Temen 300 muertos en naufragio de inmigrantes
Una nueva tragedia ante las costas de Italia. “Vergüenza”, dijo el papa.
AP
ROMA (AFP/Télam/DPA).- Una de las mayores tragedias relacionadas a la inmigración ilegal en Europa sacudió ayer a la opinión pública italiana y mundial. Más de 300 personas podrían haber muerto ayer a 550 metros de la isla italiana de Lampedusa, frente a las costas de Sicilia, tras el naufragio de una embarcación colmada de africanos.
El papa Francisco recordó que el hecho es el “enésimo” en esa zona costera italiana y lo calificó de “vergüenza” producto de una crisis económica mundial que refleja “la falta de respeto por el hombre”, mientras que toda la clase política de Italia reaccionó con estupor y consternación.
Unos 93 cuerpos ya fueron recuperados horas después del naufragio, mientras un equipo de buceadores halló otros 40 cuerpos dentro del casco de la embarcación que naufragó y está a 40 metros de profundidad, por lo cual el balance provisorio es de más de 130 muertos, indicaron fuentes de la Guardia Costera.
Según las autoridades, el barco zarpó de Libia con entre 450 y 500 inmigrantes “y sólo unas 150 personas han sido rescatadas vivas”, según el ministro de Interior y viceprimer ministro, Angelino Alfano, lo cual hace temer que un balance que ronde los 300 muertos.
Las operaciones alrededor del barco hundido fueron interrumpidas anoche y se reanudarían esta madrugada. “Todavía quedan muchos cadáveres. No podemos decir cuántos. Están todos apretados unos contra otros, sólo se ven los primeros”, explicó a la televisión SkyTG24 uno de los socorristas, Giovanni de Gaetano, visiblemente impresionado. “Queremos subir a la superficie el mayor número posible para devolverlos a sus familias si es posible”, añadió uno de sus colegas, con los ojos enrojecidos por el cansancio. En la superficie, las operaciones de búsqueda continuaban por la noche por si aparecían cuerpos flotando, pero “ya no tenemos esperanzas de encontrar sobrevivientes”, declaró un miembro de la Guardia de Finanzas, que opera en el sector.
La nave se hundió cerca de la isla de los Conejos, a 0,3 millas náuticas de Lampedusa (550 metros), donde el mar tiene una profundidad de 30 a 45 metros.
Una joven eritrea, que se encontraba entre los cadáveres en un hangar, fue rescatada viva al comprobar un socorrista que aún respiraba. (Ver aparte)
“Aquí ya no hay lugar para los vivos ni para los muertos”, decía consternada la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini. “Es un horror, un horror, no paran de traer cuerpos”, añadió.
Al parecer la embarcación sufrió una avería y los inmigrantes encendieron un fuego para llamar la atención tras pasar horas en alta mar. El incendio se extendió, cundió el pánico y muchos se arrojaron al mar, desestabilizando la embarcación, que volcó.
Las autoridades de la isla solicitan desde hace meses ayuda a Italia y a la Unión Europea para hacer frente al fenómeno, denunciado también por el papa Francisco durante su visita a la isla en julio pasado.
Se necesitan nuevas políticas y canales humanitarios”, dijo la ministra italiana Cecile Kyenge, originaria del Congo. Por su parte, el presidente Giorgio Napolitano, lamentó “la masacre de inocentes” y pidió a la comunidad internacional que decida “el control de las costas de donde parten esos viajes de desesperación y muerte”.
Varios barcos cargados de inmigrantes irregulares han desembarcado esta semana en el sur de Italia. Más de 25.000 han desembarcado este año, casi el triple que en todo 2012.
AP
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