Un hallazgo de Roca al mundo: un nuevo género de algas marinas

La bióloga roquense Gina Tonicelli descubrió un nuevo género de algas marinas, que cuenta con dos especies diferentes. El hallazgo, que surgió de un trabajo comenzado en 2016, tomó trascendencia mundial tras su publicación en el Journal of Phycology en enero.

En el año 2016, la roquense Gina Antonella Tonicelli (quien trabaja en el Instituto Argentina de Oceanografía CONICET-UNS, en el grupo de Biología, Biotecnología y Ecología Algal, liderado por la doctora Elisa Parodi) comenzó sus estudios de doctorado en Biología sobre algas marinas a partir de ejemplares recolectados en Piedras Coloradas, Las Grutas.


Estos ejemplares fueron recolectados mediante buceo autónomo, dado que se encuentran a unos 3 metros de profundidad sobre el sustrato rocoso.

A partir de estudios morfológicos y moleculares en colaboración con la doctora M. Emilia Croce y otros autores que trabajan en la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) y la Universidad de La Coruña (España); se pudo concretar después de 2 años y medio el descubrimiento de un nuevo género de macroalga roja, el cual fue llamado “Meridionella”, quien lleva el nombre de la roquense Gina Antonella Tonicelli y su equipo: “Meridionella Tonicelli, Croce & Hommersand”.

Al mismo tiempo, el descubrimiento de este nuevo género presentó también dos especies.

Una es la Meridionella Obtusangula Tonicelli, Croce & Hommersand, de la cual también se logró describir su distribución. La misma se encuentra en la zona de Piedras Coloradas, en Las Grutas; en las Islas Malvinas y en Punta Arenas, Chile.

El Grupo de Biología, Biotecnología y Ecología algal del IADO- CONICET-UNS, donde Gina participa.


Por otra parte se presenta la Meridionella Antárctica Hommersand, cuya distribución es para las Islas Shetland, Islas King George, Islas Anvers y la Península Antártica.

Toda esta información surgió a partir del análisis de los diversos ejemplares recolectados en esas localidades, a los que luego se les realizaron los correspondientes estudios moleculares y de morfología.

La declaración de este nuevo género y especies tomó trascendencia internacional, y fue aceptado en la Journal of Phycology en octubre del 2020 y publicado en enero 2021, momento en el que se dió a conocer a toda la comunidad científica.

“Todos estos estudios se hicieron enmarcados dentro de mi tesis doctoral a fin de poder darle identidad a esos ejemplares que recolecté en el año 2016 en Las Grutas”, explicó Gina en diálogo con RÍO NEGRO.

Al mismo tiempo, la roquense aseguró que “actualmente, la tesis está terminada y a la espera de ser evaluada y defendida”. Dicha tesis se titula “Evaluación de aspectos bio-ecológicos de la especie Meridionella Obtusangula (Rhodophyta) de la Patagonia Argentina, así como la optimización de su cultivo y valoración como fuente de carragenanos”.


La tesis de la joven Gina está bajo la dirección de las doctoras M. Cecilia Gauna y Elisa Parodi.

Para llevar adelante el trabajo, Tonicelli emprendió el estudio con algas marinas, microalgas y macroalgas. Dichos organismos fotosintéticos pueden encontrarse en cualquier cuerpo de agua, tanto dulce como salada.

“El objeto de estudio era un tipo de macroalga roja para analizar, conocer y poder llevar a gran escala para ver qué productos derivados se pueden obtener” explicó la profesional.

Al mismo tiempo, la bióloga indicó que “lo más importante es destacar la idea, poder evaluar y estudiar un potencial recurso para ser utilizado en la industria. Porque las macroalgas brindan servicios ecosistémicos, son beneficios que le otorgan no solo a las personas sino a cualquier otro organismo”.

Gina explicó que “es un potencial recurso para utilizar” por la variedad de propiedades del alga.


Estos recursos que se obtienen de los servicios ecosistémicos son lo que conocemos mejor como “los beneficios que se obtienen de la naturaleza”: de abastecimiento o provisión, de regulación y culturales. Se utilizan como alimento directo en productos de forrajes o productos que derivan en estabilizantes, yogurt, cremas, placas dentales y demás.

Las macroalgas se clasifican en verdes, rojas y pardas según los pigmentos fotosintéticos. En este caso Tonicelli se dedicó a las algas rojas, donde se pueden obtener productos estabilizantes, conocidos como “carrageninas” utilizadas en la industria alimenticia y farmacéutica; o Agar Agar, que se utiliza específicamente en las farmacéuticas.

La cuestión es que, a mitad del doctorado, la joven logró identificar que el objeto de estudio del alga elegida no encajaba en las características morfológicas con las especies ya estudiadas.

Lo siguiente fue un trabajo colaborativo con el acompañamiento de Maria Emilia Crosse, donde trasladó muestras a Australia con otras muestras de ADN en las que no encontraban con quien se relacionaba este tipo de alga en cuestión.


Así, se comenzó un trabajo de investigación paralela a la tesis de Gina Tonicelli. Un grupo de personas de la Universidad de Carolina del Norte, grandes referentes en el mundo (y que en la década del 90’ realizaron varias expediciones en toda nuestra costa), pasaron por Antártida y posteriormente a Chile, donde en ese momento recolectaron muchas muestras de materiales herborizados, ejemplares que secaron en papel rotulados con todo su informe genético y origen.

De esta manera lograron completar y verificar como resultado que se trataba de un nuevo género y dos nuevas especies, las que solo se encuentran en la zona austral del mundo.

“Es un potencial recurso y es para usarlo porque es un alga que tiene una variedad importante de propiedades”, concluyó la profesional, que sin dudas tuvo un año para el recuerdo en el ámbito laboral.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios