bariloche respaldó al trabajador acusado de generar el incendio de interfase por negligencia

El trabajador de mantenimiento usaba una moladora que generó una chispa que terminó desencadenando el incendio. Estuvo detenido varias horas.

El operativo para controlar el fuego demoró tres horas. Foto: archivo Alfredo Leiva

«El trabajador involucrado en el episodio se encontraba realizando tareas laborales y cuenta con el acompañamiento institucional«, remarcaron desde el sanatorio San Carlos de Bariloche, en relación al empleado de mantenimiento que fue imputado por «accionar negligente» como responsable del incendio de interfase que se produjo en la ladera norte del cerro Runge en Bariloche el viernes pasado.

A menos de 24 horas del siniestro, el juez Ricardo Calcagno dio por formulados los cargos contra este hombre que estaba usando una amoladora en el patio trasero del centro médico lindante con un sector boscoso. Una chispa generó el incendio que se propagó rápidamente hacia lo alto, a las calles Salta y Tucumán. En el operativo que se extendió por casi tres horas, intervinieron brigadistas del Servicio Provincial de Lucha contra los Incendios Forestales (Splif) y Bomberos Voluntarios.

Más allá de respaldar al trabajador, a través de un comunicado, desde el sanatorio San Carlos agradecieron a los organismos que actuaron en la emergencia y al personal de la institución por su «profesionalismo, serenidad y compromiso». Advirtieron también que «el sanatorio está colaborando con las autoridades judiciales para esclarecer lo sucedido».

Tras el incidente, el trabajador del sanatorio permaneció detenido varias horas y el sábado por la mañana, se le formularon cargos. El fiscal Facundo D´Apice consideró que “no fue un accidente, fue una negligencia que podía haberse evitado” y mencionó que “quien utiliza una amoladora conoce los riesgos y la necesidad de operar en un entorno seguro, con elementos de protección”.

Durante la audiencia, citó el informe preliminar de un perito en incendios según el cual “la causa probable es una fuente térmica de esquirlas metálicas incandescentes de una temperatura aproximada de 1.500 grados, generadas por una fricción abrasiva del uso manual de herramienta de corte tipo amoladora”. Según el fiscal, el imputado trabajó “en un lugar no habilitado ni seguro” para la tarea que desarrollaba.

El código penal prevé penas de un mes a un año de prisión para quien cause un incendio por imprudencia o negligencia. 

El 13 de noviembre se aprobó el decreto provincial que declara la emergencia ígnea en Río Negro por el término de un año, debido al riesgo extremo de incendios de vegetación en todo el territorio. El artículo dos prohíbe «la generación de cualquier tipo de fuego al aire libre y de toda actividad que pueda dar lugar al inicio de incendios» aunque no especifica las actividades.

Al consultar al jefe del Splif Río Negro, Orlando Báez, si esto incluye el uso de amoladoras, por ejemplo, advirtió: «Cuando se habla de riesgo extremo se hace mención a herramientas que generen algún tipo de combustión».

«Como parte de nuestra política de mejora continua, hemos iniciado una revisión y actualización de los procedimientos de trabajo y de las medidas de prevención ambiental y de seguridad, a partir de los aprendizajes que deja este tipo de situaciones, en el marco del cuidado de las personas y del entorno natural en que estamos insertos», plantearon desde el sanatorio privado.


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