Tres años después, el plan ya ofrece resultados

NEUQUEN (AN).- El programa apícola, que va por su tercer año de aplicación, ya tiene en sus bases de datos a la mayoría del centenar de productores distribuidos en las ocho zonas en que se dividió el territorio provincial.

Su incorporación en el Registro Nacional de Apicultores Argentinos, Renapa, se realizó con el apoyo de la dirección de Producción a cargo de Horacio Pessolani.

El programa, cuyas caras visibles son Nancy García -que desarrolló el Proapi con el INTA en Río Negro- y Osvaldo Durante y Raúl Chesta en el Centro PyME, determinó que el 10% de las familias dedicadas a la apicultura vive exclusivamente de esa actividad.

Las ocho zonas estudiadas son Confluencia -dos áreas-; Picún Leufú y Paso Aguerre en el centro-este; Cutral Co, Plaza Huincul y Sauzal Bonito en el centro; Zapala, Aluminé, Las Lajas, Mariano Moreno y Loncopué en el centro oeste, y Chos Malal, El Huecú, Huinganco, Andacollo, Tricao Malal y Buta Ranquil en el norte.

El crecimiento de colmenas en la última temporada fue parejo en todas las zonas, dijo Nancy García.

En cuanto a la producción, afectada por la rigurosidad del clima en todo el país, y en Neuquén especialmente en Confluencia y en el norte, «no hubo una baja considerable».

La demanda de los importadores sobre las especificidades de la miel neuquina incorporaron al estudio de la producción un ingrediente más.

Se trata de una posible «ventaja comparativa» adicional de las mieles regionales -de Neuquén y Río Negro- y sus subproductos -propóleos, jalea real y polen-. Esa característica coincide con la estrategia definida por el programa para esta etapa, que consiste en otorgar a los productos el calificativo de patagónicos o «patagónicos-orgánicos», que implica agregarle valor a la producción.

Se especula también con que el crecimiento de la actividad presione en la frutihorticultura con un aumento en calidad y cantidad de plantas a partir de un proceso más intensivo de polinización.